martes, marzo 14, 2023

Constricciones físicas a los Fenómenos Aéreos no Identificados

Este es el título de un (a fecha de marzo de 2023) borrador escrito por Abraham (Avi) Loeb, y Sean Kirkpatrick.

El primero cobró notoriedad tras el paso de un objeto intergaláctico por nuestro sistema solar. Según los cálculos, debido a su velocidad y alta excentricidad de su órbita, fue un objeto que nunca estuvo ligado al sistema solar, sino que provino de fuera de él. Ésto y alguna que otra aparente anomalía llevó a Loeb a especular con la idea de que fuera en realidad una nave interestelar de paso por el sistema solar. Donde «especular» es la palabra clave a tener en cuenta.

Posteriormente Loeb lanzó lo que llamó Proyecto Galileo, que pretende establecer una red de detección de objetos no identificados, -entendidos como naves extraterrestres- ya estén en la órbita de la Tierra o del sistema solar.

El segundo, Kirkpatrick, es el actual director de la All-domain Anomaly Resolution Office (AARO), la oficina establecida en los últimos años por petición del Congreso de EEUU bajo la tutela de la Oficina de Director Nacional de Inteligencia (ODNI), e impulsada por un lobby formado por ciertos grupos y personas empeñadas en buscar extraterrestres. El pasado enero la ODNI sacó su segundo informe sobre UAPs basado en el trabajo de la -a día de hoy- AARO (pero anteriormente conocida como UAPTF, AATIP o AAWSAP). Comentarios a ese informe se pueden leer aquí.

Es obvio que ambas personas tienen un interés común en la búsqueda de naves extraterrestres, y por ello se han asociado para escribir el borrador de artículo que aquí comentamos. Como borrador que es, está por ver qué forma final adquiere, y sobre todo dónde pretenden publicarlo; pero eso no obsta a que se pueda analizar y criticar, ya que se ha hecho público.

El abstract, resumen inicial del artículo, nos indica que la intención del estudio es buscar límites físicos a las intepretaciones de UAPs que muestran «alta maniobrabilidad»; es decir, cómo las leyes conocidas de la física (como la fricción con el aire o agua) pueden provocar fenómenos como emisión de luz, ionización de la atmósfera, o firmas de radiofrecuencia, y cómo estos fenómenos, en principio observables por diversos métodos, podrían relacionarse con el tamaño del presunto objeto, distancia a la que se observa, o incluso su velocidad. Algo que como ejercicio académico a priori puede resultar curioso.

La premisa inicial sin embargo, se queda en nada en cuanto vamos al cuerpo del artículo.

La introducción nos recuerda que su punto de partida irrenunciable es la visita de naves extraterrestres, ya que se comienza con la detección de 'Omuamua, y de otro objeto interestelar (IM2):

Nevertheless, the coincidences between some orbital parameters of ‘Oumuamua and IM2 inspires us to consider the possibility that an artificial interstellar object could potentially be a parent craft that releases many small probes during its close passage to Earth, an operational construct not too dissimilar from NASA missions.

En todo caso, las coincidencias entre algunos de los parámetros orbitales de 'Omuamua e IM2 nos inspira a considerar la posibilidad de que un objeto artificial interestelar podría potencialmente ser una nave nodriza que liberara pequeñas sondas durante su paso cercano a la Tierra, un constructo operacional no muy diferente a las misiones de la NASA.

Por mucha «inspiración» que les provoque, lo cierto es que en ningún momento se ha demostrado que alguno de esos objetos fuera artificial. Da igual, huyendo hacia adelante con esa idea, siguen una serie de disquisiciones totalmente especulativas, que pueden sonar más o menos razonables, pero especulaciones al fin y al cabo, sin ningún valor científico real ni aporte de conocimiento, pero sobre todo sin relación con la premisa expresada en el abstract.

¿Cómo podría una civilización intergaláctica llegar a la Tierra? Loeb y Kirkpatrick se lanzan a especular sobre naves nodrizas que esparcen naves exploradoras como «dientes de león» (dandelion seeds), naves no tripuladas gobernadas por «Inteligencia Artificial», máquinas de Von Neumman capaces de «autorreplicarse» para poder abarcar la exploración de toda la galaxia… lo que no deja de revelar la falta de imaginación humana, pues se mencionan tecnologías hoy día consideradas punteras (IA, impresoras 3D) para problemas genéricos, postuladas como solución imprescindible para la exploración intergaláctica, simplemente porque es lo más avanzado que conocemos por el momento.

Constrasta en cambio con otros problemas bastante más importantes (visto con el conocimiento y tecnología disponible hoy día) como el reabastecimiento o la propulsión, de los que se dicen generalidades pero no hay soluciones específicas, como si esa presunta civilización que nos visita ya lo hubiera resuelto de forma trivial.

En todo caso, no es más que una exposición de especulaciones, una sobre otra, que podrá tener su valor como tormenta de ideas que algún escritor de ciencia ficción sabrá aprovechar. Pero a nivel técnico o científico no aporta nada relevante.

Porque al fin y al cabo, el tema gira en torno a

...if some observed UAP are of extraterrestrial origin, there are some practical limits on the interpretation of observed and measured data resulting from physics-based constraints

...si alguno de los UAP observados son de origen extraterrestre, hay límites prácticos en la interpretación de los datos observados y medidos que resultan de constricciones basadas en la física.

(negrita añadida). Partimos de una condición sin demostrar, toda la especulación anterior no la va a hacer más probable.

El poco contenido científico presente en el artículo tan solo reproduce ecuaciones publicadas en otros trabajos, que vienen a decir cosas ya de sobra conocidas: un objeto con una velocidad determinada (energía cinética), se frena al entrar en la atmósfera y por tanto disipa esa energía en forma de calor, luz, e ionización de la atmósfera. Lo que a su vez puede favorecer su detectabilidad en radiofrecuencia (es decir, radar).

Las ecuaciones relacionan esos observables con propiedades como tamaño, distancia o velocidad… uno esperaría que ahora que por fin se han centrado en el tema hicieran algún desarrollo ejemplificando cómo interpretar UAPs, y mostrar qué tipo de limitaciones físicas imponen esos observables.

Para nuestra desgracia, Loeb y Kirkpatrick pasan directamente a la sección de «Conclusiones»:

The considerations in this paper imply a useful limit on observations of UAP which bound the hypothetical explanations and can support limitations on interpretations of data.

Las consideraciones de este artículo implican límites en las observaciones de UAP que acotan las hipotéticas explicaciones y pueden apoyar limitaciones en las interpretaciones de datos.

¿Dónde? En ningún momento han mostrado cómo se limitan las interpretaciones de UAPs, a pesar de pretender ser el objeto del paper según el abstract. En cambio, abundan párrafos de especulaciones no solicitadas para intentar justificar una condición indemostrada. Excusatio non petita...

Saltan las conclusiones a hablar de las imágenes tomadas con pods FLIR, en obvia referencia a los vídeos del pentágono.

For example, one of the most common sets of data within the military holdings comes from FLIR (forward looking infrared) pods. These sensors provide an accurate resolved image of relative thermal measurements across the scene. Typical UAP sightings are too far away to get a highly resolved image of the object and determination of the object’s motion is limited by the lack of range data. The range is usually estimated using the flight dynamics of the platform and some fixed points in the scene - if either are available. The error in estimating the range gives rise to a significant variation in the calculated velocity and is subject to human bias and error.

Por ejemplo, uno de los conjuntos de datos más comunes que posee el estamento militar viene de pods FLIR. Estos sensores proveen una imagen precisa de medidas térmicas del escenario. Los avistamientos típicos de UAP son demasiado lejanos como para obtener una imagen de buena resolución del objeto, y la determinación de la trayectoria del objeto está limitada por la falta de datos de distancia. La distancia se estima habitualmente usando la dinámica de vuelo de la plataforma y algún punto fijo en el escenario - si es que están disponibles. El error al estimar la distancia da lugar a variaciones significativas en la velocidad calculada y está sujeta a error humano.

En vez de redactar uno o varios apartados demostrando la utilidad de las ecuaciones anteriormente descritas, prefieren hacer un esbozo en las conclusiones. Básicamente, vienen a decir que las imágenes FLIR son poco claras, lo que dificulta obtener datos tan básicos como trayectoria, tamaño o velocidad.

Su sugerencia es entonces matar moscas a cañonazos suponiendo que los objetos vienen del espacio exterior, y calcular tales parámetros a partir de su emisión de radiación.

Obvian decir que para hacer eso sería necesario acceder a los «datos crudos» de los vídeos, en vez de un vídeo post-procesado para realzar la imagen y posteriormente adaptado para su difusión en internet que ya ha perdido esa información tan relevante.

O acceder al resto de datos de los sensores de los cazas u otras plataformas, como el radar, una señal amplificada -según ellos mismos escriben- con la posible ionización de la atmósfera, si es que el objeto estuviera reentrando en la atmósfera.

Porque lo cierto es que los vídeos del pentágono, a pesar de la imagen poco nítida, presentan datos en pantalla que permiten, bajo ciertas suposiciones que no implican condicionales sumamente improbables, recuperar trayectorias, tamaños y velocidades de objetos muy mundanos (como ocurre con los vídeos Go Fast! y FLIR1).

En resumen, un borrador de paper que promete tratar un asunto que no trata, cuyo grueso no son más que especulaciones de ciencia-ficción buscando justificar un punto de partida extremadamente improbable; y termina con unas conclusiones inconexas con todo lo anterior donde se esboza tímidamente lo que debería haber sido el tema central.

Sin pies ni cabeza.

Agradecimientos

A Manuel Borraz, y Vicente Juan Ballester Olmos por sus comentarios.

martes, febrero 14, 2023

El Gran Ataque de los Globos

Febrero de 1942, sólo tres meses después del «día de la infamia», 7 de diciembre de 1941, ataque a Pearl Harbour.

Salta la alarma en la ciudad de Los Ángeles, y toda la noche transcurre con un apagón total y entre disparos... a ningún enemigo. Solo disparos al aire.

Era época de guerra, y un ataque muy reciente llevó a un episodio que ha dado en llamarse «La Batalla de Los Ángeles» (The Great Los Angeles Raid). A pesar de la incomparecencia del enemigo, la noche se saldó con daños materiales en edificios, y cinco muertos, dos por ataques al corazón, tres por accidente de tráfico en el caos de la noche.

Se dice que la historia tiende a repetirse, y llevamos desde inicios de febrero con una histeria nueva en norteamérica, que podríamos denominar «El Gran Ataque de los Globos» (The Great Ballon Raid. Me suena mejor en inglés que en castellano :P ).

Todo comienza con un globo que entra a norteamérica por Alaska, atraviesa Canadá, y se planta en Montana, donde por casualidad hay «instalaciones sensibles» (i.e., silos nucleares) del ejército americano.

La procedencia del globo resulta ser China, y aquí comienza la zona gris. Pues los americanos dicen que se trata de un globo espía, mientras que los chinos dicen que es un globo meteorológico extraviado y llevado por el viento. El globo termina su periplo por EEUU el 4 de febrero: al llegar a la costa atlántica (Carolina del Sur) es derribado por un misil lanzado desde un F-22.

Y aquí debería terminar la anécdota, con quizás algo de ruido diplomático, dentro de esa escalada de tensiones que parece haber entre chinos y americanos últimamente. Los chinos quejándose del derribo, amenazando acciones similares, los americanos recuperando lo que quede de la carga útil del globo, y (con suerte) mostrando algo para respaldar sus afirmaciones de que era un globo espía.

Una semana después, 10 de febrero, se detecta un «objeto a gran altitud» (sic) en Alaska. Aunque no se le denomina globo (y mucho menos espía), se le derriba de nuevo. Al día siguiente, otro globo «objeto a gran altitud» es detectado y derribado en Canadá (territorio de Yukon, próximo a Alaska). Y para rematar el fin de semana, otro «objeto» es de nuevo detectado y derribado, esta vez sobre el Lago Hurón, en Michigan.

Toda una reedición de la Batalla de Los Ángeles del siglo XXI, pero con globos y cazas. Al menos esta vez no ha muerto nadie.

Oficialmente, no se les está llamando «globos» (aún), a pesar de que las descripciones son perfectamente afines:

“cylindrical and silver-ish gray” and gave the “balloon-like” appearance of floating without “any sort of propulsion”

"cilíndrico y grisáceo", y tenía apariencia "como de globo" flotando sin "ningún tipo de propulsión".


En fin, una «oleada» de globos, similar a las que tiempo atrás ocurrían con los ovnis, tras un evento llamativo y mediático.

Pero lo que no ví venir, fue que los impulsores de la «oficina de buscar ovnis» (All-domain Anomaly Resolution Office, AARO) se pusieran las medallas.

Senadora Kirsten Gilibrand (D, NY) (Impulsora de la ley de 2022 que crea AARO)

Es por esto exactamente que necesitamos estudiar los Fenómenos Aéreos No Identificados - y por lo que yo luché para incrementar la cooperación entre agencias y reducir el estigma por informar de avistamientos. Gracias a que estamos reuniendo y estudiando los datos, podemos detectar estas incursiones y proteger nuestros cielos.

Lue Elizondo: Ex-director del programa AATIP, precursor del UAPTF. Presunto filtrador de los famosos vídeos del pentágono.

Esta es una de las razones principales por las que dimití del Pentágono en 2017; nadie estaba prestando atención. Gracias a la nueva legislación, estamos más preparados para vigilar nuestros cielos. Recuerda, cuando más miremos arriba, más vamos a ver.

Senador Marco Rubio (R, FL): Impulsor del grupo de trabajo UAPTF.

Las últimas 72 horas han revelado al público lo que ha estado ocurriendo durante años, aeronaves no identificadas operando rutinariamente sobre espacio aéreo restringido de EEUU.

Por eso presioné para tomarse esto en serio y crear un grupo de trabajo permanente sobre UAPs hace dos años.

Como dijo aquel gran erudito, «Manda huevos». Estas personas han presionado para crear un organismo para buscar «objetos transmedio» y con «características de vuelo inusuales», que no son más que eufemismos para no decir nave extraterrestre, y todo bajo un disfraz de seguridad en vuelo y amenazas a la seguridad nacional.

Es gente que ante la sugerencia de que por ejemplo, el vídeo Go Fast! pudiera ser un globo, lo rechazarían de plano. ¡Qué ironía!.

¿Qué tiene de «inusual» las «características de vuelo» un globo?. Nada.

En su último informe AARO pudo identificar una cantidad elevada de globos. Nos preguntábamos en ese momento ¿y qué medidas iban a tomar al respecto?. Pero el informe continuaba manifestando que se iban a centrar en los «casos no atribuidos» que aparentaban tener «características de vuelo inusuales». Es decir, no hacer nada respecto a las amenazas identificadas, y seguir buscando gamusinos.

Y así ha sido: hasta que no ha aparecido el mediático globo espía chino, el NORAD no ha tomado medidas extraordinarias de vigilancia. ¿De qué ha servido el informe y el trabajo de AARO entonces?. Ni para calzar mesas.

En el colmo del esperpento, ahora la Casa Blanca anuncia la creación de un nuevo equipo para investigar «Objetos aéreos no identificados»

The president, through his national security adviser, has today directed an interagency team to study the broader policy implications for detection, analysis, and disposition of unidentified aerial objects that pose either safety or security risks," National Security Council spokesman John Kirby said at a White House press briefing.

«El presidente, a través de su consejero de seguridad, hoy ha ordenado a un equipo de varias agencias que estudie la implicación de políticas generales para la detección, análisis, y disposición de objetos aéreos no identificados que suponen un riesgo para la seguridads», ha dicho el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional John Kirby en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

Crear un nuevo equipo de trabajo que haga lo mismo que (presuntamente) ya hace AARO. Cualquiera diría que no les toman en serio. ¿Les llamaran?.

Aunque sea para traer los cafés.

sábado, enero 21, 2023

Comentarios al Informe anual de 2022 sobre Fenómenos Aéreos No Identificados

Por Vicente Juan Ballester Olmos y Julio Plaza del Olmo

(Click to read the english version)

El 12 de enero de 2023, la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (ODNI, por sus siglas en inglés) publicó la versión no clasificada del “informe anual de 2022 sobre Fenómenos Aéreos No Identificados” (UAP). La Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) para al año fiscal de 2022 estableció la obligación de remitir un informe anual clasificado al Congreso de EEUU el 31 de octubre de 2022[1], así como una versión no clasificada.

El documento oficial del Departamento de Defensa se lee en el enlace siguiente:
https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/assessments/Unclassified-2022-Annual-Report-UAP.pdf

Este artículo pasa revista a los aspectos más desatacados del informe no clasificado de 2022 del gobierno de EEUU sobre los UAP, y aporta nuestros propios comentarios sobre su contenido. Es un documento de 11 páginas, con un informe principal de 7 páginas más tres apéndices. Se divide en cinco secciones, que se describen a continuación.

Resumen Ejecutivo

Comienza afirmando que

El número de informes de fenómenos aéreos no identificados (UAP) se está incrementando, provocando un mayor estado de alerta sobre el espacio aéreo y mejores oportunidades para resolver eventos de UAP.

¿Qué se puede esperar después de tanta publicidad y cobertura por la prensa? En cualquier parte del mundo, en décadas pasadas, el número de informes ovni aumenta después de cualquier de comunicación pública de las Fuerzas Aéreas sobre ovnis[2].

La retórica es gratis, pero ¿qué relación real tiene el aumento de informes de UAP con una mayor alerta del espacio aéreo? La atmósfera y el espacio han estado concienzudamente bajo estudio durante muchos años y el conocimiento científico no ha descubierto nada que tenga que ver con platillos volantes, ovnis, o UAP. Es solo una frase para justificar la mera existencia de este proyecto. Después de 75 años de historias ovni, no se necesitan más incidentes para resolver el tema. Se puede hacer examinando casos antiguos. Como muchos de nosotros hemos hecho.

Junto a los 144 informes de UAP reunidos durante los 17 años incluidos en la evaluación preliminar de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI)[3][4] ha habido 247 nuevos informes y otros 119 que se descubrieron o se comunicaron pasado el periodo de la evaluación preliminar. Esto hace un total del 510 informes UAP a fecha 30 de agosto de 2022.

El informe anterior (una evaluación preliminar publicada el 25 de junio de 2021) estaba basado en 144 informes, ¡con tan solo uno resuelto! Desafortunadamente, no había información técnica en su versión no clasificada que nosotros, los investigadores, pudiéramos verificar. Esta poca transparencia es vergonzosa, cuando otros centros gubernamentales de estudio de UAP proveen toda la información Online sobre casos investigados, como por ejemplo Francia[5], Argentina[6], y Chile[7]-

En AARO y ODNI estimamos que el aumento observado en el número de informes UAP es en parte debido a una mayor concienciación sobre las posibles amenazas que los UAP pueden suponer, tanto como seguridad en vuelo, como plataformas adversarias para obtención de información, y por otra parte debido a un menor estigma en torno a comunicar casos de UAP. Este aumento de la cantidad de informes ofrece más oportunidades de aplicar análisis rigurosos y de resolver eventos.

No exactamente. Los informes no ocurren porque nadie esté más alerta ante una hipotética amenaza de seguridad, sino por la gran repercusión que le han dado al tema de los UAP varias autoridades (Defensa, NASA, AIAA) y por un número creciente de organizaciones privadas, creando así más oportunidades para recabar información que analizar. El llamado “estigma” por informar es terminología de la ufología crédula: los investigadores ovni han catalogado centenares, miles de testimonios de pilotos, marinos, astrónomos y científicos. Es la promoción de los UAP por parte del Departamento de Defensa estadounidense lo que está animando a la gente a comunicar, junto con el crecimiento sin control de dispositivos aéreos como drones, una gran variedad de tipos de globos y demás.

Es notable (y así lo valoramos) que la creación de la Oficina de Resolución de Anomalías Todo-Dominio (“All-Domain Anomaly Resolution Office”, AARO) facilitará una mayor coordinación con otras agencias, y ello ayudará a una “mayor atribución de UAP”. Por supuesto, cuanto más busques, más encontrarás. Principalmente basura observacional, desde nuestro punto de vista. Y, si no, al tiempo. El informe confía en que esta mayor coordinación

garantizará que los esfuerzos en la detección e identificación de los UAP … se haga por todo el Departamento de Defensa y entre las agencias relevantes asociadas, así como por la Comunidad de Inteligencia.

Nosotros pensamos, sin embargo, que lo que mejorará la identificación y resolución de incidentes será la aplicación de recursos analíticos a los informes, y mantenerse lejos de los lobbies de los ufólogos.

Los sucesos UAP continúan ocurriendo en espacio sensible o restringido … nuestra suposición es que posiblemente haya un sesgo en la recopilación debido a la cantidad de aeronaves activas y de sensores, combinado con un enfoque dirigido a la comunicación de anomalías.

Nos parece que es una conclusión preliminar correcta, que se reforzará con el tiempo.

Alcance y supuestos

Comienza explicando cómo este informe anual es un requerimiento de la Sección 1683 de la NDAA del año fiscal 2022: el ODNI “en consulta con el Secretario de Defensa, remitirá a los comités del congreso apropiados un informe sobre Fenómenos Aéreos No Identificados.” El apéndice A cubre esto en detalle. Al asumir estas responsabilidades, la recién creada AARO

distribuye informes trimestrales sobre UAP a los responsables políticos que contienen un mayor detalle respecto a los análisis y atribución de los eventos UAP.

Por desgracia, eso es lo que los investigadores necesitaríamos comprobar. Por el momento, nos conformaremos con los números básicos pero, tarde o temprano, los análisis completos tendrán que ser publicados.

En un pie de página, se hace notar que la ley para el año fiscal 2022

amplía la definición de UAP para incluir aire, mar, y objetos transmedio, y este informe mantiene esta nomenclatura durante la fase de transición y puesta en marcha de la AARO.

Ya hemos hablado anteriormente sobre que el término y concepto de objetos transmedio es un concepto imaginario, fruto únicamente de malentendidos y confusiones por parte de algunos ufólogos del ala más creyente. La adopción de este término solo refleja el éxito de la presión de algunos grupos que ha llevado no solo a la creación de AARO, sino también AATIP y UAPTF en años anteriores.

El informe detalla a continuación una impresionante lista de agencias que coordinan ODNI-AARO. Es excelente, porque cuando –a la larga– el estudio llegue a la conclusión de que no se han encontrado evidencias de extraterrestres en la base de datos, nadie podrá argumentar que tal o cual organización no fue invitada a la fiesta.

Bajo Supuestos el informe indica correctamente que

múltiples factores afectan a la observación o detección de UAP … Respecto a la revisión o análisis de eventos de UAP, ODNI y AARO operan bajo el supuesto de que los informes de UAP se derivan de un recuerdo preciso del evento, y/o que los sensores generalmente operan correctamente y capturan suficientes datos reales como para permitir evaluaciones iniciales.

Estos analistas inexpertos se darán cuenta pronto que este supuesto es insostenible y que no es oro todo lo que reluce. Sin embargo, nos parece que puede que estén empezando a enfrentarse con la cruda realidad, cuando añaden que

Sin embargo, ODNI y AARO reconocen que un cierto número de incidentes UAP podrían ser atribuibles a irregularidades de los sensores, o variantes tales como errores de los operadores o del equipo.

Sí, chicos, la gente y las máquinas yerran.

Cambios Gubernamentales para gestionar asuntos UAP

La sección Cambios Gubernamentales para gestionar asuntos UAP se ocupa primeramente de la instauración de la AARO por orden del Secretario Adjunto de Defensa para continuar con las tareas del antiguo UAPTF desde el 20 de julio de 2022 y

está autorizado para desarrollar los procesos y procedimientos para sincronizar y estandarizar la recopilación, comunicación y análisis … El amplio margen de autoridad concedido a la AARO le habilita para fomentar un enfoque que abarque a múltiples agencias, y a toda la administración, para comprender, resolver y atribuir UAP en el futuro.

El informe muestra cuán lejos han llegado ODNI-AARO en la coordinación de “múltiples agencias”. Damos la bienvenida a esta fuerza de trabajo tan amplia, ideal para alcanzar el objetivo final, que es la palabra clave “atribución.” Al fin y al cabo, en unos pocos años, tan sólo un reducido porcentaje de informes quedarán sin atribuir (es decir, cualquier cosa no producida por el hombre, ni fenómenos atmosféricos, ni relacionados con sensores, ni pájaros, etc.) No por su rareza o anomalía, sino por ser pobres en datos. Aquellos que sostienen la esperanza de que el Gobierno de EEUU encuentre actividad extraterrestre en los informes UAP deberían prepararse para una gran decepción.

Comunicación Continuada y Análisis Robustos Proveen Mejor Fiabilidad en Eventos UAP pero Muchos Casos Siguen sin Resolver

Este encabezamiento tan largo sirve de presentación a las siguientes cifras sobre informes UAP, que resumimos en esta tabla:

La ausencia de estadísticas por mes o por año no permite poder encontrar tendencias o influencias. Calculamos que, suponen unos 14 informes nuevos por mes. ¿Es mucho o es poco? Las estadísticas anuales del Proyecto Blue Book desde 1947 a 1969 contienen 12.618 casos[8] El número de casos comunicados a la USAF por mes varía entre 10 (mínimo) y 125 (máximo)[9]. Para que el lector pueda comparar.

El informe califica su propio trabajo sobre informes UAP como un “proceso analítico robusto.” Bien por ellos. Por desgracia

los descubrimientos finales de la AARO estarán disponibles en sus informes trimestrales a los responsables políticos.

¡Mala suerte!... ¿Acaso el público no tiene derecho a saber en esta materia? Sin embargo, se dan algunos detalles para los 366 casos adicionales desde la evaluación anterior. 195 eventos muestran características poco relevantes, simplificadas como sigue:

  • 163 globos
  • 26 Sistemas Aéreos no Tripulados (también conocidos como drones)
  • 6 Varios (pájaros, bolsas de plástico)

Básicamente usan esta caracterización inicial para centrarse en los eventos aparentemente más extraños, esto es, los otros 171 informes UAP no caracterizados y no atribuidos. ¡Lo que esos números muestran claramente es que los pilotos y otros militares confunden masivamente globos y drones con UAP!

El informe señala que

Algunos de estos UAP no caracterizados parecen mostrar características o capacidades de vuelo inusuales, y requieren mayor análisis.

Estamos deseando leer cuáles son esas “aparentes” capacidades de vuelo inusuales. Ya avanzamos nuestras dudas de que sean realmente características inusuales. Todo a su tiempo.

Previo a este informe, se filtró que los tres famosos vídeos de la US Navy (los llamados Vídeos del Pentágono, “FLIR1”, “Go Fast” y “Gimbal”) habían sido analizados por AARO[10]. Estos vídeos están en el origen de este renovado interés en los ovnis, ya que “aparentemente” mostraban tales “características de vuelo inusuales.” Sus análisis serían coincidentes con trabajos independientes, que muestran que al menos dos de ellos no eran tan inusuales, siendo causados por una ilusión de paralaje (“Go fast”)[11], o atribuido a un efecto en el sistema óptico del infrarrojo (“Gimbal”)[12]. Sin embargo, no se menciona nada sobre esos tres vídeos en el informe. Seguramente estén entre los 144 informes de la evaluación preliminar de 2021.

La explicación de casos requiere tiempo, experiencia e ingenio. No solo personal y presupuesto, sino profundidad, talento especializado, y –en nuestra opinión– también cierto conocimiento en la historia del fenómeno ovni. La ausencia de cualquiera de estos elementos contribuirá a elevar el porcentaje de sucesos no atribuidos (esto es, inexplicados). Les llevará probablemente años descubrir cómo los pilotos cometen errores cuando se enfrentan a eventos inesperados, cómo los equipos no son infalibles, cómo personal entrenado puede confundirse, etc. Cuando hayan aprendido todo esto, tendrán una visión de conjunto realista de sus datos.

Como era de esperar, el informe indica que la mayoría de nuevos informes UAP provienen de pilotos de la Marina y la Fuerza Aérea estadounidense durante sus operaciones. Al mismo tiempo, señala que

en muchos informes hay una falta de datos detallados para establecer una atribución del UAP con alta certidumbre.

Que es básicamente el principal problema respecto a los UAP: la ausencia de datos precisos lleva a una identificación frustrada. Si hubiera habido suficiente información, lo más probable que no hubiera UAP que comunicar.

El subtítulo “Preocupación por la Seguridad en Vuelo e Implicaciones en la Salud” se centra en la posibilidad de que los UAP supongan un peligro de seguridad en vuelo y una amenaza de colisión para la aviación, que es una de las principales excusas para crear esta Oficina en primer lugar. Por eso la siguiente frase es cristalina:

Hasta la fecha, no se han comunicado colisiones entre aviones de EE.UU. y UAP.

¡Así que les han creado para estudiar objetos transmedio, problemas de seguridad en el aire y efectos de salud que no se encuentran en su base de datos.!

Resumen y futuro

Venga, recapitulemos. Tras casi 18 meses de trabajo:

  • Los UAP continúan representando un peligro de seguridad en vuelo.

¿Cuál es la base para dicha afirmación? ¿Es una mera conjetura, una posibilidad? Los meteoros también representan un riesgo, entonces. ¿Deberíamos crear un Centro para la Meteórica y la Aviación?

  • Los UAP suponen una posible amenaza de recopilación de información por parte de adversarios.

Sí: escuchas, inteligencia, espionaje, son riesgos potenciales, pero –basándonos en la experiencia– estimamos que su impacto numérico será muy bajo.

  • AARO se ha establecido como el punto principal del DoD para los UAP.

Esto es una obviedad. La oficina está operativa desde julio de 2022.

  • Los esfuerzos coordinados entre el Departamento de Defensa, la Comunidad de Inteligencia, y otras agencias gubernamentales para recoger y comunicar sucesos UAP han producido un aumento en la base de datos, abarcando varios dominios de seguridad.

El informe dice que la AARO está centrada

en identificar soluciones para gestionar y aliviar el problema de los datos… El establecimiento de la AARO y la aplicación de los nuevos procesos analíticos de la AARO a los informes detallados incrementará la resolución de eventos de UAP

(énfasis nuestro)

Eso esperamos. La evaluación preliminar de 2021 explicó 1 de 144 casos (0.7%). El informe anual de 2022 “caracteriza” 195 de 366 (53%). Progresan adecuadamente.

Sin embargo, ¿es resolver casos su único propósito? Si la preocupación principal son las amenazas a la seguridad, ¿no debería ser su fin último hacer recomendaciones a los responsables políticos para evitar dichas amenazas? En ese sentido, ya tienen evaluaciones iniciales que sugieren que hay un número no despreciable de globos y drones merodeando alegremente en zonas militares.

El informe termina con tres apéndices: el apéndice A sobre la legislación que solicita el informe anual, el apéndice B sobre la misión y responsabilidades de la AARO, y el apéndice C con la definición de términos clave.

Para nosotros, en conclusión, lo mejor es que la AARO ha establecido una red de cooperación entre distintas instituciones y agencias gubernamentales. Parecen estar trabajando en la atribución de casos, y en el futuro seguramente veamos mayor eficiencia en la caracterización (identificación) de fenómenos aéreos no identificados.

Por otro lado, hay una falta de transparencia en sus informes públicos. La información publicada hasta el momento se reduce solo a estadísticas muy básicas. Los informes trimestrales que parecen contener los detalles de las atribuciones no se han hecho públicos tampoco. Eso evita que expertos independientes externos aún no puedan verificar, validar o discutir sus evaluaciones.

Además, su objetivo final, el propósito último para la existencia de esta oficina, no está del todo claro. Hay una sensación de estar reinventando la rueda, que llevará a las conclusiones ya conocidas de que los UAP no son prueba de vida extraterrestre ni de tecnología avanzada.

Referencias

domingo, junio 27, 2021

UAPTF: Los hombres que miraban fíjamente manchurrones de píxeles

Después del revuelo montado el año pasado por la filtración de tres vídeos de ovnis («FLIR1», «Go Fast» y «Gimbal»), el día 25 de junio el Director de Inteligencia Nacional de Departamento de Defensa de Estados Unidos hizo público un esperadísimo informe sobre «Fenómenos Aéreos No Identificados» (Unidentified Aerial Phenomena, UAP, en inglés).

Lo que siempre se ha llamado ovni (UFO), pero con otro nombre.

Se le encomendó la tarea a un grupo de trabajo denominado UAP Task Force (UAPTF) formalmente en Agosto de 2020, y se les puso fecha límite el 25 de Junio de 2021.

La espera del informe, además, ha venido «calentada» con filtraciones de otros vídeos de un presunto ovni piramidal captado con un dispositivo de visión nocturna, y otro obtenido desde el puesto de control de un buque (USS Omaha). En algún momento quizás comente sobre ellos, pero no hoy.

Se esperaba un informe sobre la investigación de más de 120 casos ovni recogidos por la US Navy entre 2004 y 2020, pero la realidad no ha tenido nada que ver con las expectativas. 9 páginas no dan para mucho; y menos aún si descontamos la portada, una página de antecendentes y finalidad del informe, un resumen ejecutivo, y dos anexos. En 4 páginas no puede haber mucha chicha.

El informe lo realiza la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI), en respuesta a una petición del Senado relativa a las actividades de inteligencia para el Año Fiscal 2021. Se trataba de proporcionar una evaluación de inteligencia de la posible amenaza que presentan los ovnis UAPs, y el progreso realizado por el UAPTF para entender dicha amenaza.

El anexo B parece ser un listado de todas las cosas que este informe debía contener, a saber:

  • 1. Análisis detallado de datos sobre los UAPs, e informes de inteligencia realizados o en posesión de la Oficina de Inteligencia Naval.
  • 2. Análisis detallado de datos de fenómenos no identificados recogidos por diversos medios.
  • 3. Análisis detallado de datos del FBI, derivados de investigaciones de intrusiones en el espacio aéreo.
  • 4. Descripción detallada del proceso de recolección de datos entre agencias y análisis centralizado
  • 4. Identificación de la persona responsable del punto anterior
  • 5. Identificación de las posibles amenazas que constituyen los UAP a la seguridad nacional, y evaluación de si esta actividad pudiera ser debida a potencias extranjeras.
  • 6. Identificación de incidentes o patrones que indiquen si un potencial adversario ha conseguido capacidades aeroespaciales disruptivas que pueda poner en peligro la fuerzas estratégicas o convencionales de EEUU.
  • 7. Recomendaciones respecto a cómo mejorar la recolección de datos, mejora en la investigación y desarrollo, financiación adicional y otros recursos
(Resaltado mío)
Una petición aparentemente bastante exigente solicitando información muy detallada. Pero lo que aparenta es un trabajo del Rincón del Vago. Se han rellenado unas hojas intentando que de una u otra forma, sea posible relacionar el contenido con los puntos exigidos por el senado, de forma que se pueda justificar que se ha hecho el trabajo. Cubrir el expediente.

Hay que decir que se daba margen a que el informe contuviera una parte clasificada. Se rumorea que esta parte clasificada existe, pero en el texto desde luego no hay ninguna referencia a ella. No hay certeza de que exista una parte clasificada, sólo alusiones a «se comenta por twitter que...». Que cada uno le de la credibilidad que considere.

Editado (29/06/21): Desde The Black Vault afirman que el ODNI confirma la existencia de dicha parte clasificada.

El ODNI tambień añade que «The unclassified preliminary assessment and classified annex are substantively consistent and the key conclusions are the same in both» («La evaluación preliminar no clasificada y el anexo clasificado son esencialmente consistentes y las conclusiones clave son las mismas en ambos»)
Editado (23/07/21): De nuevo desde The Black Vault informan que han podido confirmar que el anexo clasificado contiene en total 17 páginas, en contraste con las 70 o más que la rumorología había extendido.
Quizás la mayoría esperábamos erróneamente un informe de corte técnico, de análisis de todos los casos ovni UAP entre 2004 y 2020 (y se podría argumentar que eso es lo que solicita el senado en los primeros puntos del anexo B), una especie de informe finalizado con conclusiones y recomendaciones a seguir. Lo que nos encontramos en cambio es una «evaluación preliminar» (preliminary assessment), que ya indica que es solo es un primer paso de una tarea que va para largo.

Porque el receptor de este informe no son científicos, ni tecnólogos, ni ingenieros, ni tan siquiera ufólogos o aficionados a los ovnis UAPs. El receptor final son políticos, los que manejan los fondos. Y se puede observar tanto en el contenido como la estructura del informe, que la finalidad es simple y llanamente pedir financiación. No en vano, la petición del informe se hizo el año pasado, en junio, enmarcada en una «acción de autorización de inteligencia para el año fiscal 2021» (Intelligence Authorization Act for Fiscal Year 2021). El «Año Fiscal» (FY) se refiere fundamentalmente al periodo de tiempo en que están vigentes los presupuestos, y en EEUU el FY se considera de Octubre a Septiembre del año siguiente. Es decir, el FY 2021 va de Octubre'20 a Septiembre'21. Y ahora estamos precisamente en la misma época del año en la que hay que ir preparando el presupuesto para el FY 2022, que abarca de Octubre'21 a Septiembre'22.

Eso sí, dentro del informe se va incluyendo información que más o menos encaja con los puntos exigidos por el Senado.

El informe comienza estableciendo el problema:
Nos habéis pedido información de inteligencia sobre los UAP, pero no tenemos nada concluyente porque los datos de los que disponemos son insuficientes.
Cuentan como la mala calidad de los datos impiden llegar a conclusiones firmes (es decir, los puntos 1, 2 y 3 no pueden ser contestados por el momento). Así que se necesita un protocolo adecuado para obtener los datos (recomendación, punto 7).

Aunque se abarca un rango temporal que va desde Noviembre de 2004 (encuentro del Carrier Strike Group - 11 con el «Tic tac», y el video FLIR1) a 2020, en realidad hasta 2019 no se estableció en la US Navy un protocolo estadarizado para la recogida avistamientos, mientras que la USAF no lo ha adoptado hasta Noviembre de 2020. La mayoría de los casos son de los últimos 2 años, que es cuando se ha implementado el protocolo.

En total son 144 casos, 80 de ellos incluyen detección con varios sensores. Solo 1 ha podido ser inequívocamente identificado como un globo deshinchándose. Se informa de la información recopilada por el momento, pero no hay un análisis exhaustivo como pedían los puntos 1 y 2.

Se ha intentado buscar patrones (punto 6), pero de nuevo, la poca cantidad de casos no permite buscar tales patrones. Se comenta que la mayoría de avistamientos ocurren durante el desarrollo de ejercicios, o actividad militar en marcha, (lo que podría ser un patrón, punto 6) pero se sospecha que es un sesgo.

Y por último, se señala que en 18 casos, los testigos afirman haber observado características de vuelo inusuales (punto 6, tecnología disruptiva), pero la falta de datos no permite validar tales afirmaciones.

Así que la idea principal de este bloque es: No tenemos información suficiente para un estudio concluyente.

Continua el informe asegurando sí que podrían cumplir con lo exigido:
Si pudiéramos mejorar la recolección de datos, podríamos identificar lo que son los UAPs.
El informe dice que creen que no hay una única explicación a los UAPs, sino que muy seguramente obedecen a diversas causas. Lo cual es de perogrullo. UAP (al igual que ovni) solo significa que no sabes lo que has visto. Por tanto puede ser cualquier cosa. Y afirman que de poder tener buenos datos, podrían llegar a clasificar las explicaciones en varios tipos:
  • a) «clutter» aéreo: pájaros, globos, drones recreativos, bolsas de plástico, o en general, cosas en el espacio aéreo que molestan o pueden interferir.
  • b) Fenómenos atmosféricos naturales: cristales de hielo, humedad, fluctuaciones térmicas, ...
  • c) Programas de desarrollo industriales o del gobierno de US, entre los que entrarían pruebas de prototipos, test clasificados. Señalan que de momento no han podido confirmar que algún caso haya tenido esta causa.
  • d) Sistemas adversarios extranjeros. Tecnología desarrollada por China, Rusia, otra nación o entidad no gubernamental.
  • e) Otros: Cajón de sastre donde meter lo que no cuadre en los demás sitios
¿Por qué esta clasificación y no otra? No dan justificación alguna en el texto. Tampoco están reconociendo que los UAPs registrados por el momento respondan a esas explicaciones, porque de hecho solo hay un caso resuelto. Lo que hacen es darle al Senado lo que pide. El Senado se interesa por la posiblidad de que la causa sea tecnología tan avanzada que les deje en inferioridad tecnológica (una preocupación legítima), y por tanto, se establecen explícitamente dos categorías [c) y d)] para meter ahí casos que entren en esa explicación.

El cajón a) puede ser simplemente porque ahí entra el único caso hasta ahora identificado, mientras que el b) es un cajón de respuestas obvias. No hay mención explícita a extraterrestres, ni esas otras hipótesis extrañas que nunca nadie es capaz de articular. Pero bien podría argüirse que entran en en cajón «otros», lo que también da una idea de cuales son las preocupaciones reales: tecnología disruptiva extranjera, sí. ETs, al cajón de sastre.

Aunque más allá de la clasificación exacta que se proponga, lo interesante es saber cuántos casos hay en cada cajón. De momento, solo el cajón a) tiene un (1) caso apuntado. Los demás están a cero (0), porque como ya se ha dicho, no disponen de datos suficientes para conclusiones firmes.

En resumen, la idea fuerza es: Podemos hacer el trabajo, podemos descubrir si está lo que más preocupa. Tenemos una idea de cómo hacerlo y buscarlo.

Lo siguiente en el informe es justificar por qué hay que investigar estos fenómenos.
No sabemos qué son los UAP, pero nos hemos vistos obligados a detener ejercicios y actividad militar en curso. Es una amenaza a la seguridad en vuelo y (a lo mejor) a la seguridad nacional.
Como ya nos han dicho más de una vez que no pueden analizar los casos porque los datos no son suficientes, no pueden hablar directamente de amenazas a la seguridad nacional. Pero en Defensa, al final todo va de eso, así que obviamente, no se puede ignorar una potencial amenaza a la seguridad nacional.

Lo que sí constantan es una amenaza a la seguridad en vuelo, ya que estos avistamientos de UAPs han provocado la interrupción de ejercicios. E incluso en 11 casos, ha habido «encuentros muy cercanos» (near misses).

Baśicamente es coger el punto 5 y usarlo como justificación de la conclusión por venir. No están informando sobre el peligro real y objetivo que suponen los UAPs. Están justificando el peligro (subjetivamente) percibido por el desconocimiento de los los UAPs. El hecho cierto y objetivo es que se ha tenido que interrumpir ejercicios. ¿Fue por un peligro real inherente al UAP? ¿O más bien por un peligro percibido, ante el desconocimiento del estímulo que lo causa, de una colisión, o agresión?

Que un globo o un UAV civil recreativo (típico cuadrucóptero) sobrevuelen una zona donde se realizan ejercicios militares es un peligro de seguridad en vuelo. Que se pruebe un prototipo secreto y interrumpa la realización otros ejercicios militares, es un peligro de seguridad en vuelo. Si no hay coordinación a la hora de programar ejercicios y al final se interfieren unos con otros, es un peligro de seguridad en vuelo que urge solventar. Pero sin saber la causa que hizo parar el ejercicio, hasta que no se puedan analizar correctamente los casos para hallar esa causa, no se puede dar respuesta a ese posible peligro real.

Así que, la idea que se transmite viene a ser: Percibimos que hay un peligro potencial de seguridad aérea, y tampoco descartamos que afecte a la seguridad nacional, lo que justifica que tengamos que investigar los UAPs para establecer si este peligro es real.

Y la conclusión final es:
Dadnos dinero.
Acaban de hablar de unos posibles peligros, y sobre la identificación las amenazas que preocupan. Se reincide una vez más en lo que se recomienda (punto 7) para poder cumplir con el cometido de identificarlas: estandarizar y centralizar la obtención de información, y de hecho ya se ha contactado con otros organismos (FAA, USAF) (punto 4). Se necesita expandir la colección de casos porque con 144 no da para buscar patrones y analizar apropiadamente la información (puntos 1,2 y 6). Pero claro, esto no es gratis, y alguien tiene que pagar la fiesta.

El esperado informe es un «ni sí, ni no».

Tanto la estructura del informe como el contenido no están puestos al azar y obedecen a dos cuestiones: la finalidad real de ODNI (pedir financiación), y justificarlo (que no informar) en base a los puntos que el Senado les había exigido que contuviera el informe. En todo momento, el lenguaje es ambiguo y evitando al máximo mojarse dejando todo abierto, aduciendo que los datos disponibles son de baja calidad, lo que evita llegar a conclusiones firmes. Como no puede ser de otra manera: si todo estuviera ya claro, no haría falta estudiarlo, y no se podría pedir financiación.

En resumen, la impresión que da es que han tenido durante varios lustros los casos metidos en un cajón, y solo ahora, por petición del Senado, los han desempolvado. No sé hasta donde habrán analizado, pero no parece que hayan hecho grandes esfuerzos. Ni siquiera se han molestado en listar los 144 casos como un anexo más al documento, por ejemplo, con una breve descripción. Con 11 meses de tiempo, al final el informe parece hecho deprisa y corriendo en apenas un par de semanas, intentando cubrir el expediente.

El informe no es un estudio científico/técnico de la casuística. No es un informe con conclusiones, sino un primer avance, o evaluación de lo que disponen y lo que habría que hacer para llegar a ese informe final en un plazo superior de tiempo. De ahí que solo unas horas después de hacerse público, el DoD sacara un comunicado anunciando que se habían dado las instrucciones oportunas para «formalizar la misión que actualmente desarrolla el UAPTF».

No hay que perder de vista toda la historia que hay detrás, con empresarios convenciendo a senadores de montar chiringuitos, y una serie de personajes que llevan desde los 70 en el epicentro de las incursiones del gobierno de EEUU en lo paranormal y ufológico.

Los mismos que pusieron al gobierno a mirar fijamente a las cabras (Proyecto Stargate), son los que quieren ponerles a mirar fíjamente manchurrones de píxeles.

Post data: me da la sensación de que si pongo esta entrada en un pdf, ocuparía más de 4 páginas :P

domingo, marzo 21, 2021

FLIR1: otro vídeo del pentágono

El vídeo

En una entrada anterior hablamos del vídeo llamado Go fast!, uno de los tres vídeos desclasificados por el Pentágono en 2020, aunque ya habían sido filtrados previamente. En esta entrada vamos a ver otro de los vídeos, el llamado FLIR1.

Este video de nuevo muestra tan solo un manchurrón de píxeles que no hace nada en particular. Al menos hasta el último segundo del vídeo. En ese instante, el blanco se escapa hacia la izquierda de la imagen y deja se verse. Esto es interpretado por algunas personas como una aceleración repentina que el sistema de seguimiento es aparentemente incapaz de seguir.


La aceleración

Hay que decir que esta interpretación viene «contaminada» por hechos anteriores.

El vídeo se grabó en 2004, durante unos ejercicios del Carrier Strike Group (CSG) 11, en el que se encontraba el portaviones Nimitz. Previo a la grabación, unos pilotos avistan un objeto que por su forma apodan como «tic tac» (unos caramelos), y que presuntamente realiza movimientos bruscos y aceleraciones repentinas. Tras volver al portaaviones, piden que otros cazas salgan equipados con un sistema de video para obtener imágenes del artefacto. Este es el vídeo que se obtuvo, pero que no muestra ninguna de esas increibles maniobras que describen los primeros testigos.

La organización Scientific Coalition for Ufology (SCU) produjo un primer informe donde interpretan el último segundo del vídeo como una de esas aceleraciones repentinas que dijeron los primeros testigos. Posteriormente, ese informe sirvió de base para producir una publicación en un journal llamado Entropy.

El punto de partida de ese estudio es que el blanco parte en reposo respecto del caza. La razón es que eso es lo que parece, porque no se distingue ningún fondo sobre el que se aprecie el desplazamiento del blanco, y porque el caza mantiene una velocidad constante y vuelo nivelado. Sin embargo, durante todo el vídeo se puede observar que el azimuth (el ángulo en que apunta la cámara en el plano XY) va variando lenta pero contínuamente. El blanco se va desplazando de derecha a izquierda del caza:

La zona sombreada muestra el último segundo en el que se supone que el blanco comienza en reposo respecto del caza y presuntamente ejecuta una aceleración, que según los autores, es de 76g.

Tendríamos que aceptar que durante más de 70 segundos el blanco se ha ido moviendo lentamente, para en el último momento igualar la dirección y velocidad del caza, y luego ejecutar una aceleración increible.

Los cálculos que determinan que ahí existió una aceleración de 76g en realidad dicen poco. El sistema de seguimiento en realidad solo entiende de ángulos, de velocidades y aceleraciones angulares, así que las velocidades o aceleraciones lineales no le importan tanto. Un cálculo muy simplón, de servilleta: el blanco atraviesa el semi-campo de visión en 32 frames (1.07 segundos). El campo de visión en modo NAR y zoom x2 es de 0.35 grados. Así que la velocidad angular media del blanco es de 0.16 grados por segundo.

Por comparar, un sistema ya obsoleto (AN/AAS-38 Nite Hawk de Lockheed Martin) era capaz de hacer seguimiento de blancos a 65 grados por segundo. Así que independientemente de su velocidad real, el sistema debería ser capaz de seguirlo.

Una trayectoria simple

En realidad, hay opciones mucho más mundanas. Que es suponer que el sistema de seguimiento, por la razón que sea, deja de seguir al blanco y este simplemente sigue su trayectoria saliéndose del campo de visión de la cámara. De hecho, hay un par de momentos en el vídeo en el que se observa que esto es lo que ocurre.

El operador del módulo FLIR es un tanto inquieto, y no para de cambiar la óptica del sistema. Cada vez que hay un cambio de óptica (del sensor TV a IR, o del campo de visión NAR a MFOV), se puede observar que las barras de seguimiento se reescalan y tratan de centrar al objeto. El siguiente gráfico muestra la posición del blanco respecto del centro de la imagen, y el rango cubierto por las barras de tracking. Las líneas negras son momentos en los que hay cambios en la óptica.

Hay un primer momento, en torno a los 50 segundos del vídeo (frame 1474), en que el sistema óptico realiza un ajuste automático. En el vídeo se aprecia como una rotación, que sin embargo no cambia la orientación de la imagen. Aún así, al final de este reajuste, el blanco no está centrado y comienza a derivar hacia la izquierda, hasta que el sistema vuelve a centrarlo.

Hacia el final del vídeo, podemos ver que el operador cambia del modo NAR (Campo de visión estrecho, Narrow field of view) a MFOV (Campo de visión medio). El blanco entonces, aunque está dentro de las barras de seguimiento, comienza a derivar hacia la izquierda de nuevo. Las barras necesitan ensancharse y volver a centrarlo. Un poco después, el operador vuelve a cambiar a modo NAR, y otra vez el blanco comienza a derivar hacia la izquierda. Las barras tratan de nuevo de localizar el blanco, pero un nuevo cambio del operador en el zoom hace que el blanco quede fuera de las barras, y el enganche se pierda por completo.

Lo más simple es suponer que el blanco se mueve en línea recta con velocidad constante. Y como el caza también lo hace, es relativamente fácil calcular la trayectoria relativa del blanco vista desde el caza. Partiendo de un movimiento lineal uniforme:

donde Vxy es la velocidad en el plano XY, φ es el rumbo del blanco, y Vz la velocidad vertical. Hay que trabajar un poco la trigonometría, pero al final, sabiendo que la tangente del azimut θ se calcula a partir de x(t)/y(t), se puede obtener la ecuación que relaciona el azimut con la velocidad y rumbo del blanco:

donde θ0 es el azimut inicial,φ es el rumbo del blanco; y ωθ es una cantidad relacionada con Vxy, la velocidad del blanco. No se obtiene directamente su velocidad porque desconocemos un parámetro, que es la distancia inicial entre blanco y caza, R0. Si se pudiera estimar u obtener de alguna forma, entonces sí sería posible calcular la velocidad.

Ajustando esta ecuación a los datos de azimut,

podemos obtener que el azimuth inicial era θ0=4.5 grados (que corresponde con lo que se ve en el primer frame del vídeo), y el blanco se desplazaba con rumbo φ=199 respecto del caza. Es decir, hacia la izquierda, y acercándose. Pero lo importante: ¿A qué velocidad iba? Para eso tenemos que suponer cual era la distancia inicial. El informe original de SCU incluye varias referencias que indican que el primer contacto con el blanco se produce por radar a unas 30 millas naúticas (55 km). Con ese dato, ya podemos obtener la velocidad en el plano horizontal Vxy, que se puece calcular como:

siendo ϕ0 el ángulo de elevación inicial (que en el display aparece como 6, pero es posible afinarlo a 5.5 o 5.6 grados. Tampoco va a cambiar mucho). Así pues, con una distancia inicial de 30 NM, la velocidad relativa en el plano XY del blanco sería de 360 m/s.

Ya solo hay que restarle la velocidad del caza. El display del FLIR muestra 250 nudos, pero eso es velocidad del aire calibrada (CAS). Según de nuevo SCU, el caza iba a 300 nudos (154 m/s) de velocidad respecto del suelo (groundspeed). Ahora bien, esta resta hay que hacerla de forma vectorial, por componentes x e y. Haciéndolo, al final se obtiene que la velocidad real del blanco respecto del suelo era de 425 nudos.

La altura inicial del blanco tampoco es difícil de calcular con un mínimo conocimiento de trigonometría, y se obtiene que la altura sobre el suelo estaría en torno a 37000 pies.

¿Qué era entonces el objeto grabado? Un objeto volando a 425 nudos, a 37000 pies de altura. No son parámetros en absoluto extraños, imposibles, ni de «fuera de este mundo». Son en realidad valores que entran perfectamente en los parámetros de vuelo de pequeños reactores o aviación civil. Ni que decir tiene que otros F-18 como los que había aquel día realizado los ejercicios también son capaces de alcanzar esos valores.

¿Por qué perdió el enganche el sistema de seguimiento? Sin duda una buena pregunta para los ingenieros que diseñaron y programaron el sistema, que seguramente podrían responder de acceder a los datos crudos reales y no solo a un vídeo de baja calidad. Podemos especular, viendo el vídeo, que los contínuos cambios de óptica del operador provocaron que al final al sistema no le dio tiempo a centrar de nuevo el blanco, y finalmente se perdió el enganche. Lo que está claro es que la velocidad angular a la que se desplazaba no era en absoluto un problema para un correcto seguimiento.

Para aquellos valientes que no se asusten de los senos y las thetas, pueden deleitarse con un análasis más detallado aquí: El vídeo FLIR1 del pentágono

jueves, octubre 08, 2020

Go Fast: un vídeo del pentágono

Este año el Departamento de Defensa (DoD) de Estados Unidos ha desclasificado unos vídeos tomados por cazas en misiones de entrenamiento. En realidad los vídeos andaban ya pululando por las redes, y lo que han hecho ha sido simplemente ponerlos a disposición pública, ya que en su opinión no muestran nada comprometedor. Tampoco tienen problema en reconocer que lo que aparece en ellos tienen la catalogación de «no identificado».

Que lo único que significa es que no se han molestado en intentar averiguar qué es lo que se ve en ellos. Quizás porque tengan cosas mejores que hacer.

Los vídeos (disponibles aquí) son tres: «FLIR», «Gimbal» y «Go Fast». Muestran imágenes de cámaras de infrarrojo y el seguimiento de varios blancos. También muestran cierta información básica. De todos ellos, «Go Fast» es el que contiene información suficiente como para juguetear con los datos un poco:

Ángulos de apuntamiento, distancia, velocidad, altura del avión, y con un poco de paciencia, se puede obtener el ángulo de alabeo del caza (mirando frame a frame en un editor de gráficos el ángulo del horizonte artificial). La imagen del vídeo parece mostrar un objeto que se mueve muy rápidamente sobre el mar. Pero, ¿realmente es así?.

El mini ovni

Aprovechando unos frames en los que el blanco se ve oscuro, hay gran contraste para diferenciarlo del fondo y de las barras que lo delimitan. De esta forma podemos deducir que el objeto mide entre 6 y 8 píxeles. Unidad no reconocida por la Oficina Internacional de Pesas y Medidas. Pero para nuestra suerte, sabemos que la distancia entre el caza y el blanco en ese momento son 3.7 NM (millas náuticas, 6.8 km).

Buscando por internet, se pueden encontrar las caraceterísticas técnicas de la cámara de IR.

Tiene tres ópticas distintas: 6º, 2.8º y 0.7º de campo de visión (Field of View, FOV, el ángulo cubierto de extremo a extremo de la imagen). Si la imagen completa (430 píxeles) cubre un ángulo de 6º, entonces 6-8 píxeles cubren un ángulo de 0.097º.

Un poquito de trignometría básica de instituto, nos indica que el tamaño máximo del blanco es de 3 - 4 metros. Si la óptica usada fuera la de 2.8º, entonces el objeto tendría entre 1.4 - 1.9 metros. Con la óptica de 0.7º, estaríamos hablando de 50 cm de tamaño, algo que parece un tanto irreal.

Quedémonos con el ĺimite superior de 3-4 m como máximo tamaño posible.

No tan frío

Tal vez hayas oído referirse a las cámaras de infrarrojo como «cámaras térmicas», o «cámaras termográficas». Dispositivos que en la imagen representan la temperatura de los objetos. Bajo esa premisa, el vídeo «Go Fast» mostraría que el blanco seguido está más frío que su entorno.

Siento decepcionarte, pero no es correcto.

El espectro infrarrojo se divide habitualmente en tres zonas:

  • Infrarrojo cercano: por debajo del visible, entre 0.7 y 2 μm de lo longitud de onda
  • Infrarrojo medio (MWIR): entre 3 y 5 μm de longitud de onda
  • Infrarrojo lejano (LWIR): entre 8 y 12 μm de longitud de onda
Todo cuerpo por tener a una temperatura emite radiación. A más temperatura, mayor cantidad de radiación. Pero el espectro, o cómo se reparte la energía en función de la longitud de onda de la radiación, también varía. Un cuerpo a temperatura ambiente, tiene su máximo de emisión en el LWIR. Un cuerpo a 300ºC tiene su máximo en la banda de MWIR. Y un cuerpo como el sol, tiene su máximo en el visible. Todos emiten en el infrarrojo, pero no la misma cantidad, ni en la misma banda. La radiación que emite el sol es gigantesca. Pero después de 150 millones de km, lo que nos llega es una fracción muy pequeña. Si esa radiación se refleja en un objeto «caliente» (ponle 300ºC), la emisión infrarroja del objeto por temperatura es mayor que la radiación reflejada. En cambio, si se refleja en un objeto «frío» (27ºC), la radiación reflejada es mayor que la emitida por temperatura, porque un cuerpo a temperatura ambiente no emite apenas en MWIR.

En cambio, en LWIR, la radiación emitida por un objeto «frío» sí puede ser es mayor que la radiación solar reflejada en él. Una cámara de LWIR permite medir la temperatura de los objetos. Una cámara de MWIR, sólo podría hacerlo con objetos «calientes», pero no con los fríos. La cámara de los vídeos del pentágono es de MWIR. Los otros vídeos («FLIR1», «Gimbal»), sí muestran un objeto muy caliente (que podría corresponder perfectamente con los gases de salida de la(s) tobera(s) de otro avión). Pero las nubes y el cielo que se ven no son más que el reflejo y la dispersión de la radiación solar. Las nubes no están a 300ºC.

En el caso del vídeo «Go Fast», se ve el mar, que obviamente no está a 300ºC, sino a temperatura ambiente. Así que se está viendo el reflejo del sol en el mar. Y el objeto, no está «más frío» que el mar, sino que está reflejando menos cantidad de radiación solar que el mar. El objeto no está necesariamente «más frío», en realidad no podemos saber nada de su temperatura.

Lo cual nos dice que el objeto del vídeo no tiene ningún tipo de propulsión como pudiera ser un motor, ni emite gases calientes ni nada parecido. Vuela por sus propios medios.

Ni tan rápido

Por último, lo más entrenido, que es coger los datos de elevación, distancia y azimut que salen en cada frame del vídeo. Con todos ellos, y un poco de trigonometría,

podemos obtener la altura a la que vuela en cada momento de tiempo:

13500 pies, que son 4125 metros de altura. La zona gris es la incertidumbre. Así que el blanco vuela esencialmente a una altitud constante, por debajo del caza, pero a 4100 metros de altitud.

Tambień podemos calcular la trayectoria del blanco y del caza, aunque con un poco más de trabajo. El caza vuela básicamente a una velocidad constante de 0.61 - 0.62 Mach. Se puede calcular que a 25000 pies eso corresponde a una Velocidad Verdadera del Aire (True Airspeed, TAS) de 370 nudos (685 km/h). Para obtener la velocidad real respecto al suelo (groundspeed) falta corregir por la velocidad del aire a 25000 pies.

Para obtenerla, nos vamos a los datos del reanálisis atmosférico de la NOAA. Como no sabemos ni la zona, ni el día, ni la hora en que hizo el vídeo, iremos a lo bruto:

NCEP Reanalysis data provided by the NOAA/OAR/ESRL PSL, Boulder, Colorado, USA, from their Web site at https://psl.noaa.gov/
Cojamos todos los valores de velocidad de viento del año 2015 completo en una zona amplia (atlántico norte, por ejemplo), y hacemos un histograma:

Así obtenemos cual es la probabilidad de que hubiera vientos de X nudos. El valor más probable son 14 nudos. El valor promedio de la distribución son 27 nudos. Y la desviación estándar son 21 nudos. Así que, como valores más altos, si cogemos 27+21=49 nudos, tenemos que la probabilidad de que el viento sea aún mayor es del 15% (Lo que es lo mismo, la probabilidad de que el viento sea inferior a 49 nudos es del 85%).

Pues con esta distribución de probabilidad, escogemos un valor al azar. Y al azar también escogemos una dirección del viento respecto al rumbo del avión. Hay dos casos extremos: viento de cola (sumar TAS del caza y velocidad del viento), o viento de morro (restar la velocidad del viento a la TAS del caza). Una vez establecida una posible velocidad real del caza, calculamos las trayectorias del caza y del blanco, y su velocidad.

Dos ejemplos de posibles trayectorias:

Pues esto mismo lo repetimos un millón de veces para obtener otro histograma, esta vez, de probabilidad de velocidad del blanco:

Lo que dice este histograma es que la velocidad mínima del blanco era sería de 30 nudos (54 km/h). La velocidad promedio son 50 nudos (92 km/h), y la más probable 45 nudos(81 km/h). Tambień podemos calcular la probabilidad de que la velocidad sea mayor que una determinada:

Hay un 41% de probabilidad de que la velocidad del blanco fuera superior a 50 nudos, y solo un 10 % de que fuera mayor de 80 nudos (144 km/h) (o equivalentemente, hay un 90% de probabilidad de que la velocidad fuera menor de 144 km/h)

En resumen

Tenemos un objeto de 3 o 4 metros como máximo de longitud, volando a una altitud constante de 4100 m, a una velocidad mínima de 54 km/h, una velocidad probable de 81 km/h, y en todo caso menor de 144 km/h con un 90% de probabilidad; y que no usa propulsión como motores sino que vuela por sí mismo.

¿Qué es lo que se ve en las imágenes? Con 4 metros de longitud, no parece que estemos hablando de una nave nodriza de Ganimedes precisamente. Ni siquiera una nave unipersonal de baja gama de Zeta Reticuli.

Se ha propuesto la posibilidad de que sea algún pájaro de altos vuelos. 4100 metros no es gran cosa, realmente. Los hay que pueden volar perfectamente a las velocidades calculadas. Y también los hay con envergaduras de varios metros. Sumémosle que debería ser un pájaro presente en la costa o zona marítima

Cruzando toda esta información, quizás salga algún pájaro que cumpla todas las condiciones a la vez. O tal vez no; pero para tener por donde empezar, la del pájaro es una hipótesis bastante razonable.

Al menos mucho más que la de tecnología hipermegasecreta militar que se encuentra a golpe de google.

Y el DoD, ¿qué dice?

¿Por qué el DoD dice que lo que se ve no está identificado?. Yo diría que porque no han hecho ningún análisis del vídeo. Lo han visto, no han apreciado nada interesante, y han pasado a otra cosa. Que alguien haya filtrado el vídeo con todo bombo y platillo porque en su opinión es algo anómalo, no quiere decir que el personal dedicado precisamente a evaluar estas imaǵenes tenga que compartir ese criterio.

Se suele aludir a las «tropecientas horas de vuelo de experiencia» de pilotos para justificar que si ellos no fueron capaces de identificar lo que vieron, entonces tiene que ser una anomalía. Lo cierto es que los pilotos usan las imágenes para tomar decisiones en el momento que les ayuden a cumplir la misión que tengan. Pero estos sistemas guardan mucha más información de la que es accesible al piloto. El piloto solo ve lo básico porque tiene que atender a más instrumentación y mantener el avión volando. Cuanto más resumida y procesada reciba la información, mejor. En lo último que va a pensar es en ángulos, senos y cosenos.

¿Cuantas horas de imágenes puede guardar el DoD de todos sus cazas y aviones? En cualquier ejército del aire hay más personal aparte de pilotos, que ni siquiera vuelan, pero que están interesados en las imágenes. Porque de su análisis (y no me refiero a pasar filtros al tuntún, sino a cosas probablemente mucho más complejas que lo mostrado en esta entrada, y con mucha más información disponible) se obtiene inteligencia. Personal de inteligencia con «tropecientas horas de experiencia» en visionado y análisis de imágenes, que pueden discriminar cosas interesantes de las que no. Aunque sólo sea por cribar y no analizar inútilmente cientos de horas de imágenes.


sábado, marzo 14, 2020

Columpiando a Pi

14 de marzo, día de π según la fecha anglosajona, 3/14, que en contra de cualquier tipo de criterio razonable les da por comenzar la fecha por el mes.

Pero cualquier excusa es buena para cacharrear.

Un método fácil de calcular π está basado en el azar: sobre un cuadrado con un círculo inscrito, se generan puntos aleatoriamente. Se cuentan los que caen en el círculo, cuantos en todo el cuadrado, y se puede obtener π de la relación entre ambos números. Se puede hacer con un ordenador fácilmente, y es solo cuestión de tiempo (y potencia de cálculo) obtener una precisión razonable para unos pocos decimales.

Pero eso es cacharreo de salón. Aquí hemos venido a jugar, a experimentar de verdad, a ensuciarnos las manos si hace falta (pero laváoslas después, ¡eh!), y por ejemplo, se puede intentar hacer lo mismo lanzando dardos a una diana.

Eso ya es más divertido, aunque se nos queda corto. Los físicos preferimos las cosas controladas, reproducibles y más rigurosas. No nos vale solo con calcular, también queremos medir, y así por ejemplo, Eugenio Manuel Fernández Aguilar («La conspiración lunar. ¡Vaya timo!» entre otros) «pesó» el número π usando una balanza y arroz. Es un método que en última instancia se vuelve a basar en comparar dos figuras geométricas.

Para ser originales, en los Laboratorios Secretos Gluon con Leche (financiados por la KGB, CIA y protección civil de Pardilla, y expertos en Experimentos de Todo a 100), lo vamos a hacer con un péndulo. Si lo de Eugenio era «pesar π», nosotros vamos a «columpiar π».

Un péndulo no es más que una objeto colgando de una cuerda. La cuerda debe tener una masa despreciable, lo cual no quiere decir que sea mala persona, sino que tiene muy poca masa comparada con la del objeto que cuelga. En mi caso, voy a usar un candado que recordarán de otros grandes éxitos de esta bitácora, como demostrar que la Tierra no es plana.

La idea es la siguiente. Un péndulo oscila con un periodo (T) que depende de la fuerza de la gravedad (g) y la longitud del péndulo (l). No depende de la masa. Y cuando las oscilaciones son pequeñas, la relación entre estas variables es:

Y ahí tenemos a pi. El periodo se puede medir muy fácilmente: se pone el péndulo a oscilar, y cronómetro en mano contamos un número de oscilaciones, i.e., ida y vuelta. Y cuantas más oscilaciones contemos, mejor.


El periodo no es más que el tiempo total divido por el número de oscilaciones. g es la aceleración de la gravedad, el archiconocido valor 9.81 m/s2. Aunque los más puristas dirían que tendríamos que obtenerlo experimentalmente primero, vamos a usar este valor. Y l, se puede medir con un metro.

Así pues, hacemos un péndulo de longitud l, medimos su periodo T, y despejando, podemos calcular pi:

Para distintas longitudes, se obtienen distintos valores de periodo. A longitudes más largas, periodos más largos.



La relación entre l y T está fijado por unas constantes: 2, π y g. De cada par de valores (l,T) se debería poder obtener el mismo valor de π (salvo fluctuaciones estadísticas). Aquí unas medidas, contando 40 oscilaciones:

  • l=0.36 m ; T=1.20 s; π=3.136
  • l=0.43 m ; T=1.31 s; π=3.122
  • l=0.58 m ; T=1.53 s; π=3.153
  • l=0.92 m ; T=1.92 s; π=3.127
  • l=1.09 m ; T=2.10 s; π=3.141
  • l=1.20 m ; T=2.20 s; π=3.143
  • l=1.50 m ; T=2.46 s; π=3.140
de las que podríamos obtener un valor promedio.
  • π=3.138
Y esta sería la forma chapucera de hacerlo.

Pero aquí somos profesionales y nos gustan las cosas bien hechas. O al menos tan bien hechas como sea razonablemente posible, sin que el presupuesto se desmadre.

La forma elegante es representar en una gráfica los pares de valores longitud - periodo.

¿Se ve cómo se alinean formando una curva, una tendencia?. El siguiente paso es ajustar esa curva. Sabemos que el periodo es proporcional a la raíz cuadrada de la longitud. Es decir, podemos escribir una función tal que:

siendo k una constante.

«Ajustar la curva» significa encontrar el valor de k que hace que la función pase lo más cerca posible de todos los pares de puntos. Para funciones simples como ésta, se puede hacer a mano, por el método llamado de mínimos cuadrados, que después de desarrollarlo, se reduce a calcular:

Donde (li,Ti) son cada uno de los pares de valores de periodo y distancia medidos. Y Σ representa el sumatorio de esos valores.

La teoría nos dice que k debe ser igual a 2π partido de la raíz de g, así que podemos despejar y calcular un valor final de π a partir de k:
  • π = 3.139
No es una mala aproximación.

Como todo experimento, existen incertidumbres que dependen de cómo se miden las cosas: el metro para medir la longitud del péndulo puede tener una precisión de milímetros. El tiempo para medir el periodo tiene como incertidumbre el tiempo de reacción para comenzar y parar el cronómetro; al menos una o dos décimas. Estas incertidumbres se van propagando desde los datos medidos hasta el valor final calculado. He dejado π con 3 decimales porque esa es la última cifra significativa. Eso quiere decir que el tercer decimal tiene una incertidumbre. Carece de sentido poner un cuarto decimal.

Incluyendo la incertidumbre, π=3.139+-0.003. El valor real de pi está dentro de la horquilla de incertidumbre, así que podemos decir que el experimento ha sido todo un éxito.

A celebrarlo con cerveza.