martes, agosto 30, 2005

Un ejercicio de pseudociencia: Ondas atrapadas en el tiempo

Introducción

¿Es posible estudiar científicamente un fenómeno paranormal? Es lo que constantemente se pide por parte de los escépticos a los autodenominados investigadores de lo paranormal. Estos en cambio se defienden diciendo, unos que ya lo hacen, y otros que no es posible porque son fenómenos que escapan a la ciencia, y por tanto el método científico no es válido para estudiarlo. Estos segundos sin embargo no son capaces de describir cómo sería el método adecuado más allá de grabar psicofonías, sacar fotos, o practicar oui-ja de forma sistemática y repetitiva, sin llegar a conclusiones, lo que curiosamente es lo mismo que hacen los primeros.

A lo largo de tres entradas, más esta introducción, y con ánimo de mostrar que sí es posible investigar fenómenos paranormales siguiendo el método científico, en Gluon con Leche hemos decidido hacer el trabajo que deberían hacer los investigadores de turno: un estudio con un mínimo rigor de lo que sería una afirmación extraordinaria. En concreto, nos vamos a centrar en las psicofonías, una de las técnicas de Transcomunicación Instrumental (TCI, nombre rimbombante para aparentar algo serio), exactamente en la afirmación de que podrían ser debidas a ondas de sonido atrapadas en el tiempo.

Vaya por delante que el objeto de este artículo no es demostrar la existencia o no existencia de estas ondas, ni demostrar la paranormalidad de las psicofonías. La interpretación de la afirmación será estrictamente personal, sin dejar de ser por ello extraordinaria. De hecho, la interpretación que se deduce cuando la mencionan los expertos en TCI posiblemente sea distinta a la que se dará aquí, además de que no se le da gran peso a esta hipótesis, aunque sin llegar a descartarla nunca (por supuesto). Repetimos, el objetivo no es demostrar la existencia este tipo de ondas, sino mostrar la posibilidad de enunciar una hipótesis, desarrollarla, obtener conclusiones e incluso diseñar un experimento para poner a prueba una afirmación extraordinaria.

El hecho de querer emplear un mínimo de rigor hace necesario, no demostrar, pero sí al menos indicar de dónde salen las conclusiones, lo que hace necesario exponer algunas fórmulas, ecuaciones y gráficas en las explicaciones. Al fin y al cabo, las matemáticas son la herramienta básica de la ciencia, por lo menos en lo que a física se refiere, que es el campo donde se inscriben las ondas. Comprendemos que al verlas, a más de uno le sude la frente, le recorra un escalofrío de la rabadilla al colodrillo (o viceversa) y cambie de canal, por eso serán las mínimas posibles. La ventaja de usar fórmulas y gráficas reside en que resumen de forma simple, compacta y efectiva todo lo que se quiere decir en el texto (y lo que no se dice u olvida), siendo de gran ayuda para su comprensión. Intentaremos que quien no entienda las fórmulas no lo necesite para comprender la argumentación, aunque quizás le cueste un poco más esfuerzo.

Listamos aquí el índice de partes de que constará este artículo, e invitamos al lector a pasar directamente a la primera de ellas:

Un ejercicio de pseudociencia: ondas atrapadas en el tiempo

Introducción
Parte I: La malvada ciencia oficial
Parte II: Una hipótesis extraordinaria
Parte III: Un experimento

1 comentario:

Sarra dijo...

Gluon,

Haciendo un search de Orbs llegue hasta aqui...Esta es mi foto ultima de orbs http://thesarrasecacode.blogspot.com/2007/03/orbs-mexicans-conection.html
pasate a verla...
Un abrazo desde LAX
D