El vídeo
En una entrada anterior hablamos del
vídeo llamado Go fast!, uno de los tres vídeos desclasificados por el Pentágono en 2020, aunque ya
habían sido filtrados previamente. En esta entrada vamos a ver otro de los
vídeos, el llamado FLIR1.
Este video de nuevo muestra tan solo un manchurrón de píxeles que no hace nada
en particular. Al menos hasta el último segundo del vídeo. En ese instante, el
blanco se escapa hacia la izquierda de la imagen y deja se verse. Esto es
interpretado por algunas personas como una aceleración repentina que el
sistema de seguimiento es aparentemente incapaz de seguir.
La aceleración
Hay que decir que esta interpretación viene «contaminada» por hechos
anteriores.
El vídeo se grabó en 2004, durante unos ejercicios del Carrier Strike Group
(CSG) 11, en el que se encontraba el portaviones Nimitz. Previo a la
grabación, unos pilotos avistan un objeto que por su forma apodan como «tic
tac» (unos caramelos), y que presuntamente realiza movimientos bruscos y
aceleraciones repentinas. Tras volver al portaaviones, piden que otros cazas
salgan equipados con un sistema de video para obtener imágenes del artefacto.
Este es el vídeo que se obtuvo, pero que no muestra ninguna de esas increibles
maniobras que describen los primeros testigos.
La organización Scientific Coalition for Ufology (SCU) produjo un primer
informe donde interpretan el último segundo del vídeo como una de esas
aceleraciones repentinas que dijeron los primeros testigos. Posteriormente,
ese informe sirvió de base para producir una publicación en un journal llamado
Entropy.
El punto de partida de ese estudio es que el blanco parte en reposo respecto
del caza. La razón es que eso es lo que parece, porque no se distingue ningún
fondo sobre el que se aprecie el desplazamiento del blanco, y porque el caza
mantiene una velocidad constante y vuelo nivelado. Sin embargo, durante todo
el vídeo se puede observar que el azimuth (el ángulo en que apunta la cámara en
el plano XY) va variando lenta pero contínuamente. El blanco se va desplazando
de derecha a izquierda del caza:
La zona sombreada muestra el último segundo en el que se supone que el blanco
comienza en reposo respecto del caza y presuntamente ejecuta una aceleración,
que según los autores, es de 76g.
Tendríamos que aceptar que durante más de 70 segundos el blanco se ha ido
moviendo lentamente, para en el último momento igualar la dirección y
velocidad del caza, y luego ejecutar una aceleración increible.
Los cálculos que determinan que ahí existió una aceleración de 76g en realidad
dicen poco. El sistema de seguimiento en realidad solo entiende de ángulos, de
velocidades y aceleraciones angulares, así que las velocidades o aceleraciones
lineales no le importan tanto. Un cálculo muy simplón, de servilleta: el
blanco atraviesa el semi-campo de visión en 32 frames (1.07 segundos). El
campo de visión en modo NAR y zoom x2 es de 0.35 grados. Así que la velocidad
angular media del blanco es de 0.16 grados por segundo.
Por comparar, un sistema ya obsoleto (AN/AAS-38 Nite Hawk de Lockheed Martin)
era capaz de hacer seguimiento de blancos a 65 grados por segundo. Así que
independientemente de su velocidad real, el sistema debería ser capaz de
seguirlo.
Una trayectoria simple
En realidad, hay opciones mucho más mundanas. Que es suponer que el sistema de
seguimiento, por la razón que sea, deja de seguir al blanco y este simplemente
sigue su trayectoria saliéndose del campo de visión de la cámara. De hecho,
hay un par de momentos en el vídeo en el que se observa que esto es lo que
ocurre.
El operador del módulo FLIR es un tanto inquieto, y no para de cambiar la
óptica del sistema. Cada vez que hay un cambio de óptica (del sensor TV a IR,
o del campo de visión NAR a MFOV), se puede observar que las barras de
seguimiento se reescalan y tratan de centrar al objeto. El siguiente gráfico
muestra la posición del blanco respecto del centro de la imagen, y el rango
cubierto por las barras de tracking. Las líneas negras son momentos en los que
hay cambios en la óptica.
Hay un primer momento, en torno a los 50 segundos del vídeo (frame 1474), en que el sistema
óptico realiza un ajuste automático. En el vídeo se aprecia como una rotación,
que sin embargo no cambia la orientación de la imagen. Aún así, al final de
este reajuste, el blanco no está centrado y comienza a derivar hacia la
izquierda, hasta que el sistema vuelve a centrarlo.
Hacia el final del vídeo, podemos ver que el operador cambia del modo NAR
(Campo de visión estrecho, Narrow field of view) a MFOV (Campo de visión
medio). El blanco entonces, aunque está dentro de las barras de seguimiento,
comienza a derivar hacia la izquierda de nuevo. Las barras necesitan
ensancharse y volver a centrarlo. Un poco después, el operador vuelve a cambiar
a modo NAR, y otra vez el blanco comienza a derivar hacia la izquierda. Las
barras tratan de nuevo de localizar el blanco, pero un nuevo cambio del
operador en el zoom hace que el blanco quede fuera de las barras, y el
enganche se pierda por completo.
Lo más simple es suponer que el blanco se mueve en línea recta con velocidad
constante. Y como el caza también lo hace, es relativamente fácil calcular la
trayectoria relativa del blanco vista desde el caza. Partiendo de un
movimiento lineal uniforme:
donde Vxy es la velocidad en el plano XY, φ es el rumbo del
blanco, y Vz la velocidad vertical. Hay que trabajar un poco la
trigonometría, pero al final, sabiendo que la tangente del azimut θ se calcula a
partir de x(t)/y(t), se puede obtener la ecuación que relaciona el azimut con
la velocidad y rumbo del blanco:
donde θ0 es el azimut inicial,φ es el rumbo del
blanco; y ωθ es una cantidad relacionada con
Vxy, la velocidad del blanco. No se obtiene directamente su
velocidad porque desconocemos un parámetro, que es la distancia inicial entre
blanco y caza, R0. Si se pudiera estimar u obtener de alguna forma,
entonces sí sería posible calcular la velocidad.
Ajustando esta ecuación a los datos de azimut,
podemos obtener que el azimuth inicial era θ0=4.5 grados (que
corresponde con lo que se ve en el primer frame del vídeo), y el blanco se
desplazaba con rumbo φ=199 respecto del caza. Es decir, hacia la izquierda, y
acercándose. Pero lo importante: ¿A qué velocidad iba? Para eso tenemos que
suponer cual era la distancia inicial. El informe original de SCU incluye
varias referencias que indican que el primer contacto con el blanco se produce
por radar a unas 30 millas naúticas (55 km). Con ese dato, ya podemos obtener
la velocidad en el plano horizontal Vxy, que se puece calcular
como:
siendo ϕ0 el ángulo de elevación inicial (que en el display
aparece como 6, pero es posible afinarlo a 5.5 o 5.6 grados. Tampoco va a
cambiar mucho). Así pues, con una distancia inicial de 30 NM, la velocidad
relativa en el plano XY del blanco sería de 360 m/s.
Ya solo hay que restarle la velocidad del caza. El display del FLIR muestra
250 nudos, pero eso es velocidad del aire calibrada (CAS). Según de nuevo SCU,
el caza iba a 300 nudos (154 m/s) de velocidad respecto del suelo (groundspeed).
Ahora bien, esta resta hay que hacerla de forma vectorial, por componentes x e
y. Haciéndolo, al final se obtiene que la velocidad real del blanco respecto
del suelo era de 425 nudos.
La altura inicial del blanco tampoco es difícil de calcular con un mínimo
conocimiento de trigonometría, y se obtiene que la altura sobre el suelo
estaría en torno a 37000 pies.
¿Qué era entonces el objeto grabado? Un objeto volando a 425 nudos, a 37000
pies de altura. No son parámetros en absoluto extraños, imposibles, ni de
«fuera de este mundo». Son en realidad valores que entran perfectamente en los
parámetros de vuelo de pequeños reactores o aviación civil. Ni que decir tiene
que otros F-18 como los que había aquel día realizado los ejercicios también
son capaces de alcanzar esos valores.
¿Por qué perdió el enganche el sistema de seguimiento? Sin duda una buena
pregunta para los ingenieros que diseñaron y programaron el sistema, que
seguramente podrían responder de acceder a los datos crudos reales y no solo a
un vídeo de baja calidad. Podemos especular, viendo el vídeo, que los
contínuos cambios de óptica del operador provocaron que al final al sistema no
le dio tiempo a centrar de nuevo el blanco, y finalmente se perdió el
enganche. Lo que está claro es que la velocidad angular a la que se desplazaba
no era en absoluto un problema para un correcto seguimiento.
Para aquellos valientes que no se asusten de los senos y las thetas, pueden
deleitarse con un análasis más detallado aquí: El vídeo FLIR1 del pentágono
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