Este es el relato principal, adornado con posteriores sufrimientos de cáncer por parte de los dos policías (uno de los cuales falleció), y que ambos relacionaron con el OVNI. El suceso, así descrito, es tan parco en detalles, que realmente poco ayuda a esclarecer el caso; ¿pero acaso no es esa la mejor forma de crear misterios? Cuantos menos datos, mejor.
Iker Jiménez himbestigó este caso en 1997, y lo presentó este domingo pasado en Cuarto Milenio. Obtuvo de la policía local un escrito que da algún dato más. Mostrado en pantalla, más o menos, dice esto:
Consta en los archivos que el 18 de Marzo de 1997, y estando de patrulla los agentes de este servicio Manuel Caballero Parra y Manuel Delgado Ruiz, comunicaron a la central que siendo las 4.05 horas habían observado la presencia de un objeto no identificado (OVNI) en las cercanías del Karting de L’Escala, [ilegible] carrretera de Bellcaire d’Empordá. Al parecer, y según manifestación de dichos agentes al turno entrante de las 6 horas del mismo día, estos agentes observaron al citado objeto de grandes dimensiones a una distancia de 30 o 40 metros de ellos de gran luminosidad y que después de pocos minutos desapareció de su vista.
Del cual, lo más importante para Iker Jiménez parece ser que aparezca el acrónimo “OVNI”.
Tampoco es que se aporten muchos más datos, aunque sitúa mejor el lugar del suceso. Durante el reportaje, el testigo adelanta la hora del suceso a las 3.30.
La carretera que se menciona en el escrito va hacia el suroeste desde L’Escala hasta Bellcaire d’Empordá, dejando el Oeste visible para un vehículo que circule por la carretera.
Incluso, un vistazo a los mapas de google, nos indica que hacia el Oeste de la pista de karts de L’Escala hay unas alamedas, por donde es presumible que circularan los agentes persiguiendo el OVNI.
Aquel día, la Luna se hallaba creciente, cercana a la luna llena, y se ponía en el horizonte al oeste-noroeste de L’Escala alrededor de las 3.30 h de la madrugada, tal y como se puede comprobar con cualquier aplicación que muestre el cielo (aquí, uno on-line ). A las 4.05 estaba justo por debajo del horizonte. Una confusión con la Luna parece ser una explicación muy a tener en cuenta.
(Nota: El tiempo UTC es una hora menos que la hora oficial. 2.30 UTC son las 3.30 en España)
[Añadido 03/01/08:
En los comentarios se habla de una confusión de fechas entre el 18 y 19 de Marzo. El día 19 de Marzo, a las 4.05 (3.05 UTC), la Luna está aún sobre el horizonte. Un análisis más detallado del caso, se puede encontrar en esta entrada en Misterios del Aire.]
- Pero, ¿cómo iba a ser la Luna, si el objeto era anaranjado?
¿Quién no ha disfrutado con salidas de luna, donde se ve tan anaranjada y aparentemente grande? Cuando la luna se oculta en el horizonte opuesto se puede ver igual de bonita. Para intentar corroborar esta explicación falta un dato principal, que es la dirección en que se vio el objeto, aunque por la situación parece ser que fue hacia el oeste.
- ¿Cómo va a confundir alguien la Luna con un ovni?
Reconozco que la primera vez que leí una explicación así, a mí también me sorprendió. Pero parece ser de lo más habitual, ya sea la Luna, o un planeta (en el recomendable blog Misterios del Aire, hay una gran colección de casos así resueltos). Sobre todo, si el cielo tuviera una fina capa de nubes, de forma que la luz puede pasar, pero no se pueden observar los detalles de la Luna. Aparentaría ser un foco de luz uniforme.
- ¿Y que hay del “ser” que apareció en el OVNI?
Una vez engañados los sentidos, cualquier otra cosa puede ser mal interpretada: desde una nube más densa que tapó parte de la luna, o que se empezaron a ver los detalles la hacen fácilmente reconocible. Aunque lo más gracioso fue el debate posterior, donde tanto Iker Jiménez como Enrique de Vicente intentaron relacionar este caso con el del OVNI de Galdar (Canarias), donde un sólo testigo entre miles afirmó cosas similares, y que resultó ser el reflejo del sol en estelas dejadas por el lanzamiento de unos misiles.
Sobre la fiabilidad de testigos
Es curiosa la concepción de “investigar” que tiene la tropa ikeriana, donde intentos de explicación racional, se traducen como intentos de “desacreditación de profesionales con 20 años de servicio”. ¿Por qué? ¿Acaso no quieren saber “la Verdad”? ¿Acaso “la Verdad” no puede ser una causa mundana, una confusión?
Siempre que un caso OVNI involucra pilotos, militares, políticos o policías, aparece la infalibilidad del testigo. Parece que ellos no están sujetos a errores de percepción, son gente que “no ganan nada con contarlo, salvo la burla de sus vecinos”, sólo por tener un expediente impoluto, y en el caso de L’Escala tanto Iker Jiménez como sus contertulios no pararon de señalar los “20 años de servicio” de los policías, así como su “comportamiento intachable”, “hoja de servicios brillante”, su “abnegado servicio”, “intachable seriedad”, “vecinos ejemplares” y “pilares de aquella comunidad”. Estos “argumentos” son los que llevan a toda la tropa Ikeriana a tomar al pie de la letra el relato de los testigos y deshechar cualquier explicación mínimamente racional.
¿Por qué? ¿Acaso una simple confusión empañaría una hoja de servicio brillante? ¿Sería ese motivo suficiente para el Sr Jiménez o su tropa para retirar a un policía del servicio activo? ¿Acaso una confusión reconocida le llevaría Iker Jiménez y su tropa a burlarse de quien sufre dicha confusión?¿A tomarlo por loco, o alucinado? Eso es lo que parece, dada la insistencia en estos “argumentos”.
Sin embargo, pasada ya la fase de alabar al testigo, a Enrique de Vicente se le escapó que en el año 79, se produjo un avistamiento sobre Madrid (que él mismo presenció), y que resultaron ser unos globos procedentes de una celebración. De Vicente, que acepta tal explicación, no duda en afirmar que esos globos habían engañado a miles de personas, incluyendo algunos policías y militares que personalmente habían hablado con él.
Así pues, Sr. de Vicente, ¿qué pasa entonces con la infalibilidad de los testigos?¿Podría explicarme cuándo hay que confiar ciegamente en el testimonio de un policía y cuando no?¿Cómo sabe el Sr. de Vicente que los policías de L’Escala no fueron confundidos por sus sentidos, y hay que tomar sus testimonios al pie de la letra? ¿Acaso su experiencia en el año 79 no le demuestra que los testigos “de primera” no existen?
No. Los testigos “de primera” no existen. Todos somos personas que captamos la naturaleza a través de nuestros sentidos, y el cerebro interpreta estos estímulos. No importa la cualificación profesional, ni el nivel de estudios. Todos estamos sujetos a malas interpretaciones del cerebro ante percepciones poco habituales. Y estas confusiones ocasionales no implican ni locura, ni alucinaciones, ni mucho menos no estar cualificados para un determinado empleo.
Así que, por favor, Sr Jiménez y tropa, dejen ya el argumento del testigo infalible, que no cuela.