viernes, marzo 23, 2007

Dos añitos

1) Cumplimos dos añitos

...y los que quedan

2) Feria de Madrid por la Ciencia



del 12 al 15 de Abril, en el IFEMA

miércoles, marzo 21, 2007

Montar puzzles a martillazos

La forma más fácil de pillar a un alumno que no se sabe la materia, es ponerle un ejercicio en el que sobren datos: en vez de razonar y pensar qué datos son realmente útiles, y cuales no, el alumno los usará todos para llegar al resultado final.

En toda conspiración aparecen datos de cualquier sitio, unas veces redundantes, otras contradictorios, y otras muchas veces, irrelevantes. Y el conspiranoico buscador de la Verdad Verdadera de la Buena (VVB) los incorpora a su conspiración, auque sea a martillazos.

Los atentados del 11 de Marzo en Madrid no se libran de tener su particular teoría de la conspiración, en la que la policía, grupo terrorista, partidos políticos, medios de comunicación, y hasta el vecino del quinto aportaron su granito de arena. Puede que sea inevitable que aparezcan teorías de conspiraciones en torno a cualquier suceso importante, pero la conspiración del 11-M da asco por lo que la rodea.

No se trata de un iluminado cuyo objetivo es vender un libro y hacerse famoso pasando de radio en radio, sino que hay un interés político detrás que apesta, lo que no impide que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se vendan los pertinentes libros y periódicos con notición diario de que la “Verdad Oficial se derrumba (una vez más)”. Y es entre todo este ruido mediático en el que ha surgido un grupo de “Buscadores de la VVB”, autodenominados “Peones Negros”.

Este grupo se dedica a reunir toda la información que pueden, sin importar su fiabilidad, origen, o importancia. Como cualquier otro grupo conspiranoico, seleccionan la que va acorde con su idea preconcebida de VVB, ignoran la que la contradice, y han ido encajando las piezas,… pues eso, a martillazos, centrándose en una serie de pruebas clave.

La Kangoo

Versión del Sumario de la investigación


De Alcalá de Henares salieron 3 de los 4 trenes con destino a la estación de Atocha en el centro de Madrid (el cuarto salió desde Guadalajara, siendo Alcalá una estación intermedia). Sobre 7 de la mañana, el portero de un edificio observó a tres individuos que le llamaron la atención al lado de un vehículo (una furgoneta Renault Kangoo). Tras enterarse de las explosiones, a media mañana, avisa a la policía e informa acerca del vehículo. Tras ser inspeccionado por perros de los TEDAX para comprobar que no hubiera bombas, es llevado a las dependencias de la Policía Científica en Madrid para su inspección a fondo, donde se encuentran restos de un explosivo y detonadores en una bolsa debajo del asiento, y una cinta con versos coránicos.



Versión de la conspiración

La furgoneta es una prueba falsa para inculpar al terrorismo islámico. La furgoneta se colocó allí, y se llamó la atención sobre ella. La furgoneta estaba totalmente vacía, y por eso los perros no pudieron detectar el resto de explosivo. La furgoneta se lleva a la comisaría, donde la “rellenan” para “encontrar” los restos de explosivo, los detonadores y la cinta.



En fin, no me digan que no es rebuscado: se coloca una prueba falsa, una furgoneta donde deben aparecer las pruebas que desvíen la investigación… pero en vez de plantarla con todas las pruebas para que sean encontradas allí mismo, se deja vacía para llevársela a la comisaría, donde la rellenan con las pruebas que necesitan. Esta parece ser la única forma de hacer encajar la pieza de que los perros no detectaran el explosivo y los detonadores. No hay ningún instrumento de medida infalible, todos tienen su sensibilidad... y esto también se puede aplicar al olfato de un perro. ¿En qué cambia que simplemente los perros, dada la escasa cantidad de explosivo (apenas unos gramos envueltos en una bolsa de plástico), no fueran capaces de oler el explosivo? Admitir que los perros no son infalibles, supone admitir que las pruebas podían estar en la furgoneta, y por tanto, se debilita el argumento de que la Kangoo fuera una prueba plantada.

Pero si esta carambola parece poca cosa, en el juicio ha aparecido una pieza más que demuestra la conspiración: declaró el policía cuyo perro hizo la inspección. Su perro ya murió. Los Peones Negros no han tardado en insinuar que al perro lo mataron los hombres de negro para evitar hacer pruebas que confirmen que debió haber olido ese explosivo si éste hubiera estado en la furgoneta.

La mochila de Vallecas

Versión del Sumario de la investigación

En la estación del El Pozo, estallaron dos bombas. Se descubrió una tercera, que explotó mientras se intentaba desactivar. Se recogieron los bolsos, mochilas, y efectos personales, para su posterior devolución a sus propietarios. Al hacer inventario de todos estos efectos en la comisaría de Puente de Vallecas, en una mochila aparece una bomba que no ha explotado. La bomba es desactivada, y es la prueba clave que permite llegar hasta los presuntos autores del atentado



Versión de la conspiración

Si la bomba apareció en la comisaría, es porque en la estación de tren no estaba. El “plan” era que las bombas que no estallaron (en El Pozo, y otra en Atocha) eran señuelos, bombas que debían ser desactivadas para dirigir la investigación a los presuntos autores, unos cabezas de turco. Al explosionar controladamente ambas, hubo que improvisar otra bomba más, y añadirla a los bultos para que fuera descubierta y desactivada, y así dirigir la investigación hacia los cabezas de turco.



La mochila (o bolsa de deportes) de Vallecas es uno de los pilares de la teoría de la conspiración. Sin duda es llamativo (e incluso preocupante) el hecho de que la bomba no se detectara en la estación. Pero hay que entender el momento: ha habido dos explosiones, hay mucha confusión, y antes de que lleguen los TEDAX, ya hay policía municipal, y bomberos sacando del tren y acumulando mochilas en el andén, además de ayudar a los heridos. De hecho, la bomba que sí se encuentra, se encuentra antes de que lleguen los TEDAX. La confusión reinante se halla bien relatada por el comisario jefe que actúa casi desde el inicio, en su declaración ante el juez instructor. En esa misma declaración, cuenta cómo al recoger los bultos para llevarlos a la comisaría, se fija en una mochila azul, y muy pesada. Sin embargo, en vez de de abrirla para asegurarse de su contenido, la guarda junto con los demás bultos, que se iban acumulando en bolsas de plástico grandes. Por la noche le avisan de que en su comisaría, se ha detectado la bomba, pero no ve la mochila hasta el día siguiente en la televisión. Es entonces cuando recuerda esa mochila pesada del andén.

Debatiendo con un conspiranoico, la forma que tuvo de encajar esta declaración no deja de tener su gracia: “alguien” en El Pozo ve la misma mochila pesada que el comisario, y dado que hay que improvisar una nueva bomba para que funcione el plan, decide que se va a dar el cambiazo: compra una mochila azul similar a esa que ha visto, monta la bomba y la mete dentro. Luego, busca la mochila que ha visto por la mañana, y que se halla metida en una bolsa de plástico junto con otros bultos, y la cambia por la que contiene la bomba. Ya ven, no era suficientemente arriesgado añadir una mochila a la pila de bultos, sino que había que dar un cambiazo. Lo que sea para que la declaración del comisario entre en el relato de los hechos.

La explosión de Leganés

Versión del Sumario de la investigación

Ya en Abril, las investigaciones llevaron a acorralar a varios presuntos terroristas islamistas en un piso que tenían alquilado en la localidad de Leganés (al sur de Madrid). Los terroristas se inmolaron en el piso, matando además un GEO.



Versión de la conspiración

Todo fue un montaje para eliminar a los cabezas de turco. Los hombres de negro asesinaron a los presuntos terroristas, y simularon el acorralamiento, el tiroteo, e inmolación.



Las razones (?) para afirmar esto es que, según las fotos tomadas tras la explosión, y durante el desescombro de los días siguientes, no había sangre en las paredes. Lástima que tampoco hubiera paredes. También, que alguno de los inmolados apareció supuestamente con el pantalón puesto del revés, algo que nadie en su sano juicio haría. Por tanto, el pantalón se lo pusieron después de matarlo, sin fijarse de si iba al derecho o al revés. En esta serie de razonamientos, es donde aparece una gran estufa en la casa de Morata de Tajuña (aunque pertenece realmente a Chinchón), una casa "fría y heladora", y entonces se sugiere que los muertos se conservaron congelados en tal casa (la estufa para calentar a los vivos) hasta el momento de ser llevados al piso de Leganés. En el desescombro además, se encontró un carrito típico de un centro comercial.

- ¿Y qué? – se preguntará alguien.

Bueno, pues según algunos sagaces conspiranoicos, para descargar los cadáveres congelados, ¡nada más cómodo que un carrito del Carrefour!

Así, como lo oyen.

El ácido bórico


Cuando surgió el episodio del ácido bórico, parecía ridículo, pero la verdad, no lo es más que los relatados más arriba. El caso es que tres peritos de la policía científica creyeron razonable relacionar a un presunto terrorista islamista con terroristas etarras porque en el registro de sus respectivos domicilios encontraron ácido bórico, una sustancia que sirve para matar cucarachas, enmascarar malos olores, sirve como conservante, o desinfectante. De hecho, en el piso de la etarra, el ácido bórico se hallaba en un tupper mezclado con pelos. La razón para establecer esta relación según los peritos era que, aún reconociendo no tener ni idea de para qué podía servir, a lo mejor, quien sabe, en internet leyeron que podía servir para enmascarar el olor del explosivo, o para estabilizarlo. (Y digo yo, que los pelos, mezclados con gomina, a lo mejor servían de metralla)

Pero al conspiranoico de turno eso le da igual: el ácido bórico se mezcló con el explosivo... no se sabe bien si para ocultar su olor, para conservar sus propiedades, o para difuminar los resultados de un análisis y que así no se pudiera conocer con exactitud que explotó. Da igual, el caso es que el ácido bórico es una pista fundamental.

Y es que Hollywood ha hecho mucho daño. En las películas, en las series, en los libros… toda pista tiene su razón de ser. Al final, todo encaja, no hay datos inútiles o irrelevantes, todo tiene su sitio. Pero eso es ficción, y si no se sabe distinguir ficción de realidad es cuando se acaba montando un puzzle a martillazos, y ni siquiera con las piezas correctas.


Más información sobre el 11-M : Desiertos Lejanos
Hilo de “Propuestas de investigación absurdas” en el foro de Desiertos Lejanos

lunes, marzo 05, 2007