viernes, julio 29, 2005

Pseudociencia en El Pais Semanal

El pasado 24 de Julio, el suplemento dominical de El País nos deleitó con un jugoso artículo de titulado "¿Tiene límites la mente?". Ante este título, que menos que encender las luces giratorias de ¡Alarma!. Pero la cosa no mejora con la lectura. Poco a poco vamos descubriendo todos los tópicos que rodean cualquier artículo de pseudociencia de cualquier revista esotérica. Las referencias a ser nuevos Galileos, basarse en el desconocimiento para asumir hipótesis indemostrables, incluso alusiones a científicos de renombre hacen que la alarma, además de lucir y girar empiece a sonar más fuerza que un bebé que quiere teta.

Y el final del artículo termina con una alusión a la más maravillosa de las magias (como no), la mecánica cuántica, que justifica lo injustificable, y hace que la alarma de la sirena empiece a sonar en stereo 5.1 con Dolby Surround.

En fin, que para desahogarnos, le hemos mandado una carta al director del El País Semanal, y animamos a los lectores a hacer lo propio (epscartas@elpais.es):

Pseudociencia en EPS

Si bien hace unos meses EPS confundía a unos astrónomos con astrólogos, en su último número de 24 de Julio nos ha deleitado con un artículo de pseudociencia en toda regla. El artículo titulado "¿Tiene límites la mente?", acerca de una teoría revolucionaria de Rupert Sheldrake, va cayendo línea a línea en todos y en cada uno de los tópicos que rodean a ese mundillo. Léanse cualquier artículo de cualquier revista sensacionalista paranormal y encontrarán exactamente lo mismo que en el artículo de EPS.

En primer lugar, basándose en el desconocimiento (reconocido en una cita descontextualizada de un científico de renombre) acerca del funcionamiento del cerebro, se ignora lo que sí se conoce al respecto para afirmar o imaginar hipótesis sin base alguna que las respalde, sólo porque al autor de la teoría le parece bonita. Es decir, se asume a priori la conclusión a la que se quiere llegar y se rellena un agujero de conocimiento con el primer parche que se encuentra.

Seguidamente, para justificar tales teorías se recurre a anécdotas y casualidades, ignorando todas las situaciones equivalentes en las que no se produjo tal casualidad, sesgando así los datos. Incluso se usa el nombre de un premio Nobel para dar una mayor credibilidad o respetabilidad a una anécdota.

Pero para credibilidad, la que da afirmar que la CIA investigó en secreto estos temas para entrenar espías, por supuesto con un alto grado de éxito. Que hayan deshechado esa línea de investigación, o que finalmente no haya espías con esas capacidades que se investigaban, es un detalle sin importancia, que se omite, claro.

Por supuesto, todas estas teorías no son publicadas en revistas especializadas como son por ejemplo Nature o Physical Review, sino en libros que ha escrito el propio autor y que no fueron sometidos a la revisión por pares necesaria en cualquier hipótesis que se expone a la comunidad científica para su discusión.

No faltan las habituales referencias a ser un nuevo Galileo al que "calificaron su libro como candidato a la hoguera" (sic), la incomprensión de los científicos, ni a las revoluciones en ciencia.

En cuanto a lo más importante, el contenido de sus teorías, no dejan de ser un refrito de otras teorías pseudocientíficas anteriores, con afirmaciones prácticamente imposibles de comprobar en un experimento, pasados por la batidora junto con unos cuantos términos científicos para dar imagen de respetabilidad, como la evolución por selección natural, o los campos eléctromagnéticos de donde aparece un análogo "campo mental" (sic) que se asume sin más, y como no, la alusión a la más maravillosa de todas las magias, la mecánica cuántica que cuando es mal digerida resulta ser siempre la culpable de un sin fin de milagros, y de donde por arte de birlibirloque, se inventa una interacción entre partículas microscópicas y la mente o consciencia de una persona (¿Por qué no la de una lombriz o una ameba?)

Un único experimento se encuentra en el artículo para avalar la hipótesis, pero que, tal y como está descrito, no reune las condiciones mínimas de control y rigurosidad como para llegar a la conclusión que se expone.

Sorprende que en esta era de la información, donde internet, aparte de mucha información inútil, contiene también gran cantidad de información útil y fiable, la periodista responsable del artículo no parece que haya sido capaz de buscar información crítica para contrastar teorías que al menos deberían llamarle mucho la atención.

La pseudociencia y superchería tienen ya demasiada difusión con ciertos programas de radio, TV y revistas para público minoritario y específico, como para que un medio como EPS, con un conjunto de lectores mucho más amplio y general, empiece a difundir también este tipo de informaciones poco rigurosas.

martes, julio 26, 2005

Teleplastias informáticas

El pasado 4 de Diciembre de 2004, el SEIP recogió unos pedazos de cemento del suelo de la segunda casa de Bélmez donde aparecieron (supuestamente de forma paranormal) unas caras, con el objetivo de llevarlos a distintos laboratorios a analizar, ante las continuas acusaciones de falsificación de éstas. La falsificación consistiría en emplear el ya conocido como "método Mañez".

Básicamente, este método consiste en mojar el suelo, y cuando se está secando, seleccionar manchas de humedad que recuerden caras u otra cosa reconocible, y remarcarlas con más agua, e incluso aceite para hacerlas más evidentes. Como se puede comprobar con el Kit de teleplastias ACME, es un método muy efectivo, y que da resultados espectaculares.

Después del bombo y platillo que se le dio a esta recogida, nos encontramos casi 8 meses más tarde esperando aún los resultados de esos análisis. Cuando se ha preguntado a Pedro Amorós (autor de libros de humor) o a gente del SEIP (asociación cultural donde las haya) en sus foros, siempre se han dado largas, diciendo que se está preparando un informe, esperando a recibir los análisis de otros laboratorios, o que ya saldrían publicadas. En lo que se han dado más prisa, en cambio, es en afirmar que los análisis descartan el fraude porque no se ha encontrado aceite, o en hacer públicos algunos datos dispersos en Milenio 3 de Iker Jimenez, según los cuales los análisis solo encontraron cemento.

Ya nos meteremos otro día con el tema de los laboratorios y las pruebas. Mientras, como parece que podemos esperar sentados a esos análisis detallados, en Gluón con Leche hemos decidido hacerlo frente al ordenador cuántico-taquiónico-terahértzico de nuestro laboratorio secreto, financiado por la KGB, la CIA y Proteccion Civil, a jugar con las cosas del azar.

Uno de los puntos importantes del método Mañez, es la aparición de las manchas de humedad. Éstas salen debido a los poros del cemento, en los cuales se acumula agua y se evapora a disitinta velocidad, secándose así unas partes más rápido que otras, y generando las manchas con más o menos oscuridad.

Esto es susceptible de ser simulado en un ordenador de forma sencilla. Dispongamos una matriz de puntos (en nuestro caso 200x200), y a cada punto le asignamos un valor aleatorio, que representan zonas más o menos secas de una baldosa. Los valores se generan en forma de ruido marrón, que debe su nombre a que está inspirado en el movimiento browniano: el valor de un punto parte del valor del anterior, y por azar determinamos hacia donde cambia. En nuestro caso, se toma la media aritmética de los puntos colindantes, y por azar, se determina si hay que aumentar, disminuir o dejar como está el valor. Esto equivale a suponer que en una baldosa, de una zona pasa gradualmente a otra con más o menos humedad de forma suave y no de forma abrupta.

Por otro lado, otra condición es la del máximo y mínimo valor que puede tomar un punto: el mínimo significa totalmente seco, y no puede haber un valor menor, porque no puede estar más seco. Por otro lado, cuando se moja un suelo, hay una saturación, es decir, por mucho que lo mojes, no se mojará más, porque ya ha absorbido toda el agua que puede. El máximo representa una zona totalmente mojada.

Estos puntos se representan en una escala de grises (o humedad), y ¡hala! A buscar caras. Aquí, un suelo con tres niveles de humedad: seco(gris), humedo (gris oscuro) y mojado(negro):





Por supuesto, se encuentran caras o figuras, y no tienen nada que despreciar a algunas teleplastias de "las de verdad". Si se separan del suelo, y las aislamos, aparecen más evidentes. Por ejemplo:



Don quijote sin el yelmo de Mambrino


Hombre con capa corriendo con un paragüas estropeado

En otro suelo:




Hombre barbudo



Pippi Calzaslargas con pompones

Pero las e-teleplastias de caras más espectaculares salen cuando se representan no 3, sino varios niveles de humedad. Un suelo con 16 niveles:


Y sus caras:


(16 niveles de grises)

16 (izq.)y 6 (Dcha.) niveles de grises

A partir de aquí, podemos coger un programa de retoque o dibujo, y repasar los contornos que nos parecen algo, de igual forma que en el método Mañez se repasan las manchas de humedad con más agua.

¿Qué pretendemos demostrar con esta simulación? Lo curioso que puede llegar a resultar el azar, y la sorprendente capacidad del cerebro para reconocer caras, u otra cosa donde sólo hay ruido, como puede ocurrir en un suelo con manchas de humedad. No hacen falta fenómenos paranormales para conseguir ver caras donde no las hay.

Solo hay un detalle que le falta a esta simulación para ajustarnos a los cánones de una himbestigación como dios manda, y es que no hemos realizado ninguna psicofonía. Pero todo se andará.

Por lo pronto, ahí les dejo las baldosas virtuales, para que se entretengan buscando caras.

Actualización (29/07/05)

Ya se puede descargar la primera versión de PsicoplásTM para Windows, para realizar sus propias teleplastias y psicoplastias desde su cómodo sillón. Por gentileza de Macías Pajas.

viernes, julio 22, 2005

Rezos contra la sequía

El periódico “La Razón”, informa de la siguiente noticia:

Monseñor Herráez pide oraciones para que llueva

Madrid- El obispo auxiliar de Madrid, monseñor Fidel Herráez, se dirigió ayer a los sacerdotes para rogarles «encarecidamente» que «eleven preces en todas las iglesias pidiendo a Dios que envíe la lluvia que tanto se necesita». Además, invitó a pedir «la mediación de Nuestra Señora con el rezo del rosario por esta intención». Mediante una carta dirigida a los sacerdotes de las parroquias y lugares de culto, el arzobispado recuerda que la actual sequía es «una realidad que nos va preocupando a todos cada vez más». La petición que el prelado sugirió que se añadiera en la oración de los fieles durante la eucaristía es: «Para que Dios Padre Todopoderoso, en quien vivimos, nos movemos y existimos, nos conceda la lluvia necesaria y así, ayudados con los bienes de la tierra, podamos aspirar confiadamente a los bienes del cielo. Roguemos al Señor».


¿Y por qué solo rezar? ¿Por qué no también danzar alrededor de un totem, mientras se sacrifica una vaca, una oveja o una joven virgen, que satisfaga al dios de turno? Quizás porque no es su religión, pero su idea tiene la misma validez que esta otra (ninguna).

Claro que lo que más curiosidad produce es cómo alguno de estos métodos podrían conseguir evaporar agua, hacer que ascienda por la atmósfera, se condense, y vuelva a caer al suelo en forma líquida. Es un proceso bastante estudiado, y de momento no hace falta añadir seres sobrenaturales para entenderlo. El Señor obispo auxiliar parece no conocer la navaja de Occam

Y es que la religión no deja de ser un pensamiento mágico, como puede ser cualquier pseudociencia: creencia en seres o fenómenos no comprobados científicamente, e incluso contrarios al conocimiento obtenido tras años de estudio. Creencias que son irrefutables, por mucho que experimentos, o cualquier otro tipo hallazgo lo contradiga, porque siempre queda el recurso de añadir hipótesis ad hoc que expliquen esa supuesta falla: si encontramos fósiles que concuerdan con la teoría de la evolución, es porque Dios los puso ahí , para que nosotros pensaramos que es cierta. Cualquier suceso, bueno o malo, es porque Dios así lo quiso.

Me pregunto cual será la excusa si tras los rezos seguimos con la sequía. Probablemente, será culpa de la aprobación de los matrimonios homosexuales, o de la nueva ley de enseñanza que permite la libre elección entre dar o no religión (adoctrinamiento) en la escuela pública, o quizás sea culpa de los si maestros de religión, de cuyo sueldo (pagado con dinero público, a pesar de ser nombrados por autoridades eclesiásticas) se les reclama ahora un 2% para financiar la iglesia, deciden no pagarlo. Y es que los dioses se molestan por cualquier cosa que hagan unos insignificantes humanos, que viven en un insginificante planeta, de un insignificante sol de una insignificante galaxia, de un universo en el que no hemos encontrado aún rastro o necesidad alguna de añadir tales seres para explicar su evolución.

Malo es el pensamiento mágico, pero peor aún es que se intente imponer esa forma de ver el mundo.

Señor obispo auxiliar, me permito recomendarle un enlace, donde podrán contactar con gente que le explicará por qué no llueve, y si llueve, por qué no hace falta intervención divina: Instituto Nacional de Meteorología


Lectura recomendada

Los mitos sobre los orígenes

viernes, julio 08, 2005

Magia Cuántica

No hay palabras más mágicas en Paranormalandia que Mecánica Cuántica (con mayúsculas reverenciales, que si no, no funcionan). Basta mencionarlas para que cualquier cosa sea posible de repente. ¿El truco? El escaso entendimiento de esta teoría, de la que sólo se sabe que produce cosas muy raras. Y es que si algo tiene la mecánica cúantica, es que quien se enfrenta a ella por primera vez y no le sorprende, es porque no la ha entendido. Y en el caso de los paranormalólogos, no la entienden ni a la n ni a la (n+1) vez.

La mecánica cuántica es una teoría desarrollada para explicar fenómenos a escala microscópica, es decir, que involucran a sistemas o partículas de tamaño atómico, electrones, o grupos de moléculas. En estas circunstancias, el sentido común que tan acostumbrado está a un mundo macroscópico, encuentra dificultades para entender cosas que parecen ir en contra de toda lógica.¡Cualquier cosa es posible!¡Barra libre!

No, cualquier cosa no es posible. Y la razón principal es que la mecánica cuántica explica los fenómenos microscópicos, y también los fenómenos macroscópicos que ya conocemos. La mecánica cuántica engloba tanto la mecánica clásica de Newton, como una serie de fenómenos nuevos, que a pesar de ser antiintuitivos, y ser la base fundamental de los fenómenos macroscópicos, cuando se estudian estas últimas situaciones los resultados pocas veces difieren de los obtenidos usando la mecánica clásica. Precisamente estas diferencias fueron las que propiciaron el descubrimiento de la teoría, y no los fenómenos paranormales.

¿Qué ocurre con los supuestos fenómenos paranormales? Pues que ocurren en el mundo macroscópico del sentido común. Esto quiere decir que rara vez hace falta recurrir a la mecánica cuántica para poder explicarlos. Aún así, en la mecánica cuántica no hay nada que haga suponer la existencia de estos fenómenos, ni tendría por qué explicarlos. A excepción de una mala digestión de libros de divulgación, cuando lo correcto sería estudiar un libro de texto, esos tan aburridos, sin dibujos y que están llenos de formulitas y ecuaciones. Pero claro, eso supone varios años, y la cuenta corriente no dura tanto sin llegar a números rojos.

Esta debería ser una razón suficiente para dejar de emplear estas palabras mágicas. Pero vamos a ir más allá (que no al más allá), y ver qué tipo de fenómenos raros ocurren a nivel microscópico.

Cuantización de la energía

Le da nombre a la teoría, y fue el primer fenómeno en ser descubierto por Max Planck en 1900. Estamos acostumbrados a que la energía pueda tener un valor cualquiera, es continua. Sin embargo, la cuantización dice que la energía se divide en ladrillos o cuantos de energía, es discreta. Imagina un objeto moviéndose en línea recta. La cuantización sería equivalente a que el objeto no se moviera a cualquier velocidad que quisieras, sino que tuviera una velocidad mínima V0, y sólo pudiera tener velocidades que fueran múltiplos enteros, es decir, sólo puede ir a velocidades V0, 2V0, o 17504V0, y no 0.5V0 o 1.33V0. Esta velocidad sería el cuanto o ladrillo fundamental. Y al acelerar, saltaría de una a otra instantáneamente, sin pasar por velocidades intermedias.

Sin embargo en el mundo macroscópico, nadie ve a los coches acelerando a saltos. El motivo es que el valor de un cuanto es muy pequeño, el orden de 10-30 J (un cero, coma decimal, 30 ceros y un 1), mientras que un vehículo de 500 Kg a 120 Km/h posee una energía cinética de 280.000 J. Esto supone que su velocidad varía a saltos del orden de 10-16 Km/h (aproximadamente, el tamaño de un núcleo atómico por hora). Evidentemente, estas variaciones son tan pequeñas que son imperceptibles, y podemos asumir que el vehículo puede tener cualquier energía y que no está cuantizada, sino que es continua.

Afortunadamente, en Paranormalandia este efecto o lo han entendido bien, o no lo han entendido ni siquiera mal, porque no suele estar en el Argumentario Cuántico.

Dualidad partícula - onda

En cambio, esto sí que lo entendieron. Mal, por supuesto. Hasta 1900, la luz era considerada un onda, y como tal se comportaba. Sin embargo, Einstein y Compton demostraron cómo, en base a la cuantización de la energía, también se podía comportar como una partícula cuando chocaba con un sólido (efecto fotoeléctrico) o con otra partícula (efecto Compton). De igual forma, después de que J. Thompson demostrara que el electrón era una partícula (lo que le valió el Nobel en 1906), su hijo G. Thomson fue capaz de demostrar experimentalmente que el electrón era una onda (lo que le valió otro Nobel en 1937).

Raro, ¿no?. De pronto, los electrones podían pasar a través de rendijas, y realizar efectos de interferencia y difracción, sólo posible para las ondas. En el mundo macroscópico las ondas de un estanque pueden atravesar un enrejado. Pero un presidiario (afortunadamente) no puede hacer lo mismo a través de los barrotes de su celda. La razón es que una propiedad de las ondas (la longitud de onda) es menor cuanto mayor es la masa y velocidad del objeto. Y para obtener el comportamiento de las ondas, se necesita interaccionar con objetos del tamaño comparable a longitud de onda. Para la luz visible, una rendija de 0.4 mm. Para un electrón, capas de átomos en un cristal separadas en unos pocos Angstroms (1 Å =10-7 mm). Pero para un hombre de 80 Kg que va andando, su longitud de onda es del orden de 10-26 Å, mucho menor que el tamaño de cualquier partícula subatómica. No existe nada del tamaño de la longitud de onda de un hombre. Sólo puede comportase como partícula.

Pero da igual. Al final lo que queda es que somos ondas, gracias a la Magia Cuántica, y como tales podemos tener buenas vibraciones (supongo que serán interferencias constructivas) o malas vibraciones (interferencias destructivas), y digo supongo porque los charlatanes nunca dicen a qué se refieren con ello. De hecho, mezclan el término vibración, que aunque se parece, no es lo mismo que una onda, y ni si quiera la suposición de intereferencias constructivas o destructivas sirve para aclarar algo. Una vibración es un movimiento o perturbación periódica en torno a una posición o valor de equilibrio, como un muelle o un péndulo. Es algo que ocurre en un solo lugar del espacio. Una onda es una perturbación que además, se traslada por el espacio, como las vibraciones de la superficie del agua que se mueven hacia la orilla del estanque.

Principio de incertidumbre

Asociada a la dualidad partícula - onda, está el concepto que más conmocionó cuando se desarrolló la mecánica cuántica, y es que no es posible determinar con toda la exactitud que se quiera determinados pares de valores, como la posición y la velocidad. Se echaba por tierra el determinismo. Ya no era posible conocer con exactitud la evolución de un sistema, sino que dependía de la forma en que se observara. Si consigues saber dónde está un electrón, al observarlo has interaccionado con él, modificando su velocidad, y ahora no sabes a dónde va. Si consigues saber cual es su dirección, entonces no puedes saber dónde está.

Cualquier sistema se describe al final por una onda (somos ondas), que ocupa un determinado volumen. Pero esta onda sólo representa la probabilidad de encontrar la partícula en cada punto de ese volumen. Si el volumen ocupado es muy pequeño, entonces el sistema se comporta como una partícula, porque está localizada en un punto del espacio que se puede determinar con exactitud (la probabilidad de que la partícula esté en un punto determinado es muy alta) . Por el contrario, su velocidad es otra onda, pero que se extiende a un rango de valores y direcciones muy amplio, y la probabilidad de tener un valor en concreto es muy reducida: puede estar en cualquier otro valor y dirección con igual porobabilidad.

Sin embargo, esto ocurre sólo porque estamos viendo un mundo muy pequeño. En el mundo macroscópico sin embargo, aunque seguimos sin poder determinar velocidad y posición con la precisión que se quiera, sí se puede conseguir una precisión suficiente como para saber ambas magnitudes. Determinar la posición de un electrón con un metro de incertidumbre, supone a efectos prácticos que no sabemos dónde está, pero en cambio, su dirección y velocidad se puede considerar como muy precisa. Esa misma incertidumbre de un metro en la posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, a efectos prácticos sirve para saber tanto su posición como velocidad exactas.

Sin embargo, la mente de un paranormalólogo se queda con el hecho de que no se puede determinar todo. Hay mucha incertidumbre, todo es probabilidad y por tanto cualquier cosa es posible.

(Párrafos añadidos - 29/7/05)
Probabilidad y colapso de la función de onda


Una de las implicaciones del principio de incertidumbre es que cuando se mide un sistema, se accede al conocimiento de una propiedad, a cambio de variar otra complementaria. Esto significa que el hecho de observar el sistema influye sobre él. Por otro lado, el carácter probabilístico de la mecánica cuántica de Schrödinger, y con la interpretación de Copenhague (propuesta por Bohr), un sistema antes de ser medido (observado) no se sabe en qué estado está, sino que es una superposición de todos los posibles, y es en el proceso de observación en el que el sistema tiene la probabilidad de colapsar en un estado determinado, que es el que se mide.

Esta propiedad lo suficientemente confusa como para tener que releer el párrafo dos y tres veces antes de entenderla. Por eso es de las favoritas de los paranormalólogos. En la interpretación de Paranormalandia esta propiedad significa que el observador (persona) interacciona con el sistema, pudiendo incluso decidir en qué estado va a colapsar la función de onda, de donde se deduce la telequinesis, la telepatía, el inconsciente colectivo y varias maravillas más. En física, y en ciencia en general, cuando se observa un sistema se está midiendo, o comprobando las características, a través de un detector. En el contexto de un laboratorio, observar significa interaccionar, es decir, que un detector reaccione ante el sistema, y que suministre un dato al experimentador. Así, el papel de la persona es sólo montar el experimento y recoger los datos, y los resultados son independientes de si el investigador está presente o tomándose un café en el bar: quien observa es el detector, que no tiene conciencia.

Imagina que tienes una pared. Cuando un fotón llega a ella, puede ser absorbido, reflejado o transmitido. Lo que haga, es independiente de que tú estés mirando o no, sino que depende de su interacción con los átomos de la pared. Que haga una de esas tres interacciones depende exclusivamente de la probabilidad de cada una de ellas. Pero no tiene sentido medir lo que hace un solo fotón. Las probabilidades se pueden calcular y determinar, y cuando en vez de un fotón es un número elevado de ellos, se puede medir cuantos fueron absorbidos, cuantos reflejados y cuantos transmitidos, comprobando que se ajusta a lo determinado. Y esto es independiente del experimentador, de su estado de ánimo, y de su consciente e inconsciente.

Efecto túnel

Una curiosa propiedad de las partículas es la de atravesar paredes. Bueno, no son paredes de ladrillo, sino su equivalente microscópico, que puede formarse por ejemplo entre dos conductores separados, y con un voltaje entre ambos. En estas circunstancias un electrón puede saltar el espacio entre ambos, y establecer una corriente.

Este es el principio de funcionamiento de los microscopios de efecto túnel. Una punta afilada, se acerca a un material conductor. La corriente túnel que se establece depende de la distancia entre ambos. Al desplazar el material en X-Y, cuando hay una elevación o depresión la corriente varía, y es necesario subir o bajar la punta para mantener la misma corriente. Si se graban los valores del desplazamiento de la punta junto con el desplazamiento en X-Y, se obtiene una representación de la topografía de la muestra. La resolución de estos microscopios permite llegar a ver átomos.

Curiosamente, a los cazafantasmas no se les ocurre invocar esta propiedad para hablar de fantasmas que atraviesan paredes. La tentación de hacerlo es tan, tan, tan grande, y es aparentemente tan evidente, que no se lo creen ni ellos, más acostumbrados al equilibrismo argumental.

Pero mejor que sigan sin hacerlo. Todas las leyes físicas tratan con la materia. Un fantasma supuestamente es inmaterial, así que para él no tenemos leyes. Por otra parte, el efecto túnel no ocurre siempre, sino que (como toda la física cuántica) está basada en la probabilidad de que ocurra tal suceso, y esta probabilidad depende del tamaño de la pared, y de la masa de la partícula. Y en un mundo macroscópico, las paredes son muy anchas, y las personas muy pesadas como para tener alguna posibilidad de atravesar paredes. A menos que se rompa, claro.

Partículas y antipartículas

Gracias a Paul Dirac, quien tuvo la paciencia de integrar la relatividad especial con la mecánica cuántica, hoy sabemos que existen multitud de partículas, y sus corespondientes antipartículas, que son iguales a las primeras, a excepción de su carga. Estas partícula y antipartícula forman una pareja letal, que cuando se encuentran se aniquilan mutuamente, emitiendo un rayo de luz (emitiendo energía diría un charlatán, que queda más Niu Eich)

En los colisionadores de alta energía, como el CERN, el FermiLab, o el futuro LHC, se han generado y se generan millones de pares partícula antipartícula cada día, de las cuales se estudian y analizan sus propiedades. Pero a un vendedor de misterios que se precie este hecho le trae sin cuidado. No hay nada mejor que una partícula exótica para justificar fenómenos como la telepatía, las psicofonías, o curaciones energéticas misteriosas, por no hablar de los anti-mundos y dimensiones paralelas.

Y es que la estrella de la Magia Cuántica son siempre las emisiones de partículas, vibraciones y energías. De las energías, ya hemos hablado. Las vibraciones, no se emiten, sino que se trasladan por el espacio en forma de ondas, generalmente electromagnéticas, y más comúmente llamadas luz, radio, infrarrojo, rayos x, microondas, .... Pero como ocurre con las partículas, sabemos bastante bien cómo interaccionan con la materia, y desde luego, los fenómenos paranormales no se encuentran entre esas interacciones.

Si usted, potencial señor paranormalólogo que lea estas líneas, tras leer un libro cualquiera de divulgación, en vez de quedarse perplejo ante todos estos fenómenos y estudiarse un libro de texto, ha preferido incluirlos en su sistema de creencias o Argumentario Mágico, es porque no los ha entendido.