domingo, junio 27, 2021

UAPTF: Los hombres que miraban fíjamente manchurrones de píxeles

Después del revuelo montado el año pasado por la filtración de tres vídeos de ovnis («FLIR1», «Go Fast» y «Gimbal»), el día 25 de junio el Director de Inteligencia Nacional de Departamento de Defensa de Estados Unidos hizo público un esperadísimo informe sobre «Fenómenos Aéreos No Identificados» (Unidentified Aerial Phenomena, UAP, en inglés).

Lo que siempre se ha llamado ovni (UFO), pero con otro nombre.

Se le encomendó la tarea a un grupo de trabajo denominado UAP Task Force (UAPTF) formalmente en Agosto de 2020, y se les puso fecha límite el 25 de Junio de 2021.

La espera del informe, además, ha venido «calentada» con filtraciones de otros vídeos de un presunto ovni piramidal captado con un dispositivo de visión nocturna, y otro obtenido desde el puesto de control de un buque (USS Omaha). En algún momento quizás comente sobre ellos, pero no hoy.

Se esperaba un informe sobre la investigación de más de 120 casos ovni recogidos por la US Navy entre 2004 y 2020, pero la realidad no ha tenido nada que ver con las expectativas. 9 páginas no dan para mucho; y menos aún si descontamos la portada, una página de antecendentes y finalidad del informe, un resumen ejecutivo, y dos anexos. En 4 páginas no puede haber mucha chicha.

El informe lo realiza la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI), en respuesta a una petición del Senado relativa a las actividades de inteligencia para el Año Fiscal 2021. Se trataba de proporcionar una evaluación de inteligencia de la posible amenaza que presentan los ovnis UAPs, y el progreso realizado por el UAPTF para entender dicha amenaza.

El anexo B parece ser un listado de todas las cosas que este informe debía contener, a saber:

  • 1. Análisis detallado de datos sobre los UAPs, e informes de inteligencia realizados o en posesión de la Oficina de Inteligencia Naval.
  • 2. Análisis detallado de datos de fenómenos no identificados recogidos por diversos medios.
  • 3. Análisis detallado de datos del FBI, derivados de investigaciones de intrusiones en el espacio aéreo.
  • 4. Descripción detallada del proceso de recolección de datos entre agencias y análisis centralizado
  • 4. Identificación de la persona responsable del punto anterior
  • 5. Identificación de las posibles amenazas que constituyen los UAP a la seguridad nacional, y evaluación de si esta actividad pudiera ser debida a potencias extranjeras.
  • 6. Identificación de incidentes o patrones que indiquen si un potencial adversario ha conseguido capacidades aeroespaciales disruptivas que pueda poner en peligro la fuerzas estratégicas o convencionales de EEUU.
  • 7. Recomendaciones respecto a cómo mejorar la recolección de datos, mejora en la investigación y desarrollo, financiación adicional y otros recursos
(Resaltado mío)
Una petición aparentemente bastante exigente solicitando información muy detallada. Pero lo que aparenta es un trabajo del Rincón del Vago. Se han rellenado unas hojas intentando que de una u otra forma, sea posible relacionar el contenido con los puntos exigidos por el senado, de forma que se pueda justificar que se ha hecho el trabajo. Cubrir el expediente.

Hay que decir que se daba margen a que el informe contuviera una parte clasificada. Se rumorea que esta parte clasificada existe, pero en el texto desde luego no hay ninguna referencia a ella. No hay certeza de que exista una parte clasificada, sólo alusiones a «se comenta por twitter que...». Que cada uno le de la credibilidad que considere.

Editado (29/06/21): Desde The Black Vault afirman que el ODNI confirma la existencia de dicha parte clasificada.

El ODNI tambień añade que «The unclassified preliminary assessment and classified annex are substantively consistent and the key conclusions are the same in both» («La evaluación preliminar no clasificada y el anexo clasificado son esencialmente consistentes y las conclusiones clave son las mismas en ambos»)
Editado (23/07/21): De nuevo desde The Black Vault informan que han podido confirmar que el anexo clasificado contiene en total 17 páginas, en contraste con las 70 o más que la rumorología había extendido.
Quizás la mayoría esperábamos erróneamente un informe de corte técnico, de análisis de todos los casos ovni UAP entre 2004 y 2020 (y se podría argumentar que eso es lo que solicita el senado en los primeros puntos del anexo B), una especie de informe finalizado con conclusiones y recomendaciones a seguir. Lo que nos encontramos en cambio es una «evaluación preliminar» (preliminary assessment), que ya indica que es solo es un primer paso de una tarea que va para largo.

Porque el receptor de este informe no son científicos, ni tecnólogos, ni ingenieros, ni tan siquiera ufólogos o aficionados a los ovnis UAPs. El receptor final son políticos, los que manejan los fondos. Y se puede observar tanto en el contenido como la estructura del informe, que la finalidad es simple y llanamente pedir financiación. No en vano, la petición del informe se hizo el año pasado, en junio, enmarcada en una «acción de autorización de inteligencia para el año fiscal 2021» (Intelligence Authorization Act for Fiscal Year 2021). El «Año Fiscal» (FY) se refiere fundamentalmente al periodo de tiempo en que están vigentes los presupuestos, y en EEUU el FY se considera de Octubre a Septiembre del año siguiente. Es decir, el FY 2021 va de Octubre'20 a Septiembre'21. Y ahora estamos precisamente en la misma época del año en la que hay que ir preparando el presupuesto para el FY 2022, que abarca de Octubre'21 a Septiembre'22.

Eso sí, dentro del informe se va incluyendo información que más o menos encaja con los puntos exigidos por el Senado.

El informe comienza estableciendo el problema:
Nos habéis pedido información de inteligencia sobre los UAP, pero no tenemos nada concluyente porque los datos de los que disponemos son insuficientes.
Cuentan como la mala calidad de los datos impiden llegar a conclusiones firmes (es decir, los puntos 1, 2 y 3 no pueden ser contestados por el momento). Así que se necesita un protocolo adecuado para obtener los datos (recomendación, punto 7).

Aunque se abarca un rango temporal que va desde Noviembre de 2004 (encuentro del Carrier Strike Group - 11 con el «Tic tac», y el video FLIR1) a 2020, en realidad hasta 2019 no se estableció en la US Navy un protocolo estadarizado para la recogida avistamientos, mientras que la USAF no lo ha adoptado hasta Noviembre de 2020. La mayoría de los casos son de los últimos 2 años, que es cuando se ha implementado el protocolo.

En total son 144 casos, 80 de ellos incluyen detección con varios sensores. Solo 1 ha podido ser inequívocamente identificado como un globo deshinchándose. Se informa de la información recopilada por el momento, pero no hay un análisis exhaustivo como pedían los puntos 1 y 2.

Se ha intentado buscar patrones (punto 6), pero de nuevo, la poca cantidad de casos no permite buscar tales patrones. Se comenta que la mayoría de avistamientos ocurren durante el desarrollo de ejercicios, o actividad militar en marcha, (lo que podría ser un patrón, punto 6) pero se sospecha que es un sesgo.

Y por último, se señala que en 18 casos, los testigos afirman haber observado características de vuelo inusuales (punto 6, tecnología disruptiva), pero la falta de datos no permite validar tales afirmaciones.

Así que la idea principal de este bloque es: No tenemos información suficiente para un estudio concluyente.

Continua el informe asegurando sí que podrían cumplir con lo exigido:
Si pudiéramos mejorar la recolección de datos, podríamos identificar lo que son los UAPs.
El informe dice que creen que no hay una única explicación a los UAPs, sino que muy seguramente obedecen a diversas causas. Lo cual es de perogrullo. UAP (al igual que ovni) solo significa que no sabes lo que has visto. Por tanto puede ser cualquier cosa. Y afirman que de poder tener buenos datos, podrían llegar a clasificar las explicaciones en varios tipos:
  • a) «clutter» aéreo: pájaros, globos, drones recreativos, bolsas de plástico, o en general, cosas en el espacio aéreo que molestan o pueden interferir.
  • b) Fenómenos atmosféricos naturales: cristales de hielo, humedad, fluctuaciones térmicas, ...
  • c) Programas de desarrollo industriales o del gobierno de US, entre los que entrarían pruebas de prototipos, test clasificados. Señalan que de momento no han podido confirmar que algún caso haya tenido esta causa.
  • d) Sistemas adversarios extranjeros. Tecnología desarrollada por China, Rusia, otra nación o entidad no gubernamental.
  • e) Otros: Cajón de sastre donde meter lo que no cuadre en los demás sitios
¿Por qué esta clasificación y no otra? No dan justificación alguna en el texto. Tampoco están reconociendo que los UAPs registrados por el momento respondan a esas explicaciones, porque de hecho solo hay un caso resuelto. Lo que hacen es darle al Senado lo que pide. El Senado se interesa por la posiblidad de que la causa sea tecnología tan avanzada que les deje en inferioridad tecnológica (una preocupación legítima), y por tanto, se establecen explícitamente dos categorías [c) y d)] para meter ahí casos que entren en esa explicación.

El cajón a) puede ser simplemente porque ahí entra el único caso hasta ahora identificado, mientras que el b) es un cajón de respuestas obvias. No hay mención explícita a extraterrestres, ni esas otras hipótesis extrañas que nunca nadie es capaz de articular. Pero bien podría argüirse que entran en en cajón «otros», lo que también da una idea de cuales son las preocupaciones reales: tecnología disruptiva extranjera, sí. ETs, al cajón de sastre.

Aunque más allá de la clasificación exacta que se proponga, lo interesante es saber cuántos casos hay en cada cajón. De momento, solo el cajón a) tiene un (1) caso apuntado. Los demás están a cero (0), porque como ya se ha dicho, no disponen de datos suficientes para conclusiones firmes.

En resumen, la idea fuerza es: Podemos hacer el trabajo, podemos descubrir si está lo que más preocupa. Tenemos una idea de cómo hacerlo y buscarlo.

Lo siguiente en el informe es justificar por qué hay que investigar estos fenómenos.
No sabemos qué son los UAP, pero nos hemos vistos obligados a detener ejercicios y actividad militar en curso. Es una amenaza a la seguridad en vuelo y (a lo mejor) a la seguridad nacional.
Como ya nos han dicho más de una vez que no pueden analizar los casos porque los datos no son suficientes, no pueden hablar directamente de amenazas a la seguridad nacional. Pero en Defensa, al final todo va de eso, así que obviamente, no se puede ignorar una potencial amenaza a la seguridad nacional.

Lo que sí constantan es una amenaza a la seguridad en vuelo, ya que estos avistamientos de UAPs han provocado la interrupción de ejercicios. E incluso en 11 casos, ha habido «encuentros muy cercanos» (near misses).

Baśicamente es coger el punto 5 y usarlo como justificación de la conclusión por venir. No están informando sobre el peligro real y objetivo que suponen los UAPs. Están justificando el peligro (subjetivamente) percibido por el desconocimiento de los los UAPs. El hecho cierto y objetivo es que se ha tenido que interrumpir ejercicios. ¿Fue por un peligro real inherente al UAP? ¿O más bien por un peligro percibido, ante el desconocimiento del estímulo que lo causa, de una colisión, o agresión?

Que un globo o un UAV civil recreativo (típico cuadrucóptero) sobrevuelen una zona donde se realizan ejercicios militares es un peligro de seguridad en vuelo. Que se pruebe un prototipo secreto y interrumpa la realización otros ejercicios militares, es un peligro de seguridad en vuelo. Si no hay coordinación a la hora de programar ejercicios y al final se interfieren unos con otros, es un peligro de seguridad en vuelo que urge solventar. Pero sin saber la causa que hizo parar el ejercicio, hasta que no se puedan analizar correctamente los casos para hallar esa causa, no se puede dar respuesta a ese posible peligro real.

Así que, la idea que se transmite viene a ser: Percibimos que hay un peligro potencial de seguridad aérea, y tampoco descartamos que afecte a la seguridad nacional, lo que justifica que tengamos que investigar los UAPs para establecer si este peligro es real.

Y la conclusión final es:
Dadnos dinero.
Acaban de hablar de unos posibles peligros, y sobre la identificación las amenazas que preocupan. Se reincide una vez más en lo que se recomienda (punto 7) para poder cumplir con el cometido de identificarlas: estandarizar y centralizar la obtención de información, y de hecho ya se ha contactado con otros organismos (FAA, USAF) (punto 4). Se necesita expandir la colección de casos porque con 144 no da para buscar patrones y analizar apropiadamente la información (puntos 1,2 y 6). Pero claro, esto no es gratis, y alguien tiene que pagar la fiesta.

El esperado informe es un «ni sí, ni no».

Tanto la estructura del informe como el contenido no están puestos al azar y obedecen a dos cuestiones: la finalidad real de ODNI (pedir financiación), y justificarlo (que no informar) en base a los puntos que el Senado les había exigido que contuviera el informe. En todo momento, el lenguaje es ambiguo y evitando al máximo mojarse dejando todo abierto, aduciendo que los datos disponibles son de baja calidad, lo que evita llegar a conclusiones firmes. Como no puede ser de otra manera: si todo estuviera ya claro, no haría falta estudiarlo, y no se podría pedir financiación.

En resumen, la impresión que da es que han tenido durante varios lustros los casos metidos en un cajón, y solo ahora, por petición del Senado, los han desempolvado. No sé hasta donde habrán analizado, pero no parece que hayan hecho grandes esfuerzos. Ni siquiera se han molestado en listar los 144 casos como un anexo más al documento, por ejemplo, con una breve descripción. Con 11 meses de tiempo, al final el informe parece hecho deprisa y corriendo en apenas un par de semanas, intentando cubrir el expediente.

El informe no es un estudio científico/técnico de la casuística. No es un informe con conclusiones, sino un primer avance, o evaluación de lo que disponen y lo que habría que hacer para llegar a ese informe final en un plazo superior de tiempo. De ahí que solo unas horas después de hacerse público, el DoD sacara un comunicado anunciando que se habían dado las instrucciones oportunas para «formalizar la misión que actualmente desarrolla el UAPTF».

No hay que perder de vista toda la historia que hay detrás, con empresarios convenciendo a senadores de montar chiringuitos, y una serie de personajes que llevan desde los 70 en el epicentro de las incursiones del gobierno de EEUU en lo paranormal y ufológico.

Los mismos que pusieron al gobierno a mirar fijamente a las cabras (Proyecto Stargate), son los que quieren ponerles a mirar fíjamente manchurrones de píxeles.

Post data: me da la sensación de que si pongo esta entrada en un pdf, ocuparía más de 4 páginas :P

domingo, marzo 21, 2021

FLIR1: otro vídeo del pentágono

El vídeo

En una entrada anterior hablamos del vídeo llamado Go fast!, uno de los tres vídeos desclasificados por el Pentágono en 2020, aunque ya habían sido filtrados previamente. En esta entrada vamos a ver otro de los vídeos, el llamado FLIR1.

Este video de nuevo muestra tan solo un manchurrón de píxeles que no hace nada en particular. Al menos hasta el último segundo del vídeo. En ese instante, el blanco se escapa hacia la izquierda de la imagen y deja se verse. Esto es interpretado por algunas personas como una aceleración repentina que el sistema de seguimiento es aparentemente incapaz de seguir.


La aceleración

Hay que decir que esta interpretación viene «contaminada» por hechos anteriores.

El vídeo se grabó en 2004, durante unos ejercicios del Carrier Strike Group (CSG) 11, en el que se encontraba el portaviones Nimitz. Previo a la grabación, unos pilotos avistan un objeto que por su forma apodan como «tic tac» (unos caramelos), y que presuntamente realiza movimientos bruscos y aceleraciones repentinas. Tras volver al portaaviones, piden que otros cazas salgan equipados con un sistema de video para obtener imágenes del artefacto. Este es el vídeo que se obtuvo, pero que no muestra ninguna de esas increibles maniobras que describen los primeros testigos.

La organización Scientific Coalition for Ufology (SCU) produjo un primer informe donde interpretan el último segundo del vídeo como una de esas aceleraciones repentinas que dijeron los primeros testigos. Posteriormente, ese informe sirvió de base para producir una publicación en un journal llamado Entropy.

El punto de partida de ese estudio es que el blanco parte en reposo respecto del caza. La razón es que eso es lo que parece, porque no se distingue ningún fondo sobre el que se aprecie el desplazamiento del blanco, y porque el caza mantiene una velocidad constante y vuelo nivelado. Sin embargo, durante todo el vídeo se puede observar que el azimuth (el ángulo en que apunta la cámara en el plano XY) va variando lenta pero contínuamente. El blanco se va desplazando de derecha a izquierda del caza:

La zona sombreada muestra el último segundo en el que se supone que el blanco comienza en reposo respecto del caza y presuntamente ejecuta una aceleración, que según los autores, es de 76g.

Tendríamos que aceptar que durante más de 70 segundos el blanco se ha ido moviendo lentamente, para en el último momento igualar la dirección y velocidad del caza, y luego ejecutar una aceleración increible.

Los cálculos que determinan que ahí existió una aceleración de 76g en realidad dicen poco. El sistema de seguimiento en realidad solo entiende de ángulos, de velocidades y aceleraciones angulares, así que las velocidades o aceleraciones lineales no le importan tanto. Un cálculo muy simplón, de servilleta: el blanco atraviesa el semi-campo de visión en 32 frames (1.07 segundos). El campo de visión en modo NAR y zoom x2 es de 0.35 grados. Así que la velocidad angular media del blanco es de 0.16 grados por segundo.

Por comparar, un sistema ya obsoleto (AN/AAS-38 Nite Hawk de Lockheed Martin) era capaz de hacer seguimiento de blancos a 65 grados por segundo. Así que independientemente de su velocidad real, el sistema debería ser capaz de seguirlo.

Una trayectoria simple

En realidad, hay opciones mucho más mundanas. Que es suponer que el sistema de seguimiento, por la razón que sea, deja de seguir al blanco y este simplemente sigue su trayectoria saliéndose del campo de visión de la cámara. De hecho, hay un par de momentos en el vídeo en el que se observa que esto es lo que ocurre.

El operador del módulo FLIR es un tanto inquieto, y no para de cambiar la óptica del sistema. Cada vez que hay un cambio de óptica (del sensor TV a IR, o del campo de visión NAR a MFOV), se puede observar que las barras de seguimiento se reescalan y tratan de centrar al objeto. El siguiente gráfico muestra la posición del blanco respecto del centro de la imagen, y el rango cubierto por las barras de tracking. Las líneas negras son momentos en los que hay cambios en la óptica.

Hay un primer momento, en torno a los 50 segundos del vídeo (frame 1474), en que el sistema óptico realiza un ajuste automático. En el vídeo se aprecia como una rotación, que sin embargo no cambia la orientación de la imagen. Aún así, al final de este reajuste, el blanco no está centrado y comienza a derivar hacia la izquierda, hasta que el sistema vuelve a centrarlo.

Hacia el final del vídeo, podemos ver que el operador cambia del modo NAR (Campo de visión estrecho, Narrow field of view) a MFOV (Campo de visión medio). El blanco entonces, aunque está dentro de las barras de seguimiento, comienza a derivar hacia la izquierda de nuevo. Las barras necesitan ensancharse y volver a centrarlo. Un poco después, el operador vuelve a cambiar a modo NAR, y otra vez el blanco comienza a derivar hacia la izquierda. Las barras tratan de nuevo de localizar el blanco, pero un nuevo cambio del operador en el zoom hace que el blanco quede fuera de las barras, y el enganche se pierda por completo.

Lo más simple es suponer que el blanco se mueve en línea recta con velocidad constante. Y como el caza también lo hace, es relativamente fácil calcular la trayectoria relativa del blanco vista desde el caza. Partiendo de un movimiento lineal uniforme:

donde Vxy es la velocidad en el plano XY, φ es el rumbo del blanco, y Vz la velocidad vertical. Hay que trabajar un poco la trigonometría, pero al final, sabiendo que la tangente del azimut θ se calcula a partir de x(t)/y(t), se puede obtener la ecuación que relaciona el azimut con la velocidad y rumbo del blanco:

donde θ0 es el azimut inicial,φ es el rumbo del blanco; y ωθ es una cantidad relacionada con Vxy, la velocidad del blanco. No se obtiene directamente su velocidad porque desconocemos un parámetro, que es la distancia inicial entre blanco y caza, R0. Si se pudiera estimar u obtener de alguna forma, entonces sí sería posible calcular la velocidad.

Ajustando esta ecuación a los datos de azimut,

podemos obtener que el azimuth inicial era θ0=4.5 grados (que corresponde con lo que se ve en el primer frame del vídeo), y el blanco se desplazaba con rumbo φ=199 respecto del caza. Es decir, hacia la izquierda, y acercándose. Pero lo importante: ¿A qué velocidad iba? Para eso tenemos que suponer cual era la distancia inicial. El informe original de SCU incluye varias referencias que indican que el primer contacto con el blanco se produce por radar a unas 30 millas naúticas (55 km). Con ese dato, ya podemos obtener la velocidad en el plano horizontal Vxy, que se puece calcular como:

siendo ϕ0 el ángulo de elevación inicial (que en el display aparece como 6, pero es posible afinarlo a 5.5 o 5.6 grados. Tampoco va a cambiar mucho). Así pues, con una distancia inicial de 30 NM, la velocidad relativa en el plano XY del blanco sería de 360 m/s.

Ya solo hay que restarle la velocidad del caza. El display del FLIR muestra 250 nudos, pero eso es velocidad del aire calibrada (CAS). Según de nuevo SCU, el caza iba a 300 nudos (154 m/s) de velocidad respecto del suelo (groundspeed). Ahora bien, esta resta hay que hacerla de forma vectorial, por componentes x e y. Haciéndolo, al final se obtiene que la velocidad real del blanco respecto del suelo era de 425 nudos.

La altura inicial del blanco tampoco es difícil de calcular con un mínimo conocimiento de trigonometría, y se obtiene que la altura sobre el suelo estaría en torno a 37000 pies.

¿Qué era entonces el objeto grabado? Un objeto volando a 425 nudos, a 37000 pies de altura. No son parámetros en absoluto extraños, imposibles, ni de «fuera de este mundo». Son en realidad valores que entran perfectamente en los parámetros de vuelo de pequeños reactores o aviación civil. Ni que decir tiene que otros F-18 como los que había aquel día realizado los ejercicios también son capaces de alcanzar esos valores.

¿Por qué perdió el enganche el sistema de seguimiento? Sin duda una buena pregunta para los ingenieros que diseñaron y programaron el sistema, que seguramente podrían responder de acceder a los datos crudos reales y no solo a un vídeo de baja calidad. Podemos especular, viendo el vídeo, que los contínuos cambios de óptica del operador provocaron que al final al sistema no le dio tiempo a centrar de nuevo el blanco, y finalmente se perdió el enganche. Lo que está claro es que la velocidad angular a la que se desplazaba no era en absoluto un problema para un correcto seguimiento.

Para aquellos valientes que no se asusten de los senos y las thetas, pueden deleitarse con un análasis más detallado aquí: El vídeo FLIR1 del pentágono