viernes, enero 10, 2014

Radiofobia y las fundas antirradiación

De vez en cuando se nos bombardea mediáticamente con las temidas radiaciones de alta frecuencia. Principalmente se refieren a las radiaciones de móviles (tanto de teléfonos como de antenas), y ahora cada vez más las antenas wifi. Ya sea en la televisión, radio o a través de internet, no paran de decirnos lo perjudicial que es la radiación para la salud, aunque paradójicamente es difícil que nos concreten en qué nos perjudica exactamente, e incluso es seguido de vez en cuando con un contradictorio "no se han encontrado evidencias... pero por si las moscas". Por ejemplo:

La evidencia científica disponible aconseja adoptar medidas cautelares frente a la exposición a la radiación emitida por los teléfonos móviles e inalámbricos.

Aunque la evidencia obtenida por los estudios científicos realizados hasta la fecha no nos permiten decir en qué grado el uso de los teléfonos móviles pueden provocar efectos nocivos...

Negrita en el original. La falta de evidencia es evidencia de que se necesitan medidas cautelares. Curioso cuando menos.

Toda esta tecnofobia, sin embargo, no lleva a recomendar dejar de usar el teléfono móvil o las redes wifi, que parecería lo lógico. Si tan malas son las radiaciones, apágalo, tíralo y llama desde el teléfono fijo o una cabina como se ha hecho toda la vida, ¿no?

Pues todo lo contrario, lo que nos recomiendan es elegir entre una amplia gama de fundas (una, otra y otra) que nos aseguran que eliminan la "carga negativa" de las ondas electromagnéticas. Y además, te evita llamadas inoportunas:

Coloque el móvil durante el trabajo o en su tiempo libre en el compartimiento grande de su funda xxxxx, doble la solapa exterior y ciérrelo completamente con la cinta de goma, tras medio minuto su móvil quedará sin cobertura y ya nadie le interrumpirá.

Lo que no es sino una excusa muy traída por los pelos para darle una utilidad añadida a la funda. De lo que se trata al final es de meter miedo contra las perjudiciales radiaciones "negativas", pero no tanto como para dejar de usar la tecnología, y poder vender una solución contra un problema inexistente.

La pregunta es obligada: ¿Se tratan estas fundas de un producto milagro?

La afirmación principal es que las fundas reducen la radiación absorbida por la cabeza cuando hablamos con el móvil. En dos de las webs que he enlazado, además lo acompañan de referencias a la Universidad del Ejército Federal en Munich, con medidas hechas según unos procedimientos o normas estándar concretas, que demostrarían la atenuación de la radiación en 50 dB (que viene a significar que la potencia transmitida es el 0.001% respecto de la potencia incidente).

Siempre da lustre que una universidad avale un resultado. Más aún si además está relacionada con el ejército (y no digamos ya una norma militar [.pdf]), aunque esté obsoleta). Pero sin embargo, la prueba realizada no es la más idónea para lo que están afirmando (aunque sí evidencia que lo que dicen podría ser correcto).

Me explico. Las normas en las que está basada la medida dicen que hay que colocar una fuente de radiación alejada de la capa a caracterizar. El haz la atraviesa, y se mide cuanta radiación llega al detector. Siendo la palabra clave aquí "alejada", porque implica que la radiación le llega a la capa de una forma concreta ("ondas planas" es el término técnico).

En cambio, cuando se coloca un móvil en la funda, la radiación que emite el teléfono lo hace "muy cerca" de la funda. La "fuente" no está a la distancia estipulada por la norma,y cuando llega la radiación a la funda lo hace en condiciones distintas a la establecida.

Hubiera sido más correcta una caracterización orientada a conocer la emisión de una antena: ver cuanta radiación se emite en las distintas direcciones (siendo una de ellas la dirección a través de la funda).

O podrían haber hecho las medidas que hicieron en este otro caso [.pdf]. La medida consiste en evaluar la cantidad de radiación absorbida por un tejido biológico, simulando una llamada con un móvil pegado a la oreja. Este tipo de medida también está normalizada, y es la que todos los fabricantes de móviles deben realizar para certificar que sus teléfonos cumplen la normativa vigente. La norma establece las propiedades del tejido simulado, las condiciones de operación del teléfono (a máxima potencia), distancia, cantidad de tejido e incluso inclinación del móvil respecto del tejido.

Y los resultados apoyan la afirmación: sí, la absorción de radiación en la cabeza disminuye muy notablemente al usar la funda. El producto hace básicamente lo que dice.

Pero ahora va la segunda pregunta, la que no aparece en ninguna de estas webs porque si no, no venderían nada: ¿Es realmente necesaria la funda?.

Como decía al principio, nos bombardean con lo perjudicial de las radiaciones, pero es difícil encontrar qué es lo que perjudican concretamente.

La exposición prolongada a luz ultravioleta (tomar el sol en la playa) puede producir cáncer de piel. La exposición al frío sin abrigo, produce hipotermia. Efectos perjudiciales concretos. Las webs radiófobas en cambio no son capaces de concretar cual es el perjuicio de las radiaciones de móvil.

Pero, como todo el mundo sabe (excepto los homeópatas), la diferencia entre algo inocuo y algo que produce un efecto está en la dosis, y obviamente, con las radiaciones pasa lo mismo. Los efectos de la radiación sobre el cuerpo pasan por un calentamiento del tejido del orden de 0.1ºC [.pdf]. El estudio de los efectos de la radiación en función de su intensidad es lo que ha llevado a establecer unos niveles de seguridad máximos que deben cumplir todos los móviles, y de ahí la norma que se usa para certificar que los teléfonos los cumplen.

En la UE, este límite es de un SAR (Specific Absorption Rate) de 2 W/Kg (que es 5 veces menor que el nivel de referencia establecido por expertos de 10 W/Kg para la absorción localizada en la cabeza [.pdf]). Si repasamos las medidas del informe anterior, podemos ver el valor máximo de SAR con y sin funda obtenido después de varias medidas:

- Sin funda: 0.805 W/Kg
- Con funda: 0.032 W/Kg
(Normativa europea: 2 W/kg)

El móvil, sin funda, está un 60% por debajo del límite. Sí, con funda es mucho menos, pero es que sin funda ya estamos muy por debajo del límite en el peor de los casos.

Puede que ahora alguien esté pensando en que la OMS clasificó los campos de radiofrecuencia como potencial cancerigeno [.pdf]. Si no es peligroso, ¿por qué la OMS lo cataloga como cancerígeno? O al menos, tan potencialmente cancerígeno como lo es el café, los polvos de talco, el níquel (como el que hay en las monedas de 1 y 2 €) o la Aloe Vera.

Pues aquí (como en casi todo), hay que leerse la letra pequeña para evaluarlo en su justa medida.

The evidence was reviewed critically, and overall evaluated as being limited(2) among users of wireless telephones for glioma and acoustic neuroma, and inadequate(3) to draw conclusions for other types of cancers. The evidence from the occupational and environmental exposures mentioned above was similarly judged inadequate. The Working Group did not quantitate the risk; however, one study of past cell phone use (up to the year 2004), showed a 40% increased risk for gliomas in the highest category of heavy users (reported average: 30 minutes per day over a 10 year period).

La evidencia fue revisada críticamente, y en general evaluada como limitada(2) entre usuarios de teléfonos inalámbricos para glioma y neuroma acústico, e inadecuada(3) para extraer conclusiones sobre otro tipos de cáncer. La evidencia sobre exposición ocupacional y ambiental mencionadas anteriormente fue igualmente juzgada inadecuada. El Grupo de Trabajo no cuantificó el riesgo; sin embargo, un estudio anterior sobre el uso de móviles (hasta el año 2004), mostró un incremento del riesgo del 40% para glioma en la categoría de usuarios muy frecuentes (media reportada: 30 minutos al día durante un periodo de 10 años)

Siendo aquí las palabras importantes limitada e inadecuada, cuyas definiciones son:

(2) Evidencia limitada de carcinogénesis: Se ha observado una asociación positiva entre la exposición al agente y el cáncer para la que una interpretación de causalidad es creíble para el Grupo de Trabajo, pero el azar, sesgo o confusiones no pueden descartarse con suficiente confianza

(3) Evidencia inadecuada de carcinogénesis: Los estudios disponibles son de calidad, consistencia o potencia estadística insuficiente para permitir una conclusión respecto la presencia o ausencia de una asociación causal entre exposición y cáncer, o no hay disponibles datos de cáncer en humanos.

Es decir, que se han clasificado los campos de radiofrecuencia como potencial agente cancerígeno (en concreto de glioma), en base a una evidencia limitada de la que no se puede descartar el azar y los sesgos, mientras que no hay evidencia válida para cualquier otro tipo de cáncer. Son unos argumentos que se antojan débiles como para preocuparse y meter miedo.

La dichosa funda queda pues como producto de consumo contra un miedo injustificado.

Y para acabar, un poco de materia para pensar: las fundas evitan que la radiación llegue a la cabeza. Pero, ¿qué ocurre con esa radiación? El teléfono no comienza mágicamente a emitir con menor potencia, y si hay algo de lo que no existe excepción conocida es del primer principio de la termodinámica ("la energía ni se crea ni se destruye"). Así pues, ¿qué pasa con la radiación que no llega a la cabeza?

El principio de funcionamiento de las fundas se basa en que la radiación no atraviesa los metales (en teoría y en la práctica, aunque hay matices). Las fundas parecen estar compuestas de un mallado de hilos de plata, que reflejan la radiación incidente. Lo que hacen en realidad es cambiar el patrón de emisión del móvil. El móvil sigue emitiendo la misma energía, pero esta se reparte en el espacio de forma distinta. Por ejemplo, aquí muestro unas simulaciones de propagación de la energía electromagnética (hechas con el software libre MEEP). La primera simula la propagación en espacio libre, de forma simétrica, y más o menos esférica, como se esperaría de una fuente de radiación como un móvil.

La segunda representa la propagación si al lado de la fuente colocáramos una lámina de un metal perfecto.

Nótese cómo cambia el patrón, que reduce (aunque no evita) la propagación en un sentido, pero aumenta en el contrario (y nótense también los efectos de borde). Quizás algún radiófobo se sienta tranquilo y seguro con su funda, evitando recibir radiación... a cambio de lanzársela a los demás, lo cual parece poco ético cuando menos.

Y además ahora tendrá la preocupación extra de colocarse el móvil en el bolsillo del pantalón en la posición correcta, no sea que en vez de freírse la cabeza, se fría los...

Pero en fin, para aquellos que sigan sin fiarse, estaré gustoso de hacerme cargo de sus monedas de 1 y 2 €, tan cancerígenas como la radiofrecuencia según la OMS.

4 comentarios:

MonkeyFanegas dijo...

Muy buen artículo! Acabo de ver este tipo de fundas en una web de electrónica y me he quedado de piedra. ¿Cómo se puede la gente tragar este rollo? No soy físico, pero recuerdo que en el instituto estudiamos el espectro electromagnetico y en él se podia ver que la luz solar tenía más energia que las radiofrecuencias. ¿Entonces si te daña el movil, no debería dañarte aun más tomar el sol? Duh

Julio dijo...

No sólo más energí, sino también más intensidad. La luz solar, y en particular la ultravioleta, tiene energía suficiente como para actuar sobre los átomos y arrancar electrones. Es lo que se llama una radiación ionizante, y de ahí sí que salen cánceres.

En cambio, la radiofrecuencia no tiene energía suficiente para ionizar la materia.

Otra cosa es la intensidad, que sería la cantidad de fotones que recibes por segundo. Un sólo fotón de UV es capaz de ionizar un átomo. Pero ni 1, ni 10 ni 100 fotones de radiofrecuencia conseguirán ionizar un átomo.

Y por terminar la comparación, la intensidad de luz solar que nos llega desde el sol a cada metro cuadrado de superficie terrestre son unos 150 watios. Un teléfono tiene una potencia máxima total del orden de 2 W (no confundir con el SAR).

En realidad, le mejor forma de notar la diferencia es estar 30 minutos al sol de las 3 de la tarde en agosto hablando por móvil sin parar: no será el precisamente el teléfono lo que va a preocupar...

Legna dijo...

Si amplias la historia verás que a los principales descubridores de todo esto, una vez conocidos los efectos; que siempre se debe en estudiar a largo plazo... como suele suceder se les sumergió en el silencio de una mentira a gritos. Es decir; hay algo que si perjudica y no lo van a difundir, como yo no tengo porque
difundir a los clientes lo que cocino en Burger King; y sé lo que dentro hago. Aunque afirmar esto rompe la burbuja del bienestar y la paz. ¿Por qué los científicos o las organizaciones debieran difundir cosas, que se cuecen dentro del ámbito de los que trabajan con ellos; a nosotros que somos como sus clientes? Nosotros en el Burger King no lo hacemos. Ellos tampoco. ¿Me estaré equivocando?, ¿qué opinan?, y se perpetua esa mentira, porque se la creen unos y otros que estudian estudios que ya la llevan dentro.

Julio dijo...

Si cocinas en el burguer king y sabes que lo que cocinas no es bueno, lo primero que haces es no comer en el burguer king. Ahora te pregunto: ¿Crees que todos esos cientificos, ingenieros, directivos, mandamases que conspiran para ocultar lo perjudicial de las ondas electromagneticas se comunican por tam tam o señales de humo?

¿O quizás usen esos mismos móviles que perjudican tanto la salud?