(Vía http://www.fisica2005.org)
He aquí una presentación acerca de la teoría de la relatividad de Einstein.
¡Disfrútenla!
jueves, septiembre 22, 2005
lunes, septiembre 19, 2005
Himbestigación en Bélmez
Por fín, después de mucho tiempo, se materializó la famosa parademanda por la cual Javier Cavanilles será paracondenado a parapagar unos paracuantosmil euros por dañar la imagen y el honor de todo un paraprofesional como Pedro Amorós. La famosa parademanda puede leerse, junto con algunos documentos que se adjuntaban, en e-lecturas.
En la plantilla de Gluón con Leche no figura ningún jurista ni abogado, por lo que nos abstendremos de opinar sobre las posibilidades de éxito de la susodicha. En cambio, nos vamos a fijar en las últimas páginas de lo publicado (46 a 50), documentos para apoyar las reclamaciones que se hacen ante el juez, donde se describe una ¿investigación? hecha en la casa nueva, para determinar si las caras pueden deberse a la proliferación de hongos, ayudada por la presencia de "nutrientes" orgánicos, tales como el aceite.
Cabe destacar que el proceso de crecimiento y multiplicación de hongos no es en absoluto paranormal, por lo que finalmente se obtendría una mancha, que por pareidolia parecería una cara, o un gato, según gustos. En cierta forma se está investigando lo que siempre han dicho los escépticos, y que siempre han negado por ridículo los responsables del tema: las caras son un efecto de pareidolia, al margen de cual sa su composición. Bueno, siempre nos queda la coartada paranormal de que el espíritu de un muerto en la guerra civil le dice a los hongos donde deben de crecer para poder formar la cara.
También conviene recordar aquellos anunciadísimos y nunca revelados análisis Johnson en los que no se encontró ni rastro de materia orgánica. Ni de aceite, ni de hongos, ni como veremos, de nutrientes orgánicos, lo cual nos hace reafirmarnos en todo lo expuesto en el post anterior, dado que aquellas muestras salieron de la misma habitación donde se hizo este experimento.
Hipótesis de trabajo
El documento viene titulado como "Pruebas para determinar el soporte físico de las Caras de Bélmez", y empieza exponiendo cómo, en base a un informe previo sobre hongos (también incluido con la demanda), existe la posibilidad de que éstos se encuentren en los poros del cemento. Añadido al hecho de que tanto la cocina de la casa vieja, como cuarta planta de la casa nueva - usada como despensa - tenían gran cantidad de restos orgánicos (y apostillamos: que no se han encontrado en los análisis Johnson), la proliferación de hongos es muy posible.
Así que el objetivo del experimento es "determinar si la adición de un substrato orgánico al suelo facilita la aparición de "caras" en el suelo".
Diseño del experimento
Y en el primer párrafo, tropezón. Reconociendo que este experimento requiere de recursos que no se disponen para la identificacion de hongos, el experimento queda reducido a
que es lo mismo que reconocer que el experimento no sirve absolutamente de nada. Si no es concluyente, malamente puede apoyar o dejar de apoyar una hipótesis.
En el texto se menciona que la intención es encontrar justificación o indicios de que esa línea de investigación es acertada. Sin embargo, si aparecen caras, no quiere decir que haya sido por los hongos, y si no aparecen, no quiere decir que no los haya, simplemente porque no hay medios para saberlo. Cualquiera que sea el resultado, la hipótesis ni se descarta ni se confirma, y la única posibilidad que queda es hacer la prueba con los medios adecuados que permitan llegar a conclusiones de verdad. No es mas que un [mal llamado] experimento al tuntún, que sólo sirve para pasar el rato tomando unas cervezas.
El desarrollo del experimento es básicamente dividir el suelo en parcelas, donde unas se mojarán sólo con agua, y otras con agua mezclada con nutrientes.
Pero ¿qué cantidad de agua hay que usar para mojar el suelo? Aquí nos encontramos con un error conceptual: la humedad. ¿Cuál es la humedad del suelo? ¿Cómo se define y se mide?
Lo que comúnmente conocemos por humedad está referida a la atmósfera. Es una medida de la cantidad de vapor de agua existente en un volumen de atmósfera, aunque lo habitual es hablar de la humedad relativa: relación entre la cantidad de vapor de agua existente y la cantidad máxima que puede contener (o cantidad necesaria para la saturación), y que produciría la condensación y formación de una nube. La relación que pueda tener la humedad relativa con cómo de mojado esté el suelo afecta a cómo de rápido se va a evaporar el agua de la superficie. Con una humedad del 100% (saturación), no se evaporará del suelo porque la atmósfera ya contiene toda el agua que puede tener. Igual les pasa a las personas en ambientes calurosos y húmedos: el sudor no se evapora del cuerpo y no lo refrigera, por lo que estamos permanentemente acalorados y en nuestra salsa. En ambientes secos en cambio, la falta de agua en atmósfera hace que se evapore más rápidamente, tanto del suelo como del cuerpo. Por eso el calor seco es más llevadero.
Por tanto, hablar de la humedad del suelo, sin explicar a qué se refieren, es poco menos que dudoso. Más adelante se da a entender que es el volumen de agua que se extiende sobre el suelo, o quizás cuanto de mojado está el suelo, pero seguimos sin saber cómo se define y mide esa magnitud.
Y ahora llega un salto lógico mortal hacia delante con tirabuzón hacia atrás que ni Greg Louganis (aquel que se dio con el trampolín en las olimpiadas de Barcelona, creo) A pesar de haber reconocido que la prueba no dará ninguna conclusión, no se cortan en asegurar con negritas que:
Sin medios para comprobar la presencia de hongos, sin poder cuantificar esa presencia antes y después, ni entre las diferentes muestras, NO es posible determinar si un supuesto resultado positivo es debido a los hongos. Bien podría ser debido al depósito de la materia orgánica sobre la superficie y en sus poros como si de una pintura o pigmento cualquiera se tratase, o a que una mano invisible, con un pincel invisible dibujó las caras.
Hay que hacer hincapié en que se está asumiendo de partida que existen hongos en el suelo. Seguramente sea así, pero antes de intentar este experimento conviene confirmar que efectivamente están ahí. Porque si por casualidad no hubiera hongos, que salga una mancha y atribuírsela alegremente es meter la pata hasta el fondo. Más aún, conviene saber qué especies en concreto existen, cual es la mayoritaria, su homogeneidad en el suelo, en qué se diferencian las especies, cual es la velocidad de crecimiento de cada una y de qué depende (humedad ambiente o tipo de alimento, por ejemplo). Todo esto no es más que un trabajo previo de estudio de sillón que tan poco gusta a los parnormalólogos, y de caracterización del suelo, para que cuando ocurra algo, saber cuales son las diferencias y a qué son debidas. Este trabajo previo también puede ayudar a elegir un tipo de hongo, o unos pocos en los que centrar el estudio, y también el tipo de nutriente a echar, si por ejemplo ciertos compuestos favorecen a una especie más que otra. Es un trabajo previo que no se ve ni intuye por niguna parte (salvo las generalidades acerca de hongos en las páginas 42 y 43 de la demanda)
Existe además otro problema, que nunca se han preocupado por tratar, y que es fundamental: ¿Qué es una teleplastia?¿Y qué una gestaltsia? Recordemos que hubo un momento en que vecinos de Bélmez aseguraron que en sus casas también habían aparecido caras. Pero los profesionales de la SEIP rápidamente explicaron que se debían a gestaltsias, refiriéndose con ello a la pareidolia, esa teoría que tan ridícula les parece cuando se habla de sus caras. ¿Qué diferencia una teleplastia de una pareidolia o gestaltsia? Nunca se ha resuelto ni tratado este problema fundamental en este asunto. Sólo se dice que las caras son perfectamente reconocibles, pero ¿se acuerdan del gato teleplástico? Esa también era una teleplastia de las de verdad.
Los problemas de definición, como la humedad o qué es una teleplastia, sobre todo en un problema en que la percepción subjetiva juega un papel muy importante no es una cuestión de formalidad sin importancia, o una pijotada de los malvados científicos oficiales. Siempre es la base de donde se parte. Si el cimiento está mal construido, el edificio se cae. Esto no es profesionalidad precisamente.
Método experimental
Llega el momento de escoger los nutrientes que se van a emplear, y se deciden por una salsa comercial (cuyo envoltorio se puede contemplar en la última fotocopia de la demanda), debido a que tiene una "composición rica y compleja, que favorece el desarrollo de un amplio espectro de hongos", y además es soluble en agua, con lo que se puede repartir homogeneamente por el suelo. Problema: la salsa contiene una gran cantidad de compuestos ¿cuáles son idóneos como nutriente y cuales no? ¿Qué efectos tendrán los que no son idóneos? Se añaden variables descontroladas.
Hubiera sido más deseable un solo nutriente o compuesto específico, determinado a partir de un estudio previo en profundidad de qué es un hongo, su metabolismo y cuales están presentes en el suelo. De esta forma se puede controlar la cantidad de nutriente que se está suministrando, y quizás se podría controlar el crecimiento de los hongos. Pero el problema más grave es que con una salsa así, no hacen falta hongos para producir manchas en el suelo. Si se llama "Salsa de pimenta verde", no es porque sea transparente precisamente.
El caso es que proceden a hacer una disolución con una concentración de 3% usando 30 gramos de sustancia por cada litro de agua. Si hacen las cuentas, el 3%, redondeando, es un número correcto. Nos queda la duda de si fue de casualidad. La densidad del agua es (aproximadamente) 1 gr/cm3. Por lo que en un litro (1000 cm3), hay 1000 gramos de agua.
Concetración en masa:
Otra forma de medir la concetración es a partir de la densidad:
No es profesional andar mezclando unidades, gramos con litros, ni concetración en masa con densidad. Puede parecer otra pijotada de los malvados científicos pirómanos de nuevos Galileos, pero la correcta definición de las propiedades a estudiar y sus unidades correctas es importante (veremos que la segunda opción para la concetración es más conveniente de usar)
Que se lo digan a la NASA, cuando mandó la sonda Mars Climate Orbiter a Marte. Dos de sus módulos que debían pasarse datos, sólo se pasaban los valores numéricos sin unidades, pero mientras uno trabajaba en millas, el otro lo hacía en kilómetros. Se estrelló.
Se comenta que la cantidad de disolución en sí no es de importancia, ya que sólo es una prueba. En un experimento serio, sí tendría su importancia, porque se podría hacer una serie, depositar en cada muestra una cantidad distinta de nutriente. En principio parece lógico que a más nutriente, aparezcan hongos más rápidamente. Así que cuantificando la cantidad de hongos que aparecen, frente a la cantidad de nutriente ayuda a caracterizar y conocer el proceso que nos traemos entre manos.
Siguiendo con lo que estábamos, el caso es que se hacen varias parcelas, en unas sólo se echa agua, y en las otras el preparado. En cada una se aplican 250 ml de agua con dos esponjas, una para agua y otra para el preparado. ¿Y cuanta cantidad de nutriente es esa? Con la primera opción de concentración (C=2.9%), se podría saber, pero es más fácil usando la segunda:
Es más interesante saber la masa de nutriente que el volumen de líquido, ya que al fin y al cabo, el nutriente es el elemento importante. Pero aún queda determinar de esos 7.5 gramos, cuantos corresponden a compuestos que sí son nutrientes, y cuantos no.
Más problemas : ¿La esponja, estaba limpia, no había bacterias, o cualquier tipo de sustancia que pudiera servir como nutriente? ¿Y en el agua que es cogida del grifo? El agua contiene siempre gran cantidad de iones de sales disueltas. Según reza el informe previo al experimento acerca de los hongos, el pH es un factor muy importante para el metabolismo de los hongos. ¿Se controló la cantidad de elementos disueltos y el pH del agua? No.
Las últimas anotaciones de la prueba son las condiciones de humedad atmosférica, que variaron entre el 89% y el 77%. Es decir, otro parámetro más descontrolado. La humedad relativa afecta a la velocidad con que se evapora el agua del suelo. Y con ella puede evaporarse parte del nutriente, de forma que al final, la cantidad metabolizada por un hongo puede ser cualquiera, incluso distinta de una zona a otra. Además, si tan importante es la humedad, como han sostenido siempre en la SEIP, ¿por qué demonios no se ha puesto aún un climatizador?
En resumen, un experimento sin medios, con saltos lógicos, fallos conceptuales básicos, sin un estudio profundo de lo que se traen entre manos, descontrol total de variables... Esperamos que las cervezas por lo menos estuvieran frías.
Y hasta aquí podemos leer, porque en la demanda no está el resultado final del experimento.
A riesgo de ser pesados, nos gustaría remarcar una vez más que el suelo donde se echó el nutriente orgánico es el mismo del que salieron las muestras para los análisis Johnson, en los cuales, misteriosamente, no se detectó materia orgánica alguna.
Investiga tú
Llegados a este punto, es cuando siempre se responde aquello de "mucho criticar, pero ¿por qué no lo investigas tú?. Ven a Bélmez a investigar" (Si quiere un consejo, no le conteste esto al señor Juez)
Es algo que los amantes del misterio nunca llegan a comprender. Estamos hablando de este experimento, y sólo de éste. No de otro. Cuando haya otros, ya hablaremos de ellos. Que servidor haga su propio experimento no va a corregir las deficiencias que tiene éste. Incluso si consiguiera validar la hipótesis que proponen, este experimento se cae por todos los lados y no sirve para nada.
Imaginemos que la sección de investigación de Gluón con Leche se desplaza hasta Bélmez, hace unos experimentos, y concluye que contrariamente a lo que dice la SEIP, el fenómeno es totalmente normal (sea cual sea la causa). ¿Y ahora qué? Las conclusiones son contradictorias, así que al menos una de ellas (o las dos) es errónea. ¿Cómo saber cual?
Pues con esa palabra que tan poco parece gustar a algunos últimamente: debate. Se examina la investigación, se discute si el procedimiento era o no adecuado y por qué, si la hipótesis era o no adecuada y por qué, si las conclusiones son acertadas o no y por qué... tal y como se ha hecho por ahí arriba. Y esta discusión es independiente de otras investigaciones. Todas las investigaciones son discutidas y debatidas. Todas, sin excepción, porque el debate y la confrontación de ideas es parte no ya del método científico, sino de cualquier forma de pensamiento mínimamente crítico que aspire a avanzar en el conocimiento.
Así que para defender una investigación, no cuela eso del "investiga tú". Que haya otras investigaciones o no, no van eliminar las deficiencias de esta en particular, ni la va a hacer más o menos válida.
Final
Pues hemos visto un magnífico ejemplo de cómo se himbestiga en Bélmez. Adjuntado, no olvidemos, a una demanda por
Basta leer el experimento para comprender que no hace falta mucho para caer en el descrédito ante la comunidad investigadora.
En la plantilla de Gluón con Leche no figura ningún jurista ni abogado, por lo que nos abstendremos de opinar sobre las posibilidades de éxito de la susodicha. En cambio, nos vamos a fijar en las últimas páginas de lo publicado (46 a 50), documentos para apoyar las reclamaciones que se hacen ante el juez, donde se describe una ¿investigación? hecha en la casa nueva, para determinar si las caras pueden deberse a la proliferación de hongos, ayudada por la presencia de "nutrientes" orgánicos, tales como el aceite.
Cabe destacar que el proceso de crecimiento y multiplicación de hongos no es en absoluto paranormal, por lo que finalmente se obtendría una mancha, que por pareidolia parecería una cara, o un gato, según gustos. En cierta forma se está investigando lo que siempre han dicho los escépticos, y que siempre han negado por ridículo los responsables del tema: las caras son un efecto de pareidolia, al margen de cual sa su composición. Bueno, siempre nos queda la coartada paranormal de que el espíritu de un muerto en la guerra civil le dice a los hongos donde deben de crecer para poder formar la cara.
También conviene recordar aquellos anunciadísimos y nunca revelados análisis Johnson en los que no se encontró ni rastro de materia orgánica. Ni de aceite, ni de hongos, ni como veremos, de nutrientes orgánicos, lo cual nos hace reafirmarnos en todo lo expuesto en el post anterior, dado que aquellas muestras salieron de la misma habitación donde se hizo este experimento.
Hipótesis de trabajo
El documento viene titulado como "Pruebas para determinar el soporte físico de las Caras de Bélmez", y empieza exponiendo cómo, en base a un informe previo sobre hongos (también incluido con la demanda), existe la posibilidad de que éstos se encuentren en los poros del cemento. Añadido al hecho de que tanto la cocina de la casa vieja, como cuarta planta de la casa nueva - usada como despensa - tenían gran cantidad de restos orgánicos (y apostillamos: que no se han encontrado en los análisis Johnson), la proliferación de hongos es muy posible.
Así que el objetivo del experimento es "determinar si la adición de un substrato orgánico al suelo facilita la aparición de "caras" en el suelo".
Diseño del experimento
Y en el primer párrafo, tropezón. Reconociendo que este experimento requiere de recursos que no se disponen para la identificacion de hongos, el experimento queda reducido a
"prueba preliminar que va solo a apoyar o no la teoría de que los trazos de las caras estén producidos por hongos. En ningún caso será una prueba concluyente"
que es lo mismo que reconocer que el experimento no sirve absolutamente de nada. Si no es concluyente, malamente puede apoyar o dejar de apoyar una hipótesis.
En el texto se menciona que la intención es encontrar justificación o indicios de que esa línea de investigación es acertada. Sin embargo, si aparecen caras, no quiere decir que haya sido por los hongos, y si no aparecen, no quiere decir que no los haya, simplemente porque no hay medios para saberlo. Cualquiera que sea el resultado, la hipótesis ni se descarta ni se confirma, y la única posibilidad que queda es hacer la prueba con los medios adecuados que permitan llegar a conclusiones de verdad. No es mas que un [mal llamado] experimento al tuntún, que sólo sirve para pasar el rato tomando unas cervezas.
El desarrollo del experimento es básicamente dividir el suelo en parcelas, donde unas se mojarán sólo con agua, y otras con agua mezclada con nutrientes.
Pero ¿qué cantidad de agua hay que usar para mojar el suelo? Aquí nos encontramos con un error conceptual: la humedad. ¿Cuál es la humedad del suelo? ¿Cómo se define y se mide?
Lo que comúnmente conocemos por humedad está referida a la atmósfera. Es una medida de la cantidad de vapor de agua existente en un volumen de atmósfera, aunque lo habitual es hablar de la humedad relativa: relación entre la cantidad de vapor de agua existente y la cantidad máxima que puede contener (o cantidad necesaria para la saturación), y que produciría la condensación y formación de una nube. La relación que pueda tener la humedad relativa con cómo de mojado esté el suelo afecta a cómo de rápido se va a evaporar el agua de la superficie. Con una humedad del 100% (saturación), no se evaporará del suelo porque la atmósfera ya contiene toda el agua que puede tener. Igual les pasa a las personas en ambientes calurosos y húmedos: el sudor no se evapora del cuerpo y no lo refrigera, por lo que estamos permanentemente acalorados y en nuestra salsa. En ambientes secos en cambio, la falta de agua en atmósfera hace que se evapore más rápidamente, tanto del suelo como del cuerpo. Por eso el calor seco es más llevadero.
Por tanto, hablar de la humedad del suelo, sin explicar a qué se refieren, es poco menos que dudoso. Más adelante se da a entender que es el volumen de agua que se extiende sobre el suelo, o quizás cuanto de mojado está el suelo, pero seguimos sin saber cómo se define y mide esa magnitud.
Y ahora llega un salto lógico mortal hacia delante con tirabuzón hacia atrás que ni Greg Louganis (aquel que se dio con el trampolín en las olimpiadas de Barcelona, creo) A pesar de haber reconocido que la prueba no dará ninguna conclusión, no se cortan en asegurar con negritas que:
Si al final de la prueba obtenemos una mayor proporción de caras en las parcelas con medio nutritivo, el resultado apoyaría la teoría de que los trazos estuviesen conformados por hongos.
Sin medios para comprobar la presencia de hongos, sin poder cuantificar esa presencia antes y después, ni entre las diferentes muestras, NO es posible determinar si un supuesto resultado positivo es debido a los hongos. Bien podría ser debido al depósito de la materia orgánica sobre la superficie y en sus poros como si de una pintura o pigmento cualquiera se tratase, o a que una mano invisible, con un pincel invisible dibujó las caras.
Hay que hacer hincapié en que se está asumiendo de partida que existen hongos en el suelo. Seguramente sea así, pero antes de intentar este experimento conviene confirmar que efectivamente están ahí. Porque si por casualidad no hubiera hongos, que salga una mancha y atribuírsela alegremente es meter la pata hasta el fondo. Más aún, conviene saber qué especies en concreto existen, cual es la mayoritaria, su homogeneidad en el suelo, en qué se diferencian las especies, cual es la velocidad de crecimiento de cada una y de qué depende (humedad ambiente o tipo de alimento, por ejemplo). Todo esto no es más que un trabajo previo de estudio de sillón que tan poco gusta a los parnormalólogos, y de caracterización del suelo, para que cuando ocurra algo, saber cuales son las diferencias y a qué son debidas. Este trabajo previo también puede ayudar a elegir un tipo de hongo, o unos pocos en los que centrar el estudio, y también el tipo de nutriente a echar, si por ejemplo ciertos compuestos favorecen a una especie más que otra. Es un trabajo previo que no se ve ni intuye por niguna parte (salvo las generalidades acerca de hongos en las páginas 42 y 43 de la demanda)
Existe además otro problema, que nunca se han preocupado por tratar, y que es fundamental: ¿Qué es una teleplastia?¿Y qué una gestaltsia? Recordemos que hubo un momento en que vecinos de Bélmez aseguraron que en sus casas también habían aparecido caras. Pero los profesionales de la SEIP rápidamente explicaron que se debían a gestaltsias, refiriéndose con ello a la pareidolia, esa teoría que tan ridícula les parece cuando se habla de sus caras. ¿Qué diferencia una teleplastia de una pareidolia o gestaltsia? Nunca se ha resuelto ni tratado este problema fundamental en este asunto. Sólo se dice que las caras son perfectamente reconocibles, pero ¿se acuerdan del gato teleplástico? Esa también era una teleplastia de las de verdad.
Los problemas de definición, como la humedad o qué es una teleplastia, sobre todo en un problema en que la percepción subjetiva juega un papel muy importante no es una cuestión de formalidad sin importancia, o una pijotada de los malvados científicos oficiales. Siempre es la base de donde se parte. Si el cimiento está mal construido, el edificio se cae. Esto no es profesionalidad precisamente.
Método experimental
Llega el momento de escoger los nutrientes que se van a emplear, y se deciden por una salsa comercial (cuyo envoltorio se puede contemplar en la última fotocopia de la demanda), debido a que tiene una "composición rica y compleja, que favorece el desarrollo de un amplio espectro de hongos", y además es soluble en agua, con lo que se puede repartir homogeneamente por el suelo. Problema: la salsa contiene una gran cantidad de compuestos ¿cuáles son idóneos como nutriente y cuales no? ¿Qué efectos tendrán los que no son idóneos? Se añaden variables descontroladas.
Hubiera sido más deseable un solo nutriente o compuesto específico, determinado a partir de un estudio previo en profundidad de qué es un hongo, su metabolismo y cuales están presentes en el suelo. De esta forma se puede controlar la cantidad de nutriente que se está suministrando, y quizás se podría controlar el crecimiento de los hongos. Pero el problema más grave es que con una salsa así, no hacen falta hongos para producir manchas en el suelo. Si se llama "Salsa de pimenta verde", no es porque sea transparente precisamente.
El caso es que proceden a hacer una disolución con una concentración de 3% usando 30 gramos de sustancia por cada litro de agua. Si hacen las cuentas, el 3%, redondeando, es un número correcto. Nos queda la duda de si fue de casualidad. La densidad del agua es (aproximadamente) 1 gr/cm3. Por lo que en un litro (1000 cm3), hay 1000 gramos de agua.
Concetración en masa:
C= Masa soluto/(Masa soluto+Masa disolvente)=30 g/1030 g=0.029
Es decir, un 2.9%.
Otra forma de medir la concetración es a partir de la densidad:
d=Masa/Volumen=30 g/1000 cm3=0.03 g/cm3
Que nada tiene que ver con los por cientos
No es profesional andar mezclando unidades, gramos con litros, ni concetración en masa con densidad. Puede parecer otra pijotada de los malvados científicos pirómanos de nuevos Galileos, pero la correcta definición de las propiedades a estudiar y sus unidades correctas es importante (veremos que la segunda opción para la concetración es más conveniente de usar)
Que se lo digan a la NASA, cuando mandó la sonda Mars Climate Orbiter a Marte. Dos de sus módulos que debían pasarse datos, sólo se pasaban los valores numéricos sin unidades, pero mientras uno trabajaba en millas, el otro lo hacía en kilómetros. Se estrelló.
Se comenta que la cantidad de disolución en sí no es de importancia, ya que sólo es una prueba. En un experimento serio, sí tendría su importancia, porque se podría hacer una serie, depositar en cada muestra una cantidad distinta de nutriente. En principio parece lógico que a más nutriente, aparezcan hongos más rápidamente. Así que cuantificando la cantidad de hongos que aparecen, frente a la cantidad de nutriente ayuda a caracterizar y conocer el proceso que nos traemos entre manos.
Siguiendo con lo que estábamos, el caso es que se hacen varias parcelas, en unas sólo se echa agua, y en las otras el preparado. En cada una se aplican 250 ml de agua con dos esponjas, una para agua y otra para el preparado. ¿Y cuanta cantidad de nutriente es esa? Con la primera opción de concentración (C=2.9%), se podría saber, pero es más fácil usando la segunda:
d=0.03g/cm3. V=250 ml=250 cm3
M=d x V =0.03*250 = 7.5 g de nutrientes
Es más interesante saber la masa de nutriente que el volumen de líquido, ya que al fin y al cabo, el nutriente es el elemento importante. Pero aún queda determinar de esos 7.5 gramos, cuantos corresponden a compuestos que sí son nutrientes, y cuantos no.
Más problemas : ¿La esponja, estaba limpia, no había bacterias, o cualquier tipo de sustancia que pudiera servir como nutriente? ¿Y en el agua que es cogida del grifo? El agua contiene siempre gran cantidad de iones de sales disueltas. Según reza el informe previo al experimento acerca de los hongos, el pH es un factor muy importante para el metabolismo de los hongos. ¿Se controló la cantidad de elementos disueltos y el pH del agua? No.
Las últimas anotaciones de la prueba son las condiciones de humedad atmosférica, que variaron entre el 89% y el 77%. Es decir, otro parámetro más descontrolado. La humedad relativa afecta a la velocidad con que se evapora el agua del suelo. Y con ella puede evaporarse parte del nutriente, de forma que al final, la cantidad metabolizada por un hongo puede ser cualquiera, incluso distinta de una zona a otra. Además, si tan importante es la humedad, como han sostenido siempre en la SEIP, ¿por qué demonios no se ha puesto aún un climatizador?
En resumen, un experimento sin medios, con saltos lógicos, fallos conceptuales básicos, sin un estudio profundo de lo que se traen entre manos, descontrol total de variables... Esperamos que las cervezas por lo menos estuvieran frías.
Y hasta aquí podemos leer, porque en la demanda no está el resultado final del experimento.
A riesgo de ser pesados, nos gustaría remarcar una vez más que el suelo donde se echó el nutriente orgánico es el mismo del que salieron las muestras para los análisis Johnson, en los cuales, misteriosamente, no se detectó materia orgánica alguna.
Investiga tú
Llegados a este punto, es cuando siempre se responde aquello de "mucho criticar, pero ¿por qué no lo investigas tú?. Ven a Bélmez a investigar" (Si quiere un consejo, no le conteste esto al señor Juez)
Es algo que los amantes del misterio nunca llegan a comprender. Estamos hablando de este experimento, y sólo de éste. No de otro. Cuando haya otros, ya hablaremos de ellos. Que servidor haga su propio experimento no va a corregir las deficiencias que tiene éste. Incluso si consiguiera validar la hipótesis que proponen, este experimento se cae por todos los lados y no sirve para nada.
Imaginemos que la sección de investigación de Gluón con Leche se desplaza hasta Bélmez, hace unos experimentos, y concluye que contrariamente a lo que dice la SEIP, el fenómeno es totalmente normal (sea cual sea la causa). ¿Y ahora qué? Las conclusiones son contradictorias, así que al menos una de ellas (o las dos) es errónea. ¿Cómo saber cual?
Pues con esa palabra que tan poco parece gustar a algunos últimamente: debate. Se examina la investigación, se discute si el procedimiento era o no adecuado y por qué, si la hipótesis era o no adecuada y por qué, si las conclusiones son acertadas o no y por qué... tal y como se ha hecho por ahí arriba. Y esta discusión es independiente de otras investigaciones. Todas las investigaciones son discutidas y debatidas. Todas, sin excepción, porque el debate y la confrontación de ideas es parte no ya del método científico, sino de cualquier forma de pensamiento mínimamente crítico que aspire a avanzar en el conocimiento.
Así que para defender una investigación, no cuela eso del "investiga tú". Que haya otras investigaciones o no, no van eliminar las deficiencias de esta en particular, ni la va a hacer más o menos válida.
Final
Pues hemos visto un magnífico ejemplo de cómo se himbestiga en Bélmez. Adjuntado, no olvidemos, a una demanda por
"(...) el descrédito en la comunidad investigadora y un demérito en los particulares interesados en conocer más sobre hechos científicamente carentes de justificación, habiendo descendido su aceptación de un modo espectacular (...)"
Basta leer el experimento para comprender que no hace falta mucho para caer en el descrédito ante la comunidad investigadora.
Etiquetas:
Caras de Bélmez,
Ciencia y Pseudociencia
lunes, septiembre 12, 2005
Aceite paranormal
Y van ya 9 meses, 9, desde que la SEIP, en presencia de varios funcionarios del ayuntamiento de Bélmez, recogieran unas muestras de cemento para realizar análisis químicos en dos (o tres) universidades (o laboratorios).
Cualquier pregunta acerca de ellos es respondida con una petición de tiempo, no se sabe muy bien para qué, porque en otros lugares no han tenido reparos en manifestar sus conclusiones de que los análisis refuerzan la hipótesis del origen paranormal de las famosas caras, lo cual demuestra que sí, que esos análisis están hechos, y que tienen en su poder los informes correspondientes. ¿Tiempo para qué, entonces? ¿Acaso los informes van a cambiar con el tiempo? (Léase con suspicacia)
Se acusa a los escépticos de opinar sin saber, sin tener datos, pero cuando se piden, no se dan. Así que, sí, vamos a opinar con los pocos datos que hay, y la nula voluntad de mostrar los que quedan.
La recogida de muestras
Justo después de que Francisco Mañez encontrara un método [1] para dibujar caras en el cemento, aparecieron en una nueva casa de Bélmez nuevas figuras. La SEIP reconoció que habían hecho uso al menos de parte de tal método, admitiendo incluso que usaron aceite. Teniendo en cuenta otros antecedentes como la idea de hacer un museo o centro de interpretación en una nueva casa, que no resultara tan cara de comprar como la original, las acusaciones de fraude no se hicieron esperar[2]. Así que para salir del paso de estas acusaciones, la SEIP decidió llevar a analizar algunas de estas caras. El día 4 de Diciembre de 2004 hubo una "recogida de muestras", plasmada en un acta que decía básicamente lo siguiente: [3]
Seguido de las pertinentes firmas. No se especifica ni las características de la muestra, ni el procedimiento para su obtención, lo cual es lo mismo que decir que este acta no dice nada. La mejor forma para poder hacer lo que se quiera con dichas muestras.
Los laboratorios
Un punto muy oscuro de toda esta historia es qué o quienes hacen los análisis químicos. Primero iban a ser 3 universidades. Luego se habló de laboratorios. Se rebajó a dos el número. Se volvió a hablar de tres.
Finalmente, apareció un nombre: "Laboratorios Johnson de Castellón". Pero, oh vaya, nadie los conocía. Se puede mirar en las páginas amarillas (buscando por "Laboratorios químicos" en Castellón [4]) cómo no aparece ningún laboratorio Johnson, lo que no quiere decir que no exista, pero nadie lo ha localizado. Aparece en el listado una empresa dedicada a los hormigones y la construcción, que no nos respondió tras enviar un e-mail preguntando.
Sí existe en cambio una compañía dedicada a materiales cerámicos, cuya sede de colores y recubrimientos se halla en Castellón, llamada Johnson-Matthey [5] . Parece la más indicada. Tiene el nombre, y se dedica a los pigmentos sobre azulejos o suelos. Sin embargo, tras ponernos en contacto con ellos, nos contestaron que no sabían nada acerca del tema de los análisis.
Luego se dijo que los laboratorios Johnson pertenecen a la empresa Janssen-Cilag [6] [7], centrada en la industria farmacéutica, pero que no tiene ningún laboratorio en Castellón, sino en Toledo. Expertos en cemento donde los haya. También probamos a ponernos en contacto con ellos, pero no respondieron.
Por último, Rafa Fernández (RF), en una entrevista en Mundo Parapsicológico de Pablo Moreira (PM), responde a esta pregunta: [8]
Así que, tenemos unos laboratorios posiblemente llamados Johnson, a lo mejor de Castellón, a lo mejor de Toledo, quizás expertos en champú y medicinas, y por otro lado la Universidad de Jaén como candidatos a haber hecho algún análisis.
Los resultados
A pesar de pedir tiempo para dar a conocer el análisis de vaya usted a saber qué laboratorio, Pedro Amorós (PA) tuvo a bien informarnos a través del programa de Iker Jiménez (IJ) y Carmen Porter (CP) de los resultados de alguno de esos análisis.[7]
Nótese cómo se apostilla bien que no se encontró aceite, como si eso fuera indicio de que no hay fraude y por tanto el origen es paranormal. Por otro lado, RF en la misma entrevista anteriormente mencionada también responde a esto:[8]
La afirmación de que la falta de aceite es indicio de paranormalidad es más clara que antes.
Vamos a ordenar los datos. PA afirma que se encontró, entre otras cosas:
E identifica estos compuestos todos juntos y revueltos con la dolomita, al igual que RF identifica la dolomita con el cemento portland. No esta mal, que quienes tienen que investigar ni siquiera sepan distinguir lo que se traen entre manos.
Una ojeada a la enciclopedia Encarta:
Es decir, la dolomita no es el típico cemento portland, sino un mineral que encuentra en la tierra que se mezcla con susodicho cemento para formar hormigón. Se puede comprobar como Bélmez de la Moraleda es un lugar con buenas cantidades de dolomita en sus terrenos (hoja 948 de mapas dinámicos del MAGNA, Instituto Geológico y Minero de España) [11]
Esto es sólo una anécdota (preocupante) en cuanto a sus conocimientos acerca de su materia de estudio, aunque el mensaje final que quieren transmitir el mismo: No hay nada raro, no hay aceite, no es un fraude, y es un fenómeno paranormal.
Claro, que si no saben ni lo que estudian, difícilmente sabrán cómo hay que estudiarlo.
Análisis químico: orgánicos e inorgánicos
Atención, pregunta: ¿Cuál es la gran diferencia entre la lista de compuestos de PA, y el ácido oleico (o aceite)? Que los primeros son compuestos inorgánicos, mientras que el segundo es un compuesto orgánico.
La principal característica de la química y de análisis basados en esta ciencia, es lo que se llama selectividad: cada compuesto específico reacciona con un reactivo específico. Los materiales como óxidos o sales de Al, Mg, Ca, Fe se pueden separar de un conglomerado de ellos tras una serie de procesos en que se van eliminando del substrato los iones uno por uno: la muestra se va sumergiendo sucesivamente en distintos reactivos, específicos para cada ión, y se precipitan para medir su cantidad.
Todos los compuestos orgánicos están basados en carbono. La única diferencia entre ellos es la cantidad de enlaces, y el tipo de éstos que puede tener: enlaces entre carbono simples, dobles, triples, grupos funcionales (ácidos: C-OOH, alcoholes:C-OH, aminos: C-NH2 ...). Por lo que un análisis de estos compuestos no pasa por precipitar carbono, sino por lograr detectar estos enlaces y grupos funcionales.
Un método es por espectroscopía de absorción: si un compuesto se ilumina con luz de la energía correcta (que suele estar en el infrarrojo para los orgánicos), la luz es absorbida por los enlaces, mientras que otras energías no. Cada enlace o grupo funcional tiene una firma, o conjunto de energías características que absorben. Si se evapora el compuesto, y se ilumina con luz el gas, se puede registrar un espectro de absorción. Con una base de datos, se puede identificar si cierto compuesto orgánico se halla presente.
Otra forma es por espectrometría de masas: se evapora el compuesto, y al pasar por un analizador, se fracciona en diversas moléculas, cada una de un peso molecular distinto. Lo que se mide es la masa de las moléculas fraccionadas. Este fraccionamiento es específico de cada compuesto, es su firma, de forma que tirando nuevamente de base de datos se puede identificar el compuesto original.
¿Qué se ha analizado?
En la lista de PA, aunque incompleta, sólo se ven compuestos inorgánicos. Incluida la dolomita, que se identifica como el compuesto mayoritario.
Pero véase el informe que hizo el Dr. J. J. Alonso en 1975 [12], acerca de varias muestras, incluida la cara llamada "La Pelona", donde encontró materia carbonosa y sustancias orgánicas más o menos cristalizadas que identifica con sustancia de tipo graso, tanto en el hormigón como en la tierra que había debajo del suelo de la casa. Es sustancia orgánica presente en la tierra, y que al mezclarla con el cemento, se incoropora al hormigón.
Si, como es de temer, la recogida de muestras fue sólo picar un trozo y cogerlo, si el hormigón ha estado pasando de mano en mano sin control, lo cual deja grasa en él procedente de las manos, si la tierra con que se mezcla el cemento además de minerales inorgánicos puede tener perfectamente material orgánico (como muestra el Dr. Alonso), si se pasó una fregona con aceite encima del suelo, y el aceite no se evapora con la misma facilidad que el agua dejando manchas permanentes ¿Por qué no se ha encontrado ningún material orgánico?
Pues todo parece indicar que porque no se buscó. La mejor forma de no encontrar algo es no buscarlo, y aquí sólo se han buscado materiales inorgánicos, lo que hace imposible encontrar aceite.
Resulta además llamativo que los resultados estén centrados en lo que es el substrato (el hormigón) y no en la capa depositada que da forma a la "cara" (aceite, agua o pigmentos en general), así que parece que ni se buscó lo que había que buscar, ni se buscó donde había que buscarlo. Compárese de nuevo con el analisis del Dr. Alonso, donde se centra en identificar qué elementos forman la mancha de "la Pelona" [12], y no en la plancha de hormigón.
¿Y qué demuestra el análisis?
Pues nada. Como siempre. Salvo quizás que la SEIP no sabe qué está estudiando, ni qué tiene que buscar, ni dónde, ni cómo. Tiene pinta de que llegaron al laboratorio, les soltaron la piedra, y dijeron:
"-¿Y esto que es lo que es?"
Y en los laboratorios vieron un trozo de hormigón con una mancha, de la cual lógicamente pasaron porque nadie se va a preocupar de una mancha, ni nadie les dijo que eso era lo importante, y analizaron lo que sí parecía importante: la piedra. Y lo hicieron bien. Es cemento portland mezclado con tierra que contiene dolomita.
Por otro lado, encontrar o no aceite, lo único que ayuda a saber es de qué está hecha la mancha de la discordia, pero no cómo llegó allí: no se sabe si la pintó un espíritu de forma paranormal, si fue por azar, si fue alguna persona con fregona y pincel, ni si hubo intencionalidad de engaño para cometer un fraude.
Pero tenemos en cambio algunos testimonios de una casualidad sospechosa:
[1] Francisco Mañez:
Haber encontrado aceite, por sí sólo no hubiera dicho nada acerca de su origen, ya sea paranormal o fraudulento. Pero unido a estos otros datos ya conocidos, ayudaría a concluir algo no muy agradable (y bastante evidente ya de por sí). ¿Fue por eso que no se buscó?
Y hasta aquí opiniones basadas en la escasez de datos y la nula voluntad de mostrar los que faltan, así que nada más fácil para hacer tragarse sus palabras al que escribe que mostrar un análisis químico donde conste quién lo hizo, cual fue proceso previo de las muestras, características de éstas, técnica concreta de análisis, y resultados obtenidos.
Actualización
Por recomendación de Razonesparadudar, y en vista de que el rigor investigativo lo requiere según se puede ver en la parademanda finalmente materializada de PA sobre Javier Cavanilles, mostramos aquí esto:
Referencias
[1] "Las nuevas caras no son de origen paranormal" Francisco Mañez
[2] "Las nuevas caras de Bélmez fueron falsificadas por el ayuntamiento y unos cazafantasmas", Javier Cavanilles
[3] Acta de recogida de muestras
[4] Páginas amarillas on-line: laboratorios químicos en Castellón
[5] Johnson Matthey - Ceramics division en Castellón de la Plana
[6] Laboratorios Johnson de Janssen-cilag
[7] Milenio 3, programa del 4 de Julio de 2005
[8] Entrevista a Rafa Fernández, en Mundo Parapsicológico
[9] "Cemento," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation
[10] "Dolomita" Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation
[11] Mapa geológico de Bélmez de la Moraleda (Hoja 948). Instituto Geológico y Minero de España
[12]"Informe acerca de unas muestras traidas para su análisis al instituto hidrológico y minearológico de Valencia" Dr J.J. Alonso Revista PSI Comunicacion n 3-4 (1976), en Editorial Bitácora
[13] Pedro Amorós, "hidratando" el suelo
[14] Las nuevas caras de Bélmez: cuestión de fe, Juan José Abenza
[15] Cuando el método Mañez se puso a prueba: cuatro versiones en Paranormalidades
Cualquier pregunta acerca de ellos es respondida con una petición de tiempo, no se sabe muy bien para qué, porque en otros lugares no han tenido reparos en manifestar sus conclusiones de que los análisis refuerzan la hipótesis del origen paranormal de las famosas caras, lo cual demuestra que sí, que esos análisis están hechos, y que tienen en su poder los informes correspondientes. ¿Tiempo para qué, entonces? ¿Acaso los informes van a cambiar con el tiempo? (Léase con suspicacia)
Se acusa a los escépticos de opinar sin saber, sin tener datos, pero cuando se piden, no se dan. Así que, sí, vamos a opinar con los pocos datos que hay, y la nula voluntad de mostrar los que quedan.
La recogida de muestras
Justo después de que Francisco Mañez encontrara un método [1] para dibujar caras en el cemento, aparecieron en una nueva casa de Bélmez nuevas figuras. La SEIP reconoció que habían hecho uso al menos de parte de tal método, admitiendo incluso que usaron aceite. Teniendo en cuenta otros antecedentes como la idea de hacer un museo o centro de interpretación en una nueva casa, que no resultara tan cara de comprar como la original, las acusaciones de fraude no se hicieron esperar[2]. Así que para salir del paso de estas acusaciones, la SEIP decidió llevar a analizar algunas de estas caras. El día 4 de Diciembre de 2004 hubo una "recogida de muestras", plasmada en un acta que decía básicamente lo siguiente: [3]
"(...) certificamos la obtención y recogida de muestras correspondiente a la cabeza (...) denominada "El santo" (...) extraídas por parte del oficial de guardia (...) y en presencia de (...)"
Seguido de las pertinentes firmas. No se especifica ni las características de la muestra, ni el procedimiento para su obtención, lo cual es lo mismo que decir que este acta no dice nada. La mejor forma para poder hacer lo que se quiera con dichas muestras.
Los laboratorios
Un punto muy oscuro de toda esta historia es qué o quienes hacen los análisis químicos. Primero iban a ser 3 universidades. Luego se habló de laboratorios. Se rebajó a dos el número. Se volvió a hablar de tres.
Finalmente, apareció un nombre: "Laboratorios Johnson de Castellón". Pero, oh vaya, nadie los conocía. Se puede mirar en las páginas amarillas (buscando por "Laboratorios químicos" en Castellón [4]) cómo no aparece ningún laboratorio Johnson, lo que no quiere decir que no exista, pero nadie lo ha localizado. Aparece en el listado una empresa dedicada a los hormigones y la construcción, que no nos respondió tras enviar un e-mail preguntando.
Sí existe en cambio una compañía dedicada a materiales cerámicos, cuya sede de colores y recubrimientos se halla en Castellón, llamada Johnson-Matthey [5] . Parece la más indicada. Tiene el nombre, y se dedica a los pigmentos sobre azulejos o suelos. Sin embargo, tras ponernos en contacto con ellos, nos contestaron que no sabían nada acerca del tema de los análisis.
Luego se dijo que los laboratorios Johnson pertenecen a la empresa Janssen-Cilag [6] [7], centrada en la industria farmacéutica, pero que no tiene ningún laboratorio en Castellón, sino en Toledo. Expertos en cemento donde los haya. También probamos a ponernos en contacto con ellos, pero no respondieron.
Por último, Rafa Fernández (RF), en una entrevista en Mundo Parapsicológico de Pablo Moreira (PM), responde a esta pregunta: [8]
PM: Pasando a los análisis de las nuevas caras...¿Quiénes las realizan?
RF: La Universidad de Jaén
Así que, tenemos unos laboratorios posiblemente llamados Johnson, a lo mejor de Castellón, a lo mejor de Toledo, quizás expertos en champú y medicinas, y por otro lado la Universidad de Jaén como candidatos a haber hecho algún análisis.
Los resultados
A pesar de pedir tiempo para dar a conocer el análisis de vaya usted a saber qué laboratorio, Pedro Amorós (PA) tuvo a bien informarnos a través del programa de Iker Jiménez (IJ) y Carmen Porter (CP) de los resultados de alguno de esos análisis.[7]
PA: Estos análisis manifiestan según las muestras levantadas por el (eeh) por el Juez, estas muestras una vez analizadas presentan (eeh) digamos- yo- esto- aquí hay demasiados elementos, como por ejemplo, (mmm) el trióxido de al...de dialuminio por ejemplo, (eeh) en el que se encuentra en una magnitud de un 0.08 %, el óxido de calcio (mmh) que se encuentra en una magnitud de un 30.6%, atencion a las, a las medidas, el trióxido de dihierro, que prac... practicamente es un 0.00025.
IJ: ¿Y que quiere decir eso, Pedro?
PA: Bueno esto si...significa que estos componentes que nos haaan... enviado los laboratorios y nos (eh) nos muestran las conclusiones, (eeh) sencillamente es dolomita, lo que, lo único que ellos han encontrado es dolomita, ni siquiera el ácido oleico supuestamente (eh) con el que..., con el que deberían de estar configuradas las caras.
CP: El aceite, para que nos entienda todo el mundo
PA: Exactamente.
(alguien): No ha aparecido aceite.
PA: Exactamente. El aceite con el que supuestamente tendrían que estar hechas las caras según las acusaciones que nos habían hecho bueno, pues algunas..., algunas de las partes, ¿no?
Nótese cómo se apostilla bien que no se encontró aceite, como si eso fuera indicio de que no hay fraude y por tanto el origen es paranormal. Por otro lado, RF en la misma entrevista anteriormente mencionada también responde a esto:[8]
PM: ¿Algún resultado extraoficial?
RF: En ese suelo no hay nada de raro, lo único que se puede encontrar en grandes cantidades es la dolomita, el típico pórtland, es decir, mortero corriente
PM: Por consiguiente, la teoría de la paranormalidad de las mismas, quizás pueda ganar terreno...
RF: Personalmente creo que sí. La formación de teleplastias puedo decir que es por un proceso natural desconocido por nosotros
La afirmación de que la falta de aceite es indicio de paranormalidad es más clara que antes.
Vamos a ordenar los datos. PA afirma que se encontró, entre otras cosas:
Al2O3 (0.8%) también llamado alúmina o zafiro
CaO (30.6%) también llamado cal viva
Fe2O3(0.00025%)
E identifica estos compuestos todos juntos y revueltos con la dolomita, al igual que RF identifica la dolomita con el cemento portland. No esta mal, que quienes tienen que investigar ni siquiera sepan distinguir lo que se traen entre manos.
Una ojeada a la enciclopedia Encarta:
"Los cementos Portland típicos consisten en mezclas de silicato tricálcico (3CaO·SiO2), aluminato tricálcico (3CaO·Al2O3) y silicato dicálcico (2CaO·SiO2) en diversas proporciones, junto con pequeñas cantidades de compuestos de magnesio y hierro." [9]
"Dolomita, mineral común de fórmula CaMg (CO3)2, que se suele encontrar en masas rocosas, como calizas dolomíticas, y a veces en vetas"[10]
Es decir, la dolomita no es el típico cemento portland, sino un mineral que encuentra en la tierra que se mezcla con susodicho cemento para formar hormigón. Se puede comprobar como Bélmez de la Moraleda es un lugar con buenas cantidades de dolomita en sus terrenos (hoja 948 de mapas dinámicos del MAGNA, Instituto Geológico y Minero de España) [11]
Esto es sólo una anécdota (preocupante) en cuanto a sus conocimientos acerca de su materia de estudio, aunque el mensaje final que quieren transmitir el mismo: No hay nada raro, no hay aceite, no es un fraude, y es un fenómeno paranormal.
Claro, que si no saben ni lo que estudian, difícilmente sabrán cómo hay que estudiarlo.
Análisis químico: orgánicos e inorgánicos
Atención, pregunta: ¿Cuál es la gran diferencia entre la lista de compuestos de PA, y el ácido oleico (o aceite)? Que los primeros son compuestos inorgánicos, mientras que el segundo es un compuesto orgánico.
La principal característica de la química y de análisis basados en esta ciencia, es lo que se llama selectividad: cada compuesto específico reacciona con un reactivo específico. Los materiales como óxidos o sales de Al, Mg, Ca, Fe se pueden separar de un conglomerado de ellos tras una serie de procesos en que se van eliminando del substrato los iones uno por uno: la muestra se va sumergiendo sucesivamente en distintos reactivos, específicos para cada ión, y se precipitan para medir su cantidad.
Todos los compuestos orgánicos están basados en carbono. La única diferencia entre ellos es la cantidad de enlaces, y el tipo de éstos que puede tener: enlaces entre carbono simples, dobles, triples, grupos funcionales (ácidos: C-OOH, alcoholes:C-OH, aminos: C-NH2 ...). Por lo que un análisis de estos compuestos no pasa por precipitar carbono, sino por lograr detectar estos enlaces y grupos funcionales.
Un método es por espectroscopía de absorción: si un compuesto se ilumina con luz de la energía correcta (que suele estar en el infrarrojo para los orgánicos), la luz es absorbida por los enlaces, mientras que otras energías no. Cada enlace o grupo funcional tiene una firma, o conjunto de energías características que absorben. Si se evapora el compuesto, y se ilumina con luz el gas, se puede registrar un espectro de absorción. Con una base de datos, se puede identificar si cierto compuesto orgánico se halla presente.
Otra forma es por espectrometría de masas: se evapora el compuesto, y al pasar por un analizador, se fracciona en diversas moléculas, cada una de un peso molecular distinto. Lo que se mide es la masa de las moléculas fraccionadas. Este fraccionamiento es específico de cada compuesto, es su firma, de forma que tirando nuevamente de base de datos se puede identificar el compuesto original.
¿Qué se ha analizado?
En la lista de PA, aunque incompleta, sólo se ven compuestos inorgánicos. Incluida la dolomita, que se identifica como el compuesto mayoritario.
Pero véase el informe que hizo el Dr. J. J. Alonso en 1975 [12], acerca de varias muestras, incluida la cara llamada "La Pelona", donde encontró materia carbonosa y sustancias orgánicas más o menos cristalizadas que identifica con sustancia de tipo graso, tanto en el hormigón como en la tierra que había debajo del suelo de la casa. Es sustancia orgánica presente en la tierra, y que al mezclarla con el cemento, se incoropora al hormigón.
Si, como es de temer, la recogida de muestras fue sólo picar un trozo y cogerlo, si el hormigón ha estado pasando de mano en mano sin control, lo cual deja grasa en él procedente de las manos, si la tierra con que se mezcla el cemento además de minerales inorgánicos puede tener perfectamente material orgánico (como muestra el Dr. Alonso), si se pasó una fregona con aceite encima del suelo, y el aceite no se evapora con la misma facilidad que el agua dejando manchas permanentes ¿Por qué no se ha encontrado ningún material orgánico?
Pues todo parece indicar que porque no se buscó. La mejor forma de no encontrar algo es no buscarlo, y aquí sólo se han buscado materiales inorgánicos, lo que hace imposible encontrar aceite.
Resulta además llamativo que los resultados estén centrados en lo que es el substrato (el hormigón) y no en la capa depositada que da forma a la "cara" (aceite, agua o pigmentos en general), así que parece que ni se buscó lo que había que buscar, ni se buscó donde había que buscarlo. Compárese de nuevo con el analisis del Dr. Alonso, donde se centra en identificar qué elementos forman la mancha de "la Pelona" [12], y no en la plancha de hormigón.
¿Y qué demuestra el análisis?
Pues nada. Como siempre. Salvo quizás que la SEIP no sabe qué está estudiando, ni qué tiene que buscar, ni dónde, ni cómo. Tiene pinta de que llegaron al laboratorio, les soltaron la piedra, y dijeron:
"-¿Y esto que es lo que es?"
Y en los laboratorios vieron un trozo de hormigón con una mancha, de la cual lógicamente pasaron porque nadie se va a preocupar de una mancha, ni nadie les dijo que eso era lo importante, y analizaron lo que sí parecía importante: la piedra. Y lo hicieron bien. Es cemento portland mezclado con tierra que contiene dolomita.
Por otro lado, encontrar o no aceite, lo único que ayuda a saber es de qué está hecha la mancha de la discordia, pero no cómo llegó allí: no se sabe si la pintó un espíritu de forma paranormal, si fue por azar, si fue alguna persona con fregona y pincel, ni si hubo intencionalidad de engaño para cometer un fraude.
Pero tenemos en cambio algunos testimonios de una casualidad sospechosa:
[1] Francisco Mañez:
"Pedro Amorós mojó el suelo con una fregona y esperamos a que se secara. (...) aparecieron manchas que recordaban a rostros. Tomé un pincel y humedecí las zonas que yo veía como parte de esos rostros (...). Pese a que fue una demostración rápida y sencilla, creí que había quedado claro cómo crear caras de Bélmez de forma artificial
(...)
El 18 de octubre el diario El mundo publicaba: Surgen 21 rostros nuevos en otra vivienda. Las “caras de Bélmez” de mudanza(...)
me sorprendió leer que habían arrojado agua sobre el suelo para localizar teleplastias, pues es la primera parte del método
(...)
Moje una superficie de hormigón o cemento, busque manchas que a le recuerden a caras, humedezca (si lo hace con aceite se quedaran fijas para siempre) las zonas que le parecen barbillas, ojos, pelo, nariz, etc. Y dispondrá de “auténticas caras de Bélmez” para enseñar a sus amigos. Además, se sorprenderá, pues aunque no sea un artista los resultados son increíbles"
[14] Juan José Abenza:
"Mientras, Máñez empezó a probar el experimento que no había podido probar en la otra casa (...) El resultado fue bastante espectacular
(...)
En fin, resumiendo fácilmente: en la casa que habíamos visitado con Felipa habían aparecido nuevos rostros
(...)
se pueden hacer muchos análisis químicos a las caras, pero (...) no tienen mucho sentido, pues está claro que no se necesita ningún componente especial, más que agua, para realizar caras así de espectaculares. Por tanto (...) lo único que se podría hacer para conseguir que un caso así no se cayera sería precisamente demostrar que no ha habido manipulación. (...) Los componentes del SEIP han estado encerrados en la casa haciendo sus experimentaciones en solitario, con lo cual la única manera de estar seguros de que no han hecho fraude y de que no han pintado las caras es confiar en ellos: tener fe"
(Negrita nuestra)
La versión de esta coincidencia de Pedro Amorós se perdió con los foros de la SEIP, pero aún se puede leer lo que dijo en la entrada Cuando el método Mañez se puso a prueba: cuatro versiones en Paranormalidades[15]
(...)
El 18 de octubre el diario El mundo publicaba: Surgen 21 rostros nuevos en otra vivienda. Las “caras de Bélmez” de mudanza(...)
me sorprendió leer que habían arrojado agua sobre el suelo para localizar teleplastias, pues es la primera parte del método
(...)
Moje una superficie de hormigón o cemento, busque manchas que a le recuerden a caras, humedezca (si lo hace con aceite se quedaran fijas para siempre) las zonas que le parecen barbillas, ojos, pelo, nariz, etc. Y dispondrá de “auténticas caras de Bélmez” para enseñar a sus amigos. Además, se sorprenderá, pues aunque no sea un artista los resultados son increíbles"
[14] Juan José Abenza:
"Mientras, Máñez empezó a probar el experimento que no había podido probar en la otra casa (...) El resultado fue bastante espectacular
(...)
En fin, resumiendo fácilmente: en la casa que habíamos visitado con Felipa habían aparecido nuevos rostros
(...)
se pueden hacer muchos análisis químicos a las caras, pero (...) no tienen mucho sentido, pues está claro que no se necesita ningún componente especial, más que agua, para realizar caras así de espectaculares. Por tanto (...) lo único que se podría hacer para conseguir que un caso así no se cayera sería precisamente demostrar que no ha habido manipulación. (...) Los componentes del SEIP han estado encerrados en la casa haciendo sus experimentaciones en solitario, con lo cual la única manera de estar seguros de que no han hecho fraude y de que no han pintado las caras es confiar en ellos: tener fe"
(Negrita nuestra)
La versión de esta coincidencia de Pedro Amorós se perdió con los foros de la SEIP, pero aún se puede leer lo que dijo en la entrada Cuando el método Mañez se puso a prueba: cuatro versiones en Paranormalidades[15]
Haber encontrado aceite, por sí sólo no hubiera dicho nada acerca de su origen, ya sea paranormal o fraudulento. Pero unido a estos otros datos ya conocidos, ayudaría a concluir algo no muy agradable (y bastante evidente ya de por sí). ¿Fue por eso que no se buscó?
Y hasta aquí opiniones basadas en la escasez de datos y la nula voluntad de mostrar los que faltan, así que nada más fácil para hacer tragarse sus palabras al que escribe que mostrar un análisis químico donde conste quién lo hizo, cual fue proceso previo de las muestras, características de éstas, técnica concreta de análisis, y resultados obtenidos.
Actualización
Por recomendación de Razonesparadudar, y en vista de que el rigor investigativo lo requiere según se puede ver en la parademanda finalmente materializada de PA sobre Javier Cavanilles, mostramos aquí esto:
Referencias
[1] "Las nuevas caras no son de origen paranormal" Francisco Mañez
[2] "Las nuevas caras de Bélmez fueron falsificadas por el ayuntamiento y unos cazafantasmas", Javier Cavanilles
[3] Acta de recogida de muestras
[4] Páginas amarillas on-line: laboratorios químicos en Castellón
[5] Johnson Matthey - Ceramics division en Castellón de la Plana
[6] Laboratorios Johnson de Janssen-cilag
[7] Milenio 3, programa del 4 de Julio de 2005
[8] Entrevista a Rafa Fernández, en Mundo Parapsicológico
[9] "Cemento," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation
[10] "Dolomita" Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation
[11] Mapa geológico de Bélmez de la Moraleda (Hoja 948). Instituto Geológico y Minero de España
[12]"Informe acerca de unas muestras traidas para su análisis al instituto hidrológico y minearológico de Valencia" Dr J.J. Alonso Revista PSI Comunicacion n 3-4 (1976), en Editorial Bitácora
[13] Pedro Amorós, "hidratando" el suelo
[14] Las nuevas caras de Bélmez: cuestión de fe, Juan José Abenza
[15] Cuando el método Mañez se puso a prueba: cuatro versiones en Paranormalidades
Etiquetas:
Caras de Bélmez
lunes, septiembre 05, 2005
Parte III: Un experimento
(Nota: Si no has leído la introducción, ni las partes I y II de este artículo, hazlo antes de seguir)
En el capítulo anterior...
Hasta ahora, hemos desarrollado una teoría acerca de ondas atrapadas en el tiempo, entendidas como ondas estacionarias entre dos momentos de tiempo. Estas ondas se crearían por un fenómeno desconocido, que las haría viajar hacia delante y hacia atrás en el tiempo, entre dos momentos t=0 y t=T. Fuera de ese tiempo T, estas ondas no existen. Es una interpretación completamente personal, y que posiblemente nada tenga que ver con lo que entienden los expertos en psicofonías.
No por ello deja de ser extraordiaria, y aunque probablemente no hiciera falta más que un poco de sentido común para llegar a la conclusión de que es absurda, hemos sido capaces de llegar a esa misma conclusión a través de un análisis con un poco de rigor. Este era el objetivo de este artículo: mostrar que una afirmación extraordinaria (o absurda) puede ser analizada con un poco de rigor matemático, que es el lenguaje de la ciencia, siempre que se defina correctamente el problema, y se conozca la teoría ya existente para saber dónde y cómo introducir la hipótesis.
Los resultados a los que llegamos estan en plena contradicción con la experiencia, y también con teorías físicas consolidadas y de las que hemos podido desarrollar tecnología que actualmente usamos: una onda como la propuesta, se escucharía simultáneamente a su generación,independientemente de la distancia a la que se encuentre el oyente. Sin embargo la experiencia nos dice que un sonido lejano se escucha con retardo. También está en contradicción con la teoría de la relatividad, ya que la información no puede transmitirse más rápido que la velocidad de la luz en vacío.
Habrá sin embargo quien diga que la relatividad y la cuántica también estaban en contra de toda experiencia y teorías existentes en su época ¿por qué no habría de ser éste otro caso igual? La diferencia es que antes de proponer ambas teorías, sí había resultados experimentales y observaciones que indicaban su necesidad. En cambio, no existe actualmente ningún resultado u observación que haga necesario introducir una hipótesis como la nuestra.
Aunque como vimos estas ondas en ningún caso podrían ser las causantes de psicofonías, ello no excluye la posibilidad de que pudieran existir, por muy disparatadas que sean, y que hubiera que cambiar toda la física. Un experimento es el juez final de una hipótesis, así que vamos a ver cómo se podría diseñar un experimento para poner a prueba existencia de estas ondas.
Parece un chiste
¿Saben aquel que dice...
...qué hace un himbestigador después de decir una burrada?
Graba psicofonías
No tiene gracia, no es un chiste, pero casi lo parece. No se preocupan de desarrollar una teoría, menos aún por detenerse a pensar cómo comprobarla. ¿Alguien pesaría un elefante con una regla? Este es el peligro que corren aquellos que echan mano de la grabadora antes que del cerebro.
Un experimento tiene que estar pensado a medida de la teoría que se quiere poner a prueba. Incluso es necesario muchas veces desarrollar más profundamente la teoría en un aspecto concreto para poder predecir el resultado de un experimento. Si no, corremos el riesgo de estar perdiendo el tiempo.
¿Cómo pone prueba un himbestigador qué las psicofonías son producto de ondas atrapadas en el tiempo (tal como ellos las entiendan)? ¿O que son voces del más allá? ¿O que es telepatía entre persona y aparato? En todos los casos cogerá su grabadora con un micrófono. O conectada a una radio desintonizada. Y conseguirá inclusiones psicofónicas (¡Seguro!). Ahora bien, ¿qué significan esas inclusiones? ¿Cómo pueden ayudar a resolver si existen las ondas atrapadas en el tiempo, el más allá, o la telepatía? ¿Qué tipo de inclusión resolvería el dilema de descartar o aceptar alguna de las hipótesis? ¿O ha estado pesando elefantes con escuadra y cartabón?
Objeto del experimento
El experimento debe estar marcado siempre por la teoría. De ella se deduce qué cantidades hay que observar, y cómo.
Nuestra hipótesis tiene un tendón de Aquiles que la hace tambalearse: la existencia de un fenómeno desconocido, del que no hay evidencia alguna. Cualquier intento por demostrar la existencia nuestras ondas atrapadas en el tiempo, pasa por observar experimentalmente la existencia de este fenómeno, caracterizarlo y reunir datos acerca de él, para poder empezar a proponer hipótesis acerca de su mecanismo fundamental. Se podría decir que el resultado de un experimento es el comienzo de una nueva investigación.
Acerca de nuestras supuestas ondas, sabemos que deberían ser escuchadas simultáneamente a la emisión del sonido, sin retraso, y que tan sólo ejecutarían un número finito de oscilaciones. El objeto del experimento sería llegar a registrar estas oscilaciones simultáneamente a la generación de un sonido, y su amplitud.
La experiencia nos dice que los sonidos lejanos se escuchan con retraso, así que habría que suponer que el fenómeno, cuando ocurre, de la perturbación inicial coge sólo una pequeña parte de la onda para crear la estacionaria, que no llega al umbral mínimo para ser oída, mientras que el resto se mantiene como viajera, que es la que se oye. Las amplitudes que se queda cada onda debería ser posible medirlas, y en principio, no queda más remedio que suponer que puede depender de varios factores. Si AE es la amplitud de la onda estacionaria, podría ser una función de:
AE=F(AV , f , V , n) (1)
A través de la experimentación, habría que observar cómo depende AE de todas esas variables, para poder llegar a enunciar una hipótesis sobre el mecanismo desconocido.
¿Qué experimento hacemos?
La idea es generar una perturbación, de una única frecuencia y amplitud conocidas, durante un tiempo T, propagándose por un medio con una velocidad conocida. Se requiere colocar varios sensores de presión a lo largo de una cierta longitud, y medir en todos ellos simultáneamente los cambios de presión. Si existen las ondas atrapadas en el tiempo, todos, al unísono, registrarán las variaciones de presión con una amplitud determinada. Si no existen, registrarán sólo la onda viajera, pero con un tiempo de retraso que dependerá de su distancia al origen de la perturbación, y la velocidad de propagación. Las cantidades que interesan medir son las amplitudes de las ondas viajera y estacionaria, AV y AE, controlando la Velocidad de propagación, la frecuencia de la perturbación y el tiempo que dura la perturbación (que está relacionado con el modo de vibración)
¿Qué montaje hacemos y qué instrumentación es necesaria?
Necesitamos un medio de propagación controlado para controlar la velocidad, que depende de la densidad y temperatura, por lo que una idea es una cavidad de dimensiones y volumen conocido, rellena de un gas con peso molecular igualmente conocido. Controlando tanto el tipo de gas, como la presión en la cavidad, se controla la densidad, y controlando además la temperatura, se consigue controlar la velocidad de propagación.
Para generar la perturbación, será necesario un generador de señales tipo seno, en que se pueda seleccionar la amplitud de la señal y su frecuencia. Conectado a éste, un altavoz que deberá estar colocado en un extremo de la cavidad, donde generará la perturbación. A lo largo de la cavidad, una serie de sensores de presión, espaciados, y móviles, de forma que se pueda ajustar su distancia al origen del sonido. Cada sensor se conecta a un voltímetro, osciloscopio u ordenador para registrar su señal. Todo debe estar controlado por un ordenador central, de forma que sincronice las señales de los sensores, y dispare la perturbación inicial.
A tener en cuenta
La condición inicial en una onda estacionaria normal, era una función del espacio f(x) para el instante t=0. En nuestras ondas, esta condición se cambia a una función del tiempo para el punto x=0:
p(0,t)=f(t) (2)
Nuestra perturbación va a ser una onda de una sola frecuencia, y aplicada durante el tiempo correspondiente al confinamiento de esa frecuencia, y en el lugar donde está colocado el altavoz (que sería x=0). No nos queda otro remedio que confiar en que el fenómeno desconocido actúe y atrape esa onda en el tiempo que dura la perturbación. Al aplicar una perturbación de una onda de 400 hz, durante un tiempo T=1.25 ms, con una amplitud determinada A0, el fenómeno desconocido sólo coge una parte de ella, AE, y la condición inicial será:
(3)
Recuerda que la perturbación total es la suma de todas las ondas posibles. Al aplicar esta perturbación todas las amplitudes An se van a anular, excepto aquella con n=1, cuya amplitud será A1=AE. En los sensores de presión se observarían n/2 oscilaciones, es decir, media oscilación. Si a esa misma frecuencia aumentáramos el tiempo de perturbación a T=0.0025, entonces el único armónico que "sobreviviría" en la condición inicial sería el n=2, y en cada sensor se observaría 1 oscilación completa.
A mayor frecuencia, el tiempo de confinamiento es cada vez menor, por lo que conviene escoger unos sensores con una eletrónica de amplificación de señal cuyo tiempo de respuesta sea lo menor posible. Los tiempos de confinamiento pueden variar entre 50 ms (para 10 hz) y 0.025 ms (para 20.000 hz). Con la tecnología actual, encontrar sensores con tiempos de respuesta por debajo del microsegundo (0.001 ms), no debería ser un problema.
Por otro lado, una baja frecuencia puede hacer que el sonido viajero se solape a la onda estacionaria en algún sensor, por lo que conviene seleccionar una velocidad de propagación lo suficientemente lenta.
Con la misma onda de 400hz, y T=0.00125 s, en ese tiempo, en el aire (V=340m/s) recorre 42.5 cm. Es decir, los sensores colocados a una distancia menor registrarán la onda estacionaria, y antes de terminar la media oscilación, se solaparía la onda viajera, que suponemos es mucho más intensa. Un sensor colocado muy cerca del altavoz podría no tener tiempo suficiente de separar ambas ondas y solaparlas al registralas. En cambio, sensores más allá de esa distancia registrarían la onda estacionaria, tendrían un tiempo muerto sin registrar nada, y luego registrarían la onda viajera. Esto sería importante para poder registrar la amplitud de ambas ondas en el mismo sensor, que es al final lo que interesa comparar. Con una velocidad de propagación más lenta, se consigue reducir la distancia mínima a la que puede estar un sensor, o aumentar el tiempo muerto que puede transcurrir entre el registro de cada onda para que no haya problemas de solapamiento.
La respuesta en frecuencia del altavoz y los sensores es otro punto importante. Es necesario calibrar la pérdida o ganancia en frecuencia de los sensores y su electrónica de procesado para estar seguros de estar midiendo las amplitudes correctas, o saber entre qué límites de frecuencias las medidas serán correctas. La situación de cada sensor también es importante. La intensidad que recoja cada uno de la onda estacionaria depende de la distancia donde esté. Si recordamos esta gráfica:
corresponde al segundo modo de vibración de una onda. Las líneas azules muestran la variación de la presión con el tiempo, según el punto del espacio donde están, y se ve como no todas tienen la misma amplitud, incluso, podemos recoger una intensidad nula. Por tanto, conviene calcular la distancia donde colocar los sensores.
La cavidad del gas puede presentar un pequeño problema, ya que pueden surgir ondas estacionarias de las "normales". Eso depende de su geometría, por lo que conviene estudiarse previamente bastante bien qué medidas ha de tener para saber qué frecuencias podrían considerarse viajeras dentro de la cavidad y qué frecuencias se convertirían en estacionarias. Esas frecuencias habría que evitarlas a la hora de medir. En principio, conviene que sea largo, para tener sólo muy bajas frecuencias como posibles ondas estacionarias normales.
En la parte II nos olvidamos de la atenuación de las ondas. Esta condición se recupera con la propia cavidad, ya que hace de guía de ondas, y minimiza la pérdida de ampitud. Quien no entienda el concepto de guía de onda, que piense en un capitán de barco, que para comunicarse con la sala de máquinas desde el puente habla por un tubo. Este tubo lleva el sonido hasta su destino, con muy poca o nula pérdida de intensidad. Eso sería una guía de ondas.
Por último, dado que la señal de la onda estacinaria se puede en principio pensar que va a ser muy pequeña, habría que considerar la opción de adaptar algún sistema de toma de datos que reduzca el ruido.
Un posible resultado
Supón que hemos considerado todos los aspectos: hemos elegido una cavidad, hemos cuantificado el ruido de nuestros sensores, conocemos las limitaciones de todo nuestro equipo, y en base a ello hemos seleccionado una velocidad de propagación, a través de la presión y temperatura de la cavidad, una amplitud, frecuencia y el tiempo T de forma que atrapemos el segundo modo de vibración(n=2). Hemos colocado 3 sensores en las distancias x1, x2 y x3. (Aunque sería aconsejable tener más)
Imaginemos que tenemos suerte y logramos registrar una gráfica como esta:
Cada línea representa la presión, traducida a voltaje de cada sensor, en función del tiempo. En el instante inicial (t=0) se registra una oscilación completa simultánea en los 3 sensores, cada uno con su amplitud propia, lo que indica que hemos conseguido registrar una onda estacionaria en su segundo modo de vibración. Sólo esto ya nos valdría el Nobel. Luego, aparecerían las ondas viajeras con una mayor amplitud que las estacionarias, cada una con un tiempo de retraso distinto (t1,t2 y t3).
¿Qué podemos hacer con estos datos? Primeramente, como medida de control, se puede comprobar la frecuencia de las ondas viajeras y las estacionarias. También se puede calcular cual ha sido la velocidad de propagación. Si representamos la distancia de los sensores(x1,x2 y x3), frente al tiempo de retraso(t1,t2 y t3), los puntos se deben colocar en una recta, cuya pendiente es el valor de V:
Como se ha dicho al principio, lo que interesa es poder conocer la amplitud de la onda estacionaria en función de la amplitud de la onda viajera. Si toman las amplitudes de cada sensor, y se representan en función de la distancia de cada uno, se puede obtener una gráfica como esta:
Los puntos negros representan los puntos experimentales, mientras que la línea azul representaría la extrapolación de cual sería la amplitud en el resto de puntos del espacio que no hemos medido. Cuantos más sensores coloquemos, mejor será la extrapolación. De esta línea azul, anotamos el valor máximo, que corresponde a la amplitud de nuestra onda estacionaria, AE. La amplitud AV se puede calcular en la primera gráfica, la amplitud de las oscilaciones correspondientes a las ondas viajeras. De esta forma, tendríamos nuestro primer punto experimental, para un medio con velocidad V (o equivalentemente, un medio de densidad d y temperatura T), una intensidad AV, una frecuencia f y un modo de vibración n=2.
Ahora, sólo hay que seguir experimentando, y hallando más valores de AE, variando AV. Después variamos f, T o V, y repetimos. Volvemos a variar f, T, o V, y así hasta conseguir tener una amplia colección de datos que se pueden agrupar para representar la dependencia de AE frente a AV, a V, a f, o n, o ver para qué combinaciones de estos datos se obtendrían las ondas, y para cuales no (lo que supondría AE=0).
Con estos datos analizados, quizás fuera posible llegar a determinar una hipótesis del fenómeno desconocido (¡pero que se habría demostrado que existe!), desarrollar su teoría, e idear un nuevo experimento para comprobarla. Estaríamos avanzado en el conocimiento.
¿Y si no encontramos las ondas estacionarias temporales? En ese caso tenemos dos opciones: seguir intentándolo hasta el fin de nuestros días, o avanzar en el conocimiento admitiendo que la hipótesis es errónea.
Una de las grandes diferencias entre pseudociencia y ciencia es que la primera no acepta los resultados negativos, y nunca se descartan hipótesis. Sin embargo, si hay algo importante en ciencia es llegar a conclusiones: si son positivas, bien, porque hemos avanzado en el conocimiento y podemos seguir profundizando. Si es negativa, también bien, porque hemos cerrado una puerta que no llevaba a ningún sitio, y podemos pasar a examinar otra hipótesis.
En cambio, estancarse en la misma afirmación, sin desarrollarla, y repitiendo ad nauseam el mismo mal llamado experimento es garantía segura de no obtener ningún conocimiento.
Palabras finales
En estos 3 ladrillos (más introducción) hemos mostrado cómo es posible analizar una hipótesis extraordinaria, absurda o como quieran llamarla, con un poquito del rigor y lenguaje que pide la ciencia: hemos formalizado una hipótesis, la hemos desarrollado matemáticamente, la hemos interpretado, y hemos mostrado cómo viola leyes de la física conocidas y establecidas. A pesar de ello, hemos diseñado un experimento, que de resultar positivo, nos abriría un puerta a una nueva investigación, nos haría plantear un montón de preguntas, y revisar varios conceptos de física fundamentales. Esto vale un Ig-Nobel por las molestias, al menos.
Repetimos una vez más: lo de menos era el contenido de nuestra hipótesis. Lo importante era ver que una afirmación estúpida, absurda, genial o extraordinaria, como cualquiera de las que sueltan los paranormalólogos, si está bien definida, se puede estudiar con método científico. Y se pueden diseñar experimentos con sentido y dirigidos a obtener datos con lo que llegar a conclusiones, ya sean positivas o negativas, cosa que nunca hacen los himbestigadores del ramo.
Post data
Si a alguien le da por hacer el experimento aquí diseñado y le da un resultado positivo, que no se olvide de colocarme como co-autor en el paper correspondiente, que yo también quiero mi parte del Nobel.
[Introducción][Parte I][Parte II]
En el capítulo anterior...
Hasta ahora, hemos desarrollado una teoría acerca de ondas atrapadas en el tiempo, entendidas como ondas estacionarias entre dos momentos de tiempo. Estas ondas se crearían por un fenómeno desconocido, que las haría viajar hacia delante y hacia atrás en el tiempo, entre dos momentos t=0 y t=T. Fuera de ese tiempo T, estas ondas no existen. Es una interpretación completamente personal, y que posiblemente nada tenga que ver con lo que entienden los expertos en psicofonías.
No por ello deja de ser extraordiaria, y aunque probablemente no hiciera falta más que un poco de sentido común para llegar a la conclusión de que es absurda, hemos sido capaces de llegar a esa misma conclusión a través de un análisis con un poco de rigor. Este era el objetivo de este artículo: mostrar que una afirmación extraordinaria (o absurda) puede ser analizada con un poco de rigor matemático, que es el lenguaje de la ciencia, siempre que se defina correctamente el problema, y se conozca la teoría ya existente para saber dónde y cómo introducir la hipótesis.
Los resultados a los que llegamos estan en plena contradicción con la experiencia, y también con teorías físicas consolidadas y de las que hemos podido desarrollar tecnología que actualmente usamos: una onda como la propuesta, se escucharía simultáneamente a su generación,independientemente de la distancia a la que se encuentre el oyente. Sin embargo la experiencia nos dice que un sonido lejano se escucha con retardo. También está en contradicción con la teoría de la relatividad, ya que la información no puede transmitirse más rápido que la velocidad de la luz en vacío.
Habrá sin embargo quien diga que la relatividad y la cuántica también estaban en contra de toda experiencia y teorías existentes en su época ¿por qué no habría de ser éste otro caso igual? La diferencia es que antes de proponer ambas teorías, sí había resultados experimentales y observaciones que indicaban su necesidad. En cambio, no existe actualmente ningún resultado u observación que haga necesario introducir una hipótesis como la nuestra.
Aunque como vimos estas ondas en ningún caso podrían ser las causantes de psicofonías, ello no excluye la posibilidad de que pudieran existir, por muy disparatadas que sean, y que hubiera que cambiar toda la física. Un experimento es el juez final de una hipótesis, así que vamos a ver cómo se podría diseñar un experimento para poner a prueba existencia de estas ondas.
Parece un chiste
¿Saben aquel que dice...
...qué hace un himbestigador después de decir una burrada?
Graba psicofonías
No tiene gracia, no es un chiste, pero casi lo parece. No se preocupan de desarrollar una teoría, menos aún por detenerse a pensar cómo comprobarla. ¿Alguien pesaría un elefante con una regla? Este es el peligro que corren aquellos que echan mano de la grabadora antes que del cerebro.
Un experimento tiene que estar pensado a medida de la teoría que se quiere poner a prueba. Incluso es necesario muchas veces desarrollar más profundamente la teoría en un aspecto concreto para poder predecir el resultado de un experimento. Si no, corremos el riesgo de estar perdiendo el tiempo.
¿Cómo pone prueba un himbestigador qué las psicofonías son producto de ondas atrapadas en el tiempo (tal como ellos las entiendan)? ¿O que son voces del más allá? ¿O que es telepatía entre persona y aparato? En todos los casos cogerá su grabadora con un micrófono. O conectada a una radio desintonizada. Y conseguirá inclusiones psicofónicas (¡Seguro!). Ahora bien, ¿qué significan esas inclusiones? ¿Cómo pueden ayudar a resolver si existen las ondas atrapadas en el tiempo, el más allá, o la telepatía? ¿Qué tipo de inclusión resolvería el dilema de descartar o aceptar alguna de las hipótesis? ¿O ha estado pesando elefantes con escuadra y cartabón?
Objeto del experimento
El experimento debe estar marcado siempre por la teoría. De ella se deduce qué cantidades hay que observar, y cómo.
Nuestra hipótesis tiene un tendón de Aquiles que la hace tambalearse: la existencia de un fenómeno desconocido, del que no hay evidencia alguna. Cualquier intento por demostrar la existencia nuestras ondas atrapadas en el tiempo, pasa por observar experimentalmente la existencia de este fenómeno, caracterizarlo y reunir datos acerca de él, para poder empezar a proponer hipótesis acerca de su mecanismo fundamental. Se podría decir que el resultado de un experimento es el comienzo de una nueva investigación.
Acerca de nuestras supuestas ondas, sabemos que deberían ser escuchadas simultáneamente a la emisión del sonido, sin retraso, y que tan sólo ejecutarían un número finito de oscilaciones. El objeto del experimento sería llegar a registrar estas oscilaciones simultáneamente a la generación de un sonido, y su amplitud.
La experiencia nos dice que los sonidos lejanos se escuchan con retraso, así que habría que suponer que el fenómeno, cuando ocurre, de la perturbación inicial coge sólo una pequeña parte de la onda para crear la estacionaria, que no llega al umbral mínimo para ser oída, mientras que el resto se mantiene como viajera, que es la que se oye. Las amplitudes que se queda cada onda debería ser posible medirlas, y en principio, no queda más remedio que suponer que puede depender de varios factores. Si AE es la amplitud de la onda estacionaria, podría ser una función de:
La onda viajera: amplitud AV y frecuencia f
Modo de vibración en que queda confinada n.
El medio de propagación: la velocidad de propagación V
A través de la experimentación, habría que observar cómo depende AE de todas esas variables, para poder llegar a enunciar una hipótesis sobre el mecanismo desconocido.
¿Qué experimento hacemos?
La idea es generar una perturbación, de una única frecuencia y amplitud conocidas, durante un tiempo T, propagándose por un medio con una velocidad conocida. Se requiere colocar varios sensores de presión a lo largo de una cierta longitud, y medir en todos ellos simultáneamente los cambios de presión. Si existen las ondas atrapadas en el tiempo, todos, al unísono, registrarán las variaciones de presión con una amplitud determinada. Si no existen, registrarán sólo la onda viajera, pero con un tiempo de retraso que dependerá de su distancia al origen de la perturbación, y la velocidad de propagación. Las cantidades que interesan medir son las amplitudes de las ondas viajera y estacionaria, AV y AE, controlando la Velocidad de propagación, la frecuencia de la perturbación y el tiempo que dura la perturbación (que está relacionado con el modo de vibración)
¿Qué montaje hacemos y qué instrumentación es necesaria?
Necesitamos un medio de propagación controlado para controlar la velocidad, que depende de la densidad y temperatura, por lo que una idea es una cavidad de dimensiones y volumen conocido, rellena de un gas con peso molecular igualmente conocido. Controlando tanto el tipo de gas, como la presión en la cavidad, se controla la densidad, y controlando además la temperatura, se consigue controlar la velocidad de propagación.
Para generar la perturbación, será necesario un generador de señales tipo seno, en que se pueda seleccionar la amplitud de la señal y su frecuencia. Conectado a éste, un altavoz que deberá estar colocado en un extremo de la cavidad, donde generará la perturbación. A lo largo de la cavidad, una serie de sensores de presión, espaciados, y móviles, de forma que se pueda ajustar su distancia al origen del sonido. Cada sensor se conecta a un voltímetro, osciloscopio u ordenador para registrar su señal. Todo debe estar controlado por un ordenador central, de forma que sincronice las señales de los sensores, y dispare la perturbación inicial.
A tener en cuenta
La condición inicial en una onda estacionaria normal, era una función del espacio f(x) para el instante t=0. En nuestras ondas, esta condición se cambia a una función del tiempo para el punto x=0:
Nuestra perturbación va a ser una onda de una sola frecuencia, y aplicada durante el tiempo correspondiente al confinamiento de esa frecuencia, y en el lugar donde está colocado el altavoz (que sería x=0). No nos queda otro remedio que confiar en que el fenómeno desconocido actúe y atrape esa onda en el tiempo que dura la perturbación. Al aplicar una perturbación de una onda de 400 hz, durante un tiempo T=1.25 ms, con una amplitud determinada A0, el fenómeno desconocido sólo coge una parte de ella, AE, y la condición inicial será:
Recuerda que la perturbación total es la suma de todas las ondas posibles. Al aplicar esta perturbación todas las amplitudes An se van a anular, excepto aquella con n=1, cuya amplitud será A1=AE. En los sensores de presión se observarían n/2 oscilaciones, es decir, media oscilación. Si a esa misma frecuencia aumentáramos el tiempo de perturbación a T=0.0025, entonces el único armónico que "sobreviviría" en la condición inicial sería el n=2, y en cada sensor se observaría 1 oscilación completa.
A mayor frecuencia, el tiempo de confinamiento es cada vez menor, por lo que conviene escoger unos sensores con una eletrónica de amplificación de señal cuyo tiempo de respuesta sea lo menor posible. Los tiempos de confinamiento pueden variar entre 50 ms (para 10 hz) y 0.025 ms (para 20.000 hz). Con la tecnología actual, encontrar sensores con tiempos de respuesta por debajo del microsegundo (0.001 ms), no debería ser un problema.
Por otro lado, una baja frecuencia puede hacer que el sonido viajero se solape a la onda estacionaria en algún sensor, por lo que conviene seleccionar una velocidad de propagación lo suficientemente lenta.
Con la misma onda de 400hz, y T=0.00125 s, en ese tiempo, en el aire (V=340m/s) recorre 42.5 cm. Es decir, los sensores colocados a una distancia menor registrarán la onda estacionaria, y antes de terminar la media oscilación, se solaparía la onda viajera, que suponemos es mucho más intensa. Un sensor colocado muy cerca del altavoz podría no tener tiempo suficiente de separar ambas ondas y solaparlas al registralas. En cambio, sensores más allá de esa distancia registrarían la onda estacionaria, tendrían un tiempo muerto sin registrar nada, y luego registrarían la onda viajera. Esto sería importante para poder registrar la amplitud de ambas ondas en el mismo sensor, que es al final lo que interesa comparar. Con una velocidad de propagación más lenta, se consigue reducir la distancia mínima a la que puede estar un sensor, o aumentar el tiempo muerto que puede transcurrir entre el registro de cada onda para que no haya problemas de solapamiento.
La respuesta en frecuencia del altavoz y los sensores es otro punto importante. Es necesario calibrar la pérdida o ganancia en frecuencia de los sensores y su electrónica de procesado para estar seguros de estar midiendo las amplitudes correctas, o saber entre qué límites de frecuencias las medidas serán correctas. La situación de cada sensor también es importante. La intensidad que recoja cada uno de la onda estacionaria depende de la distancia donde esté. Si recordamos esta gráfica:
corresponde al segundo modo de vibración de una onda. Las líneas azules muestran la variación de la presión con el tiempo, según el punto del espacio donde están, y se ve como no todas tienen la misma amplitud, incluso, podemos recoger una intensidad nula. Por tanto, conviene calcular la distancia donde colocar los sensores.
La cavidad del gas puede presentar un pequeño problema, ya que pueden surgir ondas estacionarias de las "normales". Eso depende de su geometría, por lo que conviene estudiarse previamente bastante bien qué medidas ha de tener para saber qué frecuencias podrían considerarse viajeras dentro de la cavidad y qué frecuencias se convertirían en estacionarias. Esas frecuencias habría que evitarlas a la hora de medir. En principio, conviene que sea largo, para tener sólo muy bajas frecuencias como posibles ondas estacionarias normales.
En la parte II nos olvidamos de la atenuación de las ondas. Esta condición se recupera con la propia cavidad, ya que hace de guía de ondas, y minimiza la pérdida de ampitud. Quien no entienda el concepto de guía de onda, que piense en un capitán de barco, que para comunicarse con la sala de máquinas desde el puente habla por un tubo. Este tubo lleva el sonido hasta su destino, con muy poca o nula pérdida de intensidad. Eso sería una guía de ondas.
Por último, dado que la señal de la onda estacinaria se puede en principio pensar que va a ser muy pequeña, habría que considerar la opción de adaptar algún sistema de toma de datos que reduzca el ruido.
Un posible resultado
Supón que hemos considerado todos los aspectos: hemos elegido una cavidad, hemos cuantificado el ruido de nuestros sensores, conocemos las limitaciones de todo nuestro equipo, y en base a ello hemos seleccionado una velocidad de propagación, a través de la presión y temperatura de la cavidad, una amplitud, frecuencia y el tiempo T de forma que atrapemos el segundo modo de vibración(n=2). Hemos colocado 3 sensores en las distancias x1, x2 y x3. (Aunque sería aconsejable tener más)
Imaginemos que tenemos suerte y logramos registrar una gráfica como esta:
Cada línea representa la presión, traducida a voltaje de cada sensor, en función del tiempo. En el instante inicial (t=0) se registra una oscilación completa simultánea en los 3 sensores, cada uno con su amplitud propia, lo que indica que hemos conseguido registrar una onda estacionaria en su segundo modo de vibración. Sólo esto ya nos valdría el Nobel. Luego, aparecerían las ondas viajeras con una mayor amplitud que las estacionarias, cada una con un tiempo de retraso distinto (t1,t2 y t3).
¿Qué podemos hacer con estos datos? Primeramente, como medida de control, se puede comprobar la frecuencia de las ondas viajeras y las estacionarias. También se puede calcular cual ha sido la velocidad de propagación. Si representamos la distancia de los sensores(x1,x2 y x3), frente al tiempo de retraso(t1,t2 y t3), los puntos se deben colocar en una recta, cuya pendiente es el valor de V:
Como se ha dicho al principio, lo que interesa es poder conocer la amplitud de la onda estacionaria en función de la amplitud de la onda viajera. Si toman las amplitudes de cada sensor, y se representan en función de la distancia de cada uno, se puede obtener una gráfica como esta:
Los puntos negros representan los puntos experimentales, mientras que la línea azul representaría la extrapolación de cual sería la amplitud en el resto de puntos del espacio que no hemos medido. Cuantos más sensores coloquemos, mejor será la extrapolación. De esta línea azul, anotamos el valor máximo, que corresponde a la amplitud de nuestra onda estacionaria, AE. La amplitud AV se puede calcular en la primera gráfica, la amplitud de las oscilaciones correspondientes a las ondas viajeras. De esta forma, tendríamos nuestro primer punto experimental, para un medio con velocidad V (o equivalentemente, un medio de densidad d y temperatura T), una intensidad AV, una frecuencia f y un modo de vibración n=2.
Ahora, sólo hay que seguir experimentando, y hallando más valores de AE, variando AV. Después variamos f, T o V, y repetimos. Volvemos a variar f, T, o V, y así hasta conseguir tener una amplia colección de datos que se pueden agrupar para representar la dependencia de AE frente a AV, a V, a f, o n, o ver para qué combinaciones de estos datos se obtendrían las ondas, y para cuales no (lo que supondría AE=0).
Con estos datos analizados, quizás fuera posible llegar a determinar una hipótesis del fenómeno desconocido (¡pero que se habría demostrado que existe!), desarrollar su teoría, e idear un nuevo experimento para comprobarla. Estaríamos avanzado en el conocimiento.
¿Y si no encontramos las ondas estacionarias temporales? En ese caso tenemos dos opciones: seguir intentándolo hasta el fin de nuestros días, o avanzar en el conocimiento admitiendo que la hipótesis es errónea.
Una de las grandes diferencias entre pseudociencia y ciencia es que la primera no acepta los resultados negativos, y nunca se descartan hipótesis. Sin embargo, si hay algo importante en ciencia es llegar a conclusiones: si son positivas, bien, porque hemos avanzado en el conocimiento y podemos seguir profundizando. Si es negativa, también bien, porque hemos cerrado una puerta que no llevaba a ningún sitio, y podemos pasar a examinar otra hipótesis.
En cambio, estancarse en la misma afirmación, sin desarrollarla, y repitiendo ad nauseam el mismo mal llamado experimento es garantía segura de no obtener ningún conocimiento.
Palabras finales
En estos 3 ladrillos (más introducción) hemos mostrado cómo es posible analizar una hipótesis extraordinaria, absurda o como quieran llamarla, con un poquito del rigor y lenguaje que pide la ciencia: hemos formalizado una hipótesis, la hemos desarrollado matemáticamente, la hemos interpretado, y hemos mostrado cómo viola leyes de la física conocidas y establecidas. A pesar de ello, hemos diseñado un experimento, que de resultar positivo, nos abriría un puerta a una nueva investigación, nos haría plantear un montón de preguntas, y revisar varios conceptos de física fundamentales. Esto vale un Ig-Nobel por las molestias, al menos.
Repetimos una vez más: lo de menos era el contenido de nuestra hipótesis. Lo importante era ver que una afirmación estúpida, absurda, genial o extraordinaria, como cualquiera de las que sueltan los paranormalólogos, si está bien definida, se puede estudiar con método científico. Y se pueden diseñar experimentos con sentido y dirigidos a obtener datos con lo que llegar a conclusiones, ya sean positivas o negativas, cosa que nunca hacen los himbestigadores del ramo.
Post data
Si a alguien le da por hacer el experimento aquí diseñado y le da un resultado positivo, que no se olvide de colocarme como co-autor en el paper correspondiente, que yo también quiero mi parte del Nobel.
[Introducción][Parte I][Parte II]
Etiquetas:
Psicofonías
viernes, septiembre 02, 2005
Parte II: Una hipótesis extraordinaria
(Nota: Si no has leído la introducción, ni la primera parte de este artículo, hazlo antes de seguir.)
Recordatorio
Vamos a analizar con un poco de rigor una afirmación extraordinaria:
Recordatorio
Vamos a analizar con un poco de rigor una afirmación extraordinaria:
Las ondas sonoras quedan atrapadas en el tiempo, pudiendo causar inclusiones picofónicas
Sí, es una hipótesis absurda. Pero eso no quita que se pueda estudiar formalmente como cualquier otra, incluidas las paranormales. La intuición dice que alguna ley física bien contrastada debe ser violada para poder existir semejante cosa. Y veremos que efectivamente se llega a conclusiones bastante delirantes. Pero son conclusiones a las que llegaremos al interpretar los resultados, tal como se hace con cualquier otra hipótesis. Por eso, el objetivo de este artículo no es demostrar la existencia o no de estas ondas, sino mostrar que sí es posible estudiar con rigor afirmaciones extraordinarias.
El principal problema de las pseudociencias son las definiciones en negativo de los fenómenos. No son más que variantes de un "no es esto", pero rara vez se dice lo que sí puede ser. Aún así, esa definición tiene que ser posible interpretarla para incluirla en una teoría, lo cual es posible sólo cuando se conoce dicha teoría.
La afirmación que hemos escogido sí tiene la propiedad de estar definida en positivo, y una vez conocida la teoría de las ondas, sí es posible hacer una interpretación que pueda incluirse en ella. Ahora bien, aplicar el método científico sólo garantiza que las conclusiones que se deducen son consecuencia directa de la hipótesis supuesta, pero no garantiza que la hipótesis sea correcta. La validez de una hipótesis viene determinada por la validez de las suposiciones que implican la definición del problema, y en última instancia, por los resultados de los experimentos.
Hay que advertir que la interpretación que se va a hacer no tiene por qué coincidir con la que hace gente que cree en psicofonías. Es una interpretación personal e intransferible, escogida ad hoc para este artículo, pero que sigue siendo extraordinaria, y válida para el fin que se persigue.
Formalizando la hipótesis
Quien haya podido seguir sin perderse la primera parte, haya quizás adivinado qué vamos a entender por "onda atrapada en el tiempo": al igual que una onda estacionaria (OE) está atrapada entre dos puntos del espacio, vamos a suponer que una onda puede quedar atrapada entre dos instantes de tiempo, convirtiéndose en lo que podemos llamar una onda estacionaria temporal (OET)
En las OE las condiciones de contorno jugaban un papel importante. Así, podemos aplicar unas condiciones de contorno en el tiempo. Es decir, una onda, tras avanzar desde un instante t=0 hasta un tiempo t=T, sufre una reflexión hacia atrás en el tiempo, de forma que recorre de forma inversa el tiempo transcurrido, desde t=T hasta t=0, donde sufre una nueva reflexión hacia adelante en el tiempo. En ese trayecto, interfiere con otras ondas, produciendo ondas estacionarias.
Para poder asumir esta hipótesis, es obligatorio asumir también unas suposiciones que van ocultas en ella, pero para las que no tenemos ninguna evidencia a favor:
1- Existe un mecanismo (desconocido) por el cual una onda, es reflejada hacia atrás en el tiempo.
2- Es posible viajar en el sentido inverso del tiempo
Además, no vamos a tener en cuenta la atenuación que sufre una onda al viajar y que hace que finalmente se extinga, por ponernos en el caso ideal más favorable.
La hipótesis se formaliza con esta condición de contorno:
El principal problema de las pseudociencias son las definiciones en negativo de los fenómenos. No son más que variantes de un "no es esto", pero rara vez se dice lo que sí puede ser. Aún así, esa definición tiene que ser posible interpretarla para incluirla en una teoría, lo cual es posible sólo cuando se conoce dicha teoría.
La afirmación que hemos escogido sí tiene la propiedad de estar definida en positivo, y una vez conocida la teoría de las ondas, sí es posible hacer una interpretación que pueda incluirse en ella. Ahora bien, aplicar el método científico sólo garantiza que las conclusiones que se deducen son consecuencia directa de la hipótesis supuesta, pero no garantiza que la hipótesis sea correcta. La validez de una hipótesis viene determinada por la validez de las suposiciones que implican la definición del problema, y en última instancia, por los resultados de los experimentos.
Hay que advertir que la interpretación que se va a hacer no tiene por qué coincidir con la que hace gente que cree en psicofonías. Es una interpretación personal e intransferible, escogida ad hoc para este artículo, pero que sigue siendo extraordinaria, y válida para el fin que se persigue.
Formalizando la hipótesis
Quien haya podido seguir sin perderse la primera parte, haya quizás adivinado qué vamos a entender por "onda atrapada en el tiempo": al igual que una onda estacionaria (OE) está atrapada entre dos puntos del espacio, vamos a suponer que una onda puede quedar atrapada entre dos instantes de tiempo, convirtiéndose en lo que podemos llamar una onda estacionaria temporal (OET)
En las OE las condiciones de contorno jugaban un papel importante. Así, podemos aplicar unas condiciones de contorno en el tiempo. Es decir, una onda, tras avanzar desde un instante t=0 hasta un tiempo t=T, sufre una reflexión hacia atrás en el tiempo, de forma que recorre de forma inversa el tiempo transcurrido, desde t=T hasta t=0, donde sufre una nueva reflexión hacia adelante en el tiempo. En ese trayecto, interfiere con otras ondas, produciendo ondas estacionarias.
Para poder asumir esta hipótesis, es obligatorio asumir también unas suposiciones que van ocultas en ella, pero para las que no tenemos ninguna evidencia a favor:
1- Existe un mecanismo (desconocido) por el cual una onda, es reflejada hacia atrás en el tiempo.
2- Es posible viajar en el sentido inverso del tiempo
Además, no vamos a tener en cuenta la atenuación que sufre una onda al viajar y que hace que finalmente se extinga, por ponernos en el caso ideal más favorable.
La hipótesis se formaliza con esta condición de contorno:
Y la solución sería muy parecida a la vista anteriormente:
OJO: Ahora T no es el periodo de la onda, sino una constante que indica el límite de tiempo donde queda atrapada la onda. No confundirlas
Matemáticamente, no hay diferencia entre esta ecuación y la correspondiente que se escribió en la primera parte, y todos los resultados y consecuencias son exactamente iguales. t y x son sólo variables, no hay distinción entre ellas.
La ecuación (2) significa que en un periodo de tiempo entre t=0 y t=T, sólo los modos de vibración con frecuencia múltiplo de la frecuencia fundamental f0=1/2T pueden quedar atrapados para formar OETs. Es decir, las ondas con frecuencia f0, 2f0, 3f0, ..., en general fn=nf0, quedarán atrapadas, mientras que el resto desaparecen. La longitud de onda de éstas es la correspondiente a esas frecuencias, siendo λ0=2TV, y al igual que las OEs, sólo son posibles las ondas que sean submúltiplos de la longitud de onda fundamental, λn=λ0/n.
Es la consecuencia a la que se llega a partir de nuestra hipótesis. Pero que tenga sentido físico es harina de otro costal: t y x son sólo variables, pero tiempo no es lo mismo que espacio.
Interpretación física
Ahora viene lo divertido. El espacio es una dimensión que se puede recorrer hacia delante, o hacia atrás, e incluso quedarse estático en un punto fijo. Sin embargo, el tiempo es una dimensión que tiene un sentido preferencial (sólo se puede recorrer hacia delante, ni siquiera podemos quedarnos estáticos). Esta gran diferencia física va a ser el origen de todos los desvaríos que siguen a continuación.
La onda está atrapada entre dos instantes de tiempo. Al igual que una onda estacionaria normal no existe fuera del espacio donde está confinada, una OET tampoco existiría fuera del tiempo donde está confinada, ni antes, ni después.
Una OE normal tenía una periodicidad en el tiempo: con una frecuencia nf0, el valor de la perturbación tomaba el mismo valor en un punto x dentro del confinamiento. Ahora en cambio, la periodicidad está en el espacio, lo que quiere decir que a una distancia nλ0, en el mismo instante de tiempo dentro del confinamiento, la perturbación toma el mismo valor. No existe confinamiento en el espacio, lo que quiere decir que en un momento dado, la periodicidad se extiende hasta el infinito.
Si interpretamos las OETs como ondas viajeras en sentidos inversos del tiempo, habría que imaginar la siguiente situación:
Toma el modo 1 de vibración dentro de un tiempo de confinamiento T, con longitud de onda λ0=2TV. En el tiempo T se recorre una distancia λ0/2. Entonces, en el momento t=0, salen simultáneamente de todos los puntos del espacio múltiplos de λ0/2 entre (- infinito) e (infinito), una onda viajando de t=0 a t=T (línea roja), y también una onda viajando de t=T a t=0 en el mismo sentido del espacio que la anterior. Sin embargo, nosotros sólo podemos viajar hacia delante en el tiempo, por lo que esa onda se nos aparecería como una onda viajando hacia atrás en el espacio, pero hacia delante en el tiempo (línea azul).
Pausa dramática para asimilar esta revelación
Al avanzar en el sentido positivo del espacio, y en sentido negativo del tiempo, la velocidad V=x/(-t) es negativa, es decir, viaja en sentido opuesto, que es igual que viajar en el sentido negativo del espacio, y el positivo del tiempo V = (- x)/t = x/(-t).
Estos viajes espacio-temporales harían interferir las ondas y crear ondas estacionarias.
Cuando creamos una perturbación o condición inicial, se puede llenar todo el tiempo del confinamiento, pero estamos limitados a producirla en un lugar concreto del espacio. La información no puede viajar más rápido que la luz, y tratándose de sonido, viaja a la ridícula velocidad de 340 m/s en el aire. Para aceptar esta hipótesis, se requiere otra suposición extraordinaria más: ¡¡Transmisión instantánea de la información!!
Otra pausa dramática para poner cara desencajada
Esta gráfica representa una onda estacionaria en el tiempo, en función de x y t. Tanto en una OE como en una OET, si nos quedamos en un punto fijo dentro del confinamiento, y observamos cómo varía la presión en una onda de sonido con el tiempo, dependiendo del lugar exacto donde estuviéramos, observaríamos oscilaciones con mayor o menor amplitud (como las curvas azules del gráfico en x=10 y x=25). Incluso podría ser nula todo el tiempo si nos colocamos en uno de esos puntos donde se crean las ondas (sería la situación de la línea azul en x=50, en x=0 y x=100), como si no hubiera oscilación.
¿Cómo diferenciar una de otra al registrarlas si producen el mismo fenómeno? La OE se observaría por tiempo indefinido, mientras que para la OET sólo habría oscilaciones durante el tiempo T, pasado el cual, no habría más, debido a que nos habríamos salido del rango temporal del confinamiento.
Onda estacionaria normal
Onda estacionaria temporal
Una frecuencia de 2 hz sería la frecuencia fundamental de una OET confinada en un rango temporal de T=1 segundo. Si quisiéramos registrar una OET de 2 hz, deberíamos hacerlo dentro de ese segundo posterior a la emisión del sonido. Fuera de ese tiempo la onda estacionaria temporal no existe. Si estuviéramos en el instante del tiempo correcto, y registráramos tal señal, tan sólo podríamos registrar vibraciones durante un segundo, para desaparecer pasado ese tiempo. Para el primer modo de vibración, veríamos sólo media oscilación. Para el modo 2, se vería 1 oscilación... en general, para el modo n, se registrarían n/2 oscilaciones. Con una onda estacionaria normal, se registrarían infinitas oscilaciones.
2 hz no es un sonido audible. Fijémonos en el rango audible (20 - 20.000 hz) para luego centrarnos en las psicofonías: a 20 Hz, disponemos de un tiempo de 0.025 segundos, y para 20.000 hz, el tiempo es de 0.000025 segundos. La OET existiría en todo el espacio, incluido donde se encuentra nuestro oído, por lo que sería audible, simultáneamente a su emisión, durante esos tiempos tan cortos. Fuera de ellos, sería imposible oír nada. Pero sin embargo, la experiencia nos dice que los sonidos lejanos se escuchan con retraso, y más allá de esos tiempos, lo que indica que la onda no está confinada, sino que viaja ¿Qué quiere decir esto?
1- No existe ningún mecanismo que cree ondas estacionarias en el tiempo, y nuestra hipótesis es más falsa que un duro de 6 pesetas. (Mucho más que probable)
2- Existe un mecanismo desconocido por el que una onda puede quedar atrapada en el tiempo, pero sólo una parte ínfima del sonido que no llega al umbral mínimo para ser oída, dejando viajar al resto de la onda como cualquier otra, que es la que se oye. (Un clavo ardiendo)
3- Existe un fenómeno desconocido y caprichoso, por el que una onda puede quedar atrapada en el tiempo, pero que es imposible encontrárselo (¡Pero existir, existe, y quien no se lo crea es un pirómano de nuevos Galileos, y que me demuestren científicamente que no existe!) (Un clavo pseudocientífico)
Pasando de puntillas por este pequeño problema, y al margen de la existencia o no de este tipo de ondas, lo que sí se puede concluir rotundamente es que sería imposible registrar psicofonías, consideradas como ondas atrapadas en el tiempo, porque para grabarlas es necesario que el micrófono esté en un rango de tiempo muy cercano al origen del sonido. Se grabaría el sonido viajero "normal", en todo caso, superpuesto a la onda estacionaria, de una perturbación simultánea al proceso de grabar. Si de investigar sucesos con gran carga emotiva (sic) acaecidos tiempo atrás se trata, es más productivo interrogar al mayordomo. Esta hipótesis no es válida para explicar el origen de una psicofonía.
Aunque la anterior es la que se siempre se sobreentiende, hay otra hipótesis sobre qué es una psicofonía que dice que son producidas por voces acompañantes (sea eso lo que sea). Si imaginamos que esta voz acompañante es la que genera los sonidos que quedan atrapados en el tiempo, en el momento que justo para que el micrófono lo registre ¿Se podría registrar una voz sin que la oyera el investigador de turno?
Tampoco. La onda estacionaria temporal existe simultáneamente en todo lugar del espacio, por lo que debería ser oída. Si nos ponemos en el caso 2, en el que sólo una pequeña parte de la onda queda atrapada, mientras el resto viaja normalmente, también debería ser oída, esta vez como onda normal y corriente. Incluso si el sonido es tan tenue que no llega al umbral mínimo para ser oído, una grabadora muy sensible registraría el sonido original viajero, que sería mucho más intenso que el atrapado. La hipótesis de que las psicofonías serían debidas a voces acompañantes que emiten sonidos atrapados en el tiempo tampoco se sotiene, además de haber introducido complicaciones sin justificación sólo para intentar hacer cuadrar desesperadamente la hipótesis.
Por si fuera poco lo ya dicho, vamos a considerar un tiempo de T=1 segundo, donde caben, además de la frecuencia fundamental de 2 hz, sus armónicos. Ya habíamos visto que los modos de menor frecuencia se veían favorecidos al iniciarse la perturbación.
He aquí un espectro de sonido de Chiquito de la Calzada diciendo aquello de "Al ataqueee". En vertical, la frecuencia de 20 a 5500 hz. En horizontal, el tiempo. El color azul significa que la amplitud de esa frecuencia en ese momento es pequeña, y los colores amarillo, naranja y rojo indican una amplitud mayor.
Las frecuencias más significativas están entre los 400 y 1000 hz. Para T=1 segundo (f0=2 hz), esto equivale a los armónicos n=200 y n=500. Respecto al modo fundamental, a estos modos les costará entre 40.000 y 250.000 veces más energía crearse que a los de baja frecuencia. Por otro lado, las ondas que quedan atrapadas son de frecuencias fijas. En cambio, la entonación de la voz, palabra o frase, las vocales y consonantes, como se ve en el espectro, producen variaciones de las frecuencias del sonido. Si se registrara algo, sólo sería un sonido monótono. Nada de palabras ni frases.
Habría alguna forma más de colocar parches a la hipótesis para intentar sostenerla. Pero con unos cimientos que se tambalean cada vez más, lo mejor es pasar a otra cosa.
Muchas preguntas, ninguna respuesta
Este modelo teórico, incluso si fuera correcto, no da respuesta a lo que se está buscando: no sería posible grabar psicofonías, entendidas como ondas atrapadas en el tiempo, o (rizando el rizo en la busca desesperada de un resultado positivo) voces acompañantes que producen sonidos atrapados en el tiempo. Pero lo peor es que surgen nuevas preguntas, mucho más complicadas de resolver, porque esta afirmación lleva ocultas una serie de suposiciones que ya hemos mencionado, y que hay que asumir obligatoriamente para sostener la hipótesis:
1- Existe un mecanismo (desconocido) por el cual una onda, o parte de ella, es enviada hacia atrás en el tiempo.
2- Es posible viajar en el sentido inverso del tiempo.
3- La transmisión de información es instantánea
Las suposiciones son bastante extraordinarias, como no podía ser de otra forma. Y nos lleva a preguntas más extraordinarias aún, más del mundo de Mari Pili Piruleta que de éste.
Para empezar, hemos supuesto que existe un mecanismo (desconocido) que envía una onda hacia atrás en el tiempo. Igual que para ondas estacionarias normales una pared, o el final de la cuerda suponen el rebote de la onda, es obligatorio suponer un mecanismo similar para nuestro caso. ¿Pero qué mecanismo sería este y cuando actúa? En caso de existir, hemos tan sólo deducido que sólo afecta a una parte de la onda, de tan poca intensidad que no puede ser oído, dejando viajar normalmente al resto de la onda.
Además, esta onda estacionaria temporal existiría en todo el espacio conocido ¿Podría hablar con mi tío Eustaquio, que vive en Australia, sin moverme del sillón y sin llamar por teléfono?
Más profunda es la suposición de que se puede recorrer el tiempo en sentido inverso. Hay gente investigando en la posibilidad de viajar a un tiempo pasado, pero todas las hipótesis pasan por llegar allí viajando hacia delante en el tiempo. Es como una persona que viaja permanentemente en dirección Este, la final llega al mismo punto de partida tras dar una vuelta completa a la Tierra. El problema es similar: dar la vuelta al tiempo, yendo siempre en sentido de avance. Pero lo que no hay son indicios de poder viajar en el sentido inverso del tiempo, que es lo que estaría realizando nuestra OET. Es un tema de física fundamental, acerca de la flecha del tiempo y la entropía del universo.
¿Existirían ondas viajando hacia atrás en el tiempo, sin estar atrapadas? ¿Podríamos oír sonidos del futuro, o palabras que se oirían como un disco al revés? ¿Y si eliminamos la fuente de sonido antes de que suene?
¿Y que pasa con la transmisión instantánea de información? ¿Qué hacemos con la teoría de la Relatividad?
En resumen, no se halla ninguna respuesta a nuestro problema, y sí surgen preguntas sin ninguna prueba o dato que indique que es necesario preguntárselas. Es complicar innecesariamente la teoría. Si uno tiene tiempo de sobra para perder, puede entretenerse en buscar respuestas, sólo por el placer de ejercitar la mente. Si en cambio ese alguien prefiere hacer algo productivo, es mejor que use la navaja de Occam y la papelera más cercana.
Estimado experto en TCI:
(Que alguno habrá que nos lea)
Sin siquiera levantarnos de nuestro sillón, hemos podido hacer una afirmación extraordinaria, que de ser cierta requeriría revolucionar la ciencia (¿viajar en el tiempo en sentido inverso? ¿Transmisión instantánea de información?), y llegar a la conclusión de que es más que probable que no sea válida, dado que no existe actualmente ninguna evidencia de que algo así ocurra, y sí hay teorías contrastadas (e incluso la experiencia) que nos contradicen. Y aún en el supuesto de ser cierta, hemos concluido que no podría ser la causante de inclusiones psicofónicas. Conclusiones que no son de negar por negar por parte de un malvado científico de bata blanca, negativista, comeniños y pirómano, apoltronado en el cómodo sillón de su torre de marfil, sino de desarrollar la afirmación, e interpretar los resultados.
Ya ve, sin usar grabadoras ni cámaras de fotos y sin hacer una licenciatura de "Investigador en Misterios Paranormales". Sólo lápiz, papel, y un poco de malvada ciencia oficial. Y lo que nos hemos ahorrado en gasolina, ni le cuento.
Si me argumenta que lo que entendemos aquí por onda atrapada en el tiempo no es correcto, sino una auténtica estupidez, me permito sugerirle que nos encantaría ver un estudio con un rigor como mínimo similar al presentado aquí (que no es mucho, se puede hacer mejor), y con la deducción de consecuencias y conclusiones pertinentes de si podría ser posible o no.
¿Qué hace un paranormalólogo después de soltar una de sus afirmaciones? Coge una
grabadora. ¿Por qué no elabora y desarrolla la teoría que se puede deducir de la afirmación para ver si al menos no va desencaminado? Desconocimiento sin intención de aprender, o peor aún, conocimiento de lo que dice.
En el próximo capítulo...
Aunque una persona mínimamente razonable hubiera tirado a la basura nuestra hipótesis de la onda estacionaria temporal, vamos a ver cómo se podría diseñar un experimento específico para intentar probar su existencia. No cambien de canal
[Introducción][Parte I][Parte III]
Etiquetas:
Psicofonías
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