Un lector de este blog (¡gracias Jaime!) me ha escrito hablándome de una «bola de lavar», sospechando que se trata de un timo que lo único que limpia de verdad es el bolsillo del comprador.
El producto en cuestión se llama «Öko-ball», «ecobola», «bola de lavar», e incluso la «öko-ball oficial», sugiriendo que las demás son imitación, cuando en realidad se trata en todos los casos de un único y mismo producto. O así se desprende de la publicidad que aparece en cada web, porque es exactamente la misma.
El milagro que dicen hace esta bola es que lava la ropa sin usar detergente. Nada de «química», totalmente respetuosa con el medio ambiente, dura 3 años, y sólo hay que recargarla una vez al mes colocándola al sol. No conocía yo la bola esta, pero lleva ya un año o así dando vueltas. Tuvo su publicidad en el diario El Mundo, e incluso se habló de ella en Onda Cero.
Se mete en el tambor de la lavadora sin detergente, se pone en march y aparte de lavar la ropa,
Okoball elimina el cloro del agua aumentando su capacidad de limpieza.
Okoball protege su ropa de la decoloración i de la oxidación causada por el cloro.
Finalmente Okoball elimina los microorganismos patógenos y los malos olores.
E incluso,
Dentro del frigorífico mantiene frescos más tiempo los alimentos
¿Que aún no les suena a pseudociencia barata? Pues si miran la explicación de cómo son posibles tales maravillas, debería quedar del todo claro:
La poderosa acción de las ondas energéticas de rayos infrarrojos rompe la combinación de hidrógeno de las moléculas del agua. Esta acción de fuerza aumenta la penetración del agua en las fibras de los tejidos. Emite iones negativos que debilitan la adherencia de la suciedad facilitando su eliminación. El resultado es un lavado totalmente eficaz.
Los imanes permanentes cambian la estructura pentagonal de los anillos moleculares a una estructura hexagonal potenciando la eficacia limpiadora debido a una mayor penetración en los tejidos.
Okoball mantiene un pH del orden de 10, equivalente al pH de un detergente ordinario. Este pH es lo que permite procesar eficazmente las manchas de grasas orgánicas o químicas.
Palabrería científica para dar lustre al producto. Pseudociencia es la primera descripción que aparece de esta bola en la entrada de la wikipedia en inglés. Como lustre dan los «certificados» que muestran algunas webs. Esta en concreto, muestra poseer un certificado por TÜV Rheinland, y si se busca con paciencia, resulta que el certificado es de un juguete.
Preguntados los de TÜV Rheinland, su respuesta vino a ser que se certificó como juguete, porque las pruebas que se efectuaron entraban en esa categoría, que por lo visto son relativas a «diseño y propiedades mecánicas», «inflamabilidad» y «toxicidad». Por lo que me parece entender, los certificados sólo sirven para certificar que la manipulación del producto es segura, que nadie va a salir intoxicado por usarlo, que no contamina el medio ambiente, etc... Pero en ningún caso sirven para certificar que el producto funciona, o que funciona como dice funcionar.
Entrando en el aspecto del funcionamiento del producto, parece estar basado en esta patente, en la que se explica que la bola contiene unas bolitas de cerámica, imanes, unas resinas y fibras de cobre. Al moverse el invento dentro de la lavadora, las bolas de cerámica chocan entre sí, calentándose y emitiendo radiación infrarroja lejana. Qué pintan los imanes, el cobre o las resinas, no parece estar explicado en ningún lado, y menos en las webs de los anunciantes. Esta radiación infrarroja hace que las moléculas de agua en contacto con las cerámicas «entren en resonancia», activándose, y haciendo milagros.
La energía infrarroja, y en particular el infrarrojo lejano, no es más que «calor». Sin más. Usted mismo, lector, está emitiendo infrarrojo lejano. Cualquier cuerpo por el hecho de estar a una temperatura, emite radiación. El tipo de esta radiación depende del valor de esa temperatura, y la correspondiente al infrarrojo lejano (que no es más que radiación electromagnética con longitud de onda entre 8 y 12 micras) corresponde a un rango de temperaturas entre 240 y 360 K (entre -30°C y 90°C aproximadamente). Es decir, las timobolas ya están emitiendo radiación infrarroja lejana. Igual que la lavadora, e igual que el propio agua. Es más, a pesar de que teóricamente el rozamiento de las bolas de cerámica haría que se calentaran ligeramente, probablemente sea más importante el calor que desprenda el motor de la lavadora, o el agua que pretenden «activar» si se lava con agua caliente. Incluso, lo más probable es sea el agua quien caliente a la bola más que el rozamiento interno de las cerámicas. Y si el lavado es con agua fría, la capacidad calorífica del agua, y su mayor volumen hará que las bolas se refrigeren, con lo que el posible efecto de calentamiento por rozamiento quedaría anulado.
Pero hay más, y es que en el afán de usar palabrería, los propios anunciantes se disparan en el pie. Dicen alegremente:
Okoball elimina el cloro del agua aumentando su capacidad de limpieza
(Negrita mía). Y sin despeinarse, en otra parte de la web son capaces de decir:
Para una mejor eficacia con la ropa blanca se puede añadir a la cubeta del jabón una cucharadita de postre de sal común.
Es decir, que la timobola lava mejor porque elimina el cloro, pero si añadimos una cucharadita de cloruro de sodio, entonces lava aún mejor.
¿Y entonces, la bola lava o no lava la ropa? Pues hace el mismo lavado que un agua sin detergente. Habrá manchas que saldrán sólo con agua. Habrá otras que no. De hecho, para ropa muy sucia se aconseja echar un poco de detergente. ¿Por qué será?
Personalmente, creo que la ecobola, bola de lavar, o como quieran llamarla, como sonajero podría ser más útil, con la ventaja de que ya está certificada como juguete.