sábado, abril 21, 2007

Medida experimental casera de la energía piramidal en el interior de una pirámide de mondadientes (II)

En el capítulo anterior…

En la entrada anterior establecimos un protocolo para medir una presunta energía piramidal, fuente de varios milagros según sus partidarios. Para ello, dimos varios pasos, todos de forma una razonada, y expuestos de forma clara y entendible:

1- Repasamos la hipótesis acerca del origen de esta energía: la energía piramidal es de origen magnético, dado que la pirámide reorganiza el campo magnético de tal forma que se noten sus efectos, cuando está orientada con el eje magnético terrestre.

2- Elegimos unas magnitudes que se pudieran medir experimentalmente: la reorganización del campo magnético deben provocar cambios en el campo magnético en el interior de la pirámide, ya sea en la intensidad o en su orientación.

3- Construimos una pirámide acorde con las hipótesis: material diamagnético, con las proporciones de la Gran Pirámide.

4- Elegimos una instrumentación adecuada: Una brújula y un cronómetro son suficientes para medir el campo magnético. Habrá medidores mejores, pero estos están al alcance de cualquier mortal, para que lo replique si le apetece.

5- Establecimos la precisión de nuestro instrumental: para poder discernir si una medida concreta es significativa, o sólo ruido.

6- Se expuso de forma clara el protocolo de medida: durante 15 días, se mide el campo magnético terrestre, y el campo magnético en el interior de la pirámide con varias orientaciones

7- Se decidió qué resultado sería una evidencia de la existencia de la energía piramidal, teniendo en cuenta el punto 4: En nuestro caso, una variación de la intensidad del campo magnético mayor del 2.3%, y/o una desviación de más de 2.5º respecto del campo magnético terrestre, se considerarían como evidencias de esta existencia.

Resultados
datos, datos, datos...
Orientación del campo magnético

Durante estos 15 días no se ha observado ningún cambio en la orientación: es decir, no ha habido cambios de orientación en el campo magnético respecto del terrestre mayores de 2.5º, que es la precisión de la brújula. Les ahorro la gráfica correspondiente, porque es tontería: Una línea recta en 0

Intensidad del campo magnético

Recordemos que la medida se hace en referencia al campo magnético terrestre. La precisión del medidor, según vimos en la entrada anterior, está en torno al ±2.3%. Esto quiere decir que cualquier valor de Bq/Bref que se encuentre dentro del rango (0.977 – 1.023) está dentro del error de la medida, y por tanto, se considera indistinguible del campo magnético terrestre (que por definición es 1).

En la gráfica se ha marcado el límite de este rango, y tal y como se puede observar, ningún valor sobrepasa estos límites.

Conclusiones

A la vista de estos resultados, y dentro de la precisión del instrumental elegido, se pueden concluir varias cosas respecto de las hipótesis de partida:

- Energía piramidal: No hay evidencia de que haya una reorganización del campo magnético en el interior de la pirámide, ni hay por tanto evidencia de la existencia de la energía piramidal que lo provoca.

- Orientación de la pirámide: No hay evidencia de que la orientación de la pirámide respecto del eje magnético terrestre afecte a la existencia de una energía piramidal.

- Periodo de carga: No hay evidencia de que se necesite un “periodo de carga” de 15 días para la aparición de la energía piramidal.

- Material de construcción no ferromagnético. No hay evidencia de que en una pirámide con aristas de mondadientes de madera, y sin paredes, exista una energía piramidal. Hemos probado un solo material en concreto, pero a la vista de los puntos anteriores, y del conocimiento científico actual sobre campos y materiales magnéticos, nos tiramos a la piscina, y predecimos que estos resultados son extensibles a cualquier pirámide construida con materiales diamagnéticos o paramagnéticos (tanto con pared, como sin pared)


Por tanto, se puede decir, dentro de la precisión del experimento, que no hay evidencia de ninguna de las afirmaciones que hacen los piramidólogos. Cosa que a nadie debería extrañar.

Unos comentarios

1

Los expertos piramidólogos afirman que es posible obtener resultados rápidamente, sin necesidad de hacer una pirámide muy sofisticada, con tal de que sea proporcional a la Gran Pirámide. Es decir, los efectos piramidales deberían ser más que evidentes y notables, aún sin tener una pirámide perfecta, o instrumental muy preciso.

Estos resultados aquí expuestos vienen a decir que, de exisitir una energía piramidal, esta es en realidad muy débil (o al menos, tan débil que no hace variar el campo magnético terrestre más del 2.3%). Lo cual contradice esa supuesta facilidad para obtener resultados, y se puede considerar otra evidencia más de que la piramidología no deja de ser una piramidiotez.

2

Como ven, hemos llegado a varias conclusiones que atacan directamente a la línea de flotación de las hipótesis, con sólo un experimento. ¿Se podría haber llegado a las mismas (o las contrarias) metiendo una pechuga de pollo bajo la pirámide?

No.

Es práctica común en las pseudociencias lanzar hipótesis a diestro y siniestro, pero luego "experimentar" sin tenerlas en cuenta. Y por eso nunca se llega a ninguna conclusión, incluso después de miles de repeticiones del mismo "experimento". Aquí en cambio, hemos usado la hipótesis para diseñar el experimento. Esto hace que los resultados sirvan para llegar a conclusiones válidas directamente relacionadas con la hipótesis. Y esta moraleja es válida tanto para las pirámides energéticas, como para las psicofonías, como la telepatía, como ... (añádase lo que se quiera)

3


Durante este tiempo, ningún experto piramidólogo ha tenido a bien criticar, o argumentar en contra del protocolo experimental expuesto anteriormente. Ahora que hay un resultado, seguro que tienen más de mil razones para justificar que haya sido negativo, aunque ninguna de ellas incluirá la posibilidad de que la energía piramidal no exista. Es lo que tiene la pseudociencia, que siempre es la realidad que que es falsa, pero nunca sus "hipótesis".


Pero no se apuren, queridos charlatanes: en los comentarios estamos deseando poder leer todas esas miles de justificaciones. A su disposición quedan.

lunes, abril 09, 2007

Medida experimental casera de la energía piramidal en el interior de una pirámide de mondadientes (I)

Hemos hablado ya un par de veces sobre el poder energético de las pirámides (y más concretamente de la ausencia de éste). Vimos cómo célebres científicos habían desarrollado toda una teoría acerca de la naturaleza de esta energía, que les llevaba a concluir, básicamente, que esta energía era de carácter magnético, lo cual producía una acumulación de neutrinos, cosa harto sorprendente porque estas partículas al carecer de carga eléctrica, no interaccionan con campos magnéticos. Una hipótesis interesante, sí, pero sin el aval de unos resultados experimentales, no deja de ser la típica elucubración después de varias copas. Va a ser por ello que todavía nadie les ha propuesto para el Nobel.

Así pues, los Laboratorios Secretos de Gluon con Leche, se han decidido a dar el paso de encontrar la evidencia experimental que demuestre la existencia de esta energía piramidal de origen magnético. ¿Por qué lo hacemos?

¿Por la salud mundial? No. Los piramidiotas ya usan la piramidología sin necesidad de pruebas, siempre que estén sanos: cuando están realmente enfermos acuden al hospital como todo hijo de vecino. Así que dará igual el resultado del experimento que vamos a desarrollar, que la medicina “oficial” seguirá siendo la que funcione, y a la que acudirán cuando la necesiten.

En realidad, lo confesamos, lo hacemos por la fama y el dinero que nos dará el premio Nobel por demostrar experimentalmente la existencia de este tipo de energía.

El protocolo experimental

¿Cuál es el mejor método de comprobar esta energía piramidal? Es curioso cómo preguntados los expertos, su protocolo experimental consiste en fabricar una pirámide, poner trozos de carne debajo, y comparar posteriormente su estado de conservación con otro trozo de carne fuera de la pirámide.(Protocolo en la sección de archivos de la lista Charlatanes) Es decir, un método en que la medida es de carácter puramente subjetivo (como en toda pseudociencia que se precie: no vamos a dejar que un dato nos estropee una creencia). Pero es que, aunque haya (que seguramente la hay) una forma de determinar objetivamente el grado de putrefacción de la carne, y se diera un resultado positivo para el “experimento”, de ninguna forma quedaría probado que hay una energía piramidal de origen magnético, ya que nos enfrentamos a un producto final del que no hemos podido analizar el mecanismo por el cual ha salido tal resultado, porque que se ha obviado la teoría que (se supone) lo sustenta. Por eso, los Laboratorios Secretos de GcL, siempre dispuestos a hacer ese trabajo que los pseudoexpertos no quieren (ni saben) hacer, han desarrollado su propio protocolo experimental, destinado a comprobar la existencia de la energía piramidal.

1. Hipótesis a falsar

La pseudoteoría piramidal establece que (Véase el panfleto del Dr. Sosa, y el “protocolo” en la sección de archivos de la lista de correos “charlatanes”):

- La esencia de la energía piramidal es magnética, se encuentra en todas partes y la pirámide la “organiza” de forma tal que su existencia se ponga de manifiesto
- La pirámide debe estar orientada con el eje magnético de la Tierra
- La pirámide puede ser construida de cualquier material que no sea ferromagnético. Puede tener o no paredes.
- El punto de mayor concentración de la energía es a un tercio de la altura de la pirámide.
- Las dimensiones de la pirámide deben ser proporcionales a las de la Gran Pirámide de Keops [Arista = Base x 0,951]
- Se necesita un periodo de 15 días para cargar de energía la pirámide.



2. Qué medir y por qué

Una vez conocida las hipótesis y afirmaciones que se hacen, podemos decidir qué magnitudes se pueden medir, y por qué hay que medirlas. Dado que la pirámide “reorganiza” la energía magnética, es de esperar una variación del campo magnético en el interior de la pirámide, una magnitud física que es posible medir. El campo magnético se caracteriza por dos parámetros: intensidad y orientación. Entonces, si existe una energía piramidal, se debe de observar una diferencia de la intensidad y/u orientación del campo magnético en el interior de la pirámide respecto al exterior. Éstos son los parámetros a medir.

3. Control de variables

La reorganización de la energía magnética depende de la orientación de la pirámide respecto al eje magnético de la Tierra. Por tanto, se deben medir intensidad y orientación en función del ángulo de orientación de la pirámide. Es de esperar que el cambio en el campo magnético sea máximo cuando la orientación sea cercana al eje magnético terrestre (es decir, una desorientación de 0º), y mínima cuando la desorientación sea cercana a 45º

También se establece un “periodo de carga” de 15 días, por lo que se pueden repetir todas las medidas cada día, para intentar observar cómo la variación del campo magnético aumenta durante esos 15 días.

4. Materiales

La pirámide puede ser fabricada en diversos materiales, siempre y cuando no sean ferromagnéticos, y las paredes no son imprescindibles. Por comodidad, hemos elegido una hecha con mondadientes de madera, con una base de 6.3 cm (longitud total del mondadientes), y una arista de 6.0 cm, acorde con las dimensiones previstas en las hipótesis.

5. Instrumentación

Existen aparatos para medir campos magnéticos. Por desgracia, el presupuesto del Laboratorio suele gastarse principalmente en cervezas, así que vamos a recurrir a un método totalmente casero (y así de paso, cualquier persona puede intentar replicar el experimento).

Nuestros instrumentos de medida son una brújula, y un cronómetro. Obviamente, la brújula da la orientación del campo magnético, en nuestro caso, con una precisión de 2.5º. Y con la ayuda del cronómetro, se puede cuantificar la intensidad del campo magnético.


Piensen primero en un muelle con una masa. En reposo, el muelle tiene una longitud L. Si ahora tiramos de la masa para estirar el muelle, éste responde en sentido contrario, y más fuerte cuanto más tiremos. Si en cambio comprimimos el muelle, entonces la fuerza trata de estirarlo para recuperar la posición inicial. El muelle actúa como una fuerza recuperadora, que actúa en el sentido contrario al del desplazamiento de la masa Si tiramos (o comprimimos) y soltamos, el muelle ejecuta un movimiento oscilatorio, con una frecuencia que depende de la constante de fuerza del muelle y de la masa.


Volvamos a la brújula. La brújula es un pequeño imán, que se puede considerar un dipolo magnético, con su correspondiente momento dipolar M. Este momento, se orienta en presencia de un campo magnético B. Cuando la brújula está orientada, se halla en reposo. Si giramos la brújula, se desorienta en un ángulo q, de forma que el campo magnético ejerce una fuerza que trata de hacer recuperar la posición de equilibrio, igual que lo hacía el muelle. De igual forma, la brújula empieza a oscilar en torno a su posición de equilibrio, y lo hace con una frecuencia w que depende de la intensidad del campo magnético B, del momento dipolar de la brújula M, y de su momento de inercia I:



(Queda como ejercicio para los piramidólogos demostrar de donde sale esta fórmula)

Así pues, es posible en teoría cuantificar la intensidad del campo magnético, al medir la frecuencia de estas oscilaciones. Existen, sin embargo, parámetros que no son conocidos, como el momento de inercia (aunque se podría calcular), y el momento magnético dipolar de la brújula.

Sí se puede, en cambio, hacer medidas con referencia al campo magnético terrestre: se puede medir una frecuencia de oscilación (wref) cuando la brújula está fuera de la pirámide. Cuando se coloca la brújula dentro, si existe un campo magnético distinto presente debido a la reorganización que produciría la pirámide, la frecuencia de oscilación adquiere entonces otro valor (wi). El cociente entre el cuadrado de las dos frecuencias, es proporcional al cociente entre la intensidad de ambos campos:

Si el campo magnético dentro de la pirámide es igual al de referencia, es decir, no hay reorganización del campo magnético, entonces este cociente será siempre 1, dentro de la precisión del sistema experimental. Si es mayor que 1, entonces el campo producido es mayor, y si es menor que 1, entonces el campo se ha debilitado.

Para medir la frecuencia de la oscilación, nada más sencillo que desorientar la brújula, esperar a que se estabilicen las oscilaciones, activar el cronómetro, y contar oscilaciones. La frecuencia será el número de oscilaciones, divido por el tiempo que ha tardado en hacerlas.

Como ven, un método casero, que humildemente vamos a bautizar medidor GcL de campos magnéticos, que no sacaremos a la venta pública porque cualquiera puede hacerse uno igual en casa, y el negocio sería una ruina para nosotros.

6. Precisión del instrumental

Cualquier persona habituada a experimentar sabe que no sólo debe saber darle al botón de su aparato de medida. Debe saber cómo funciona, conocer hasta los más mínimos detalles, y en especial, su precisión. En el medidor GcL, el propio experimentador debe activar y parar el cronómetro, lo cual introduce errores en la medida, ya que se tarda un tiempo siempre variable en reaccionar. Existen errores de apreciación sobre donde empieza la primera oscilación a contar, y donde termina la última. Estos errores introducen una incertidumbre en la medida del tiempo, que se propaga hasta la cantidad final que se desea calcular (frecuencia de oscilación, y posteriormente, cociente con la frecuencia de referencia). Así pues, la pregunta obligada es ¿Cuál es la precisión del medidor GcL?

Para ello, nada mejor que medir un número elevado de veces el campo magnético terrestre, hallar la frecuencia de oscilación de la brújula, y comprobar qué valores se obtienen, y con qué dispersión: tomamos 10 medidas, contando 10 oscilaciones, y se calcula su frecuencia promedio wi. , y su dispersión (error). Se repite el proceso otras 11 veces. (Total, 110 medidas). Con estas 11 frecuencias promedio, se calcula nuevamente su media, se calcula el cuadrado del cociente de cada frecuencia promedio wi, con la frecuencia media wmedia, y sus correspondientes errores.


Tal como se ve en la gráfica, las medidas se acumulan en torno a 1 con una dispersión, pero lo importante son las barras de error, que tienen una longitud media de s±0.023. Esto quiere decir que cualquier valor que se calcule y que caiga dentro de esta banda de error (marcada en azul en la gráfica) debe ser considerada indistinguible respecto del valor medio, y la diferencia es únicamente atribuible a la precisión del medidor, y no a una interacción distinta. El medidor GcL sería capaz de medir una variación mínima del 2.3% respecto del campo magnético de referencia (en este caso, el terrestre). (Esta precisión se puede mejorar aumentando el número de oscilaciones a contar en cada medida)

7. Pruebas de instrumentación

Como se que mis lectores son unos malvados escépticos aficionados a la barbacoa, y no se creen nada a la primera, hemos probado el medidor GcL con un imán.


Colocado a distintas distancias, su acción sobre la brújula se hace cada vez mayor, y por tanto, se observan sus efectos tanto en la desviación de la aguja de la brújula:


Como en la intensidad del campo magnético (medida a través de la frecuencia de oscilación de la aguja):


(En la gráfica pequeña, una ampliación de la zona marcada)

(Recordamos que w2i/w2ref=Bi/BRef, con lo que el campo magnético cuando el imán está a una distancia de 6 cm es 17 veces el del campo magnético terrestre. B=17•0.5 Gauss=8.5 Gauss)

8. Consecuencia de los resultados

Queda definido así el protocolo experimental. Las medidas que se realizan son las siguientes:

- Cada día, durante 15 días, se medirá el campo magnético de referencia (el campo terrestre) sin pirámide. Las medidas se realizan siempre en el mismo lugar, para intentar minimizar las posibles contribuciones parásitas debidas a aparatos, o materiales ferromagnéticos cercanos, que pueden ser distintas cada día.
- Cada día, durante 15 días, se medirá el campo magnético con la pirámide desorientada en 0º, 15º, 30º y 45º
- Cada medida supone medir en la misma configuración (sin pirámide, y con pirámide en sus distintas orientaciones) varias veces (10), de donde se halla la media y su desviación estadística.
- Se anota la desviación angular media del campo magnético, y la frecuencia media de oscilación obtenida de esta forma.
- Se comparará para cada día, la relación entre el campo magnético sin pirámide, y con pirámide para cada orientación, a través de la relación entre el cuadrado de sus frecuencias, y los errores de las medidas.

De esta forma, al analizar los resultados se puede evaluar si la hipótesis de partida es correcta o incorrecta. Se considerará que se ha encontrado evidencia de la energía piramidal si:

- El campo magnético en el interior de la pirámide, cuando ésta está orientada en el eje Norte – Sur, es significativamente distinto respecto del campo magnético de referencia terrestre. Esto supone una desviación mínima de 2.5º en la dirección, y/o una variación de la intensidad mayor de ±2.3%.

Además, se confirmarán otros aspectos de la hipótesis de partida si:

- La variación respecto al campo magnético de referencia es máxima cuando la desorientación es de 0º, y disminuye cuando la desorientación aumenta hasta los 45º
- La variación del campo magnético de referencia crece durante 15 días.

Llevamos ya unos días midiendo. Los 15 días de “carga” terminan el próximo 20 de Abril.

Consulten los resultados del experimento.